Del Odio Al Amor: Eres Mi Obsesión

Alana se quedó de piedra al ver a Dominic en la universidad, las dos chicas caminaron hasta él, con la preocupación de que alguien sospechara algo.

— Buenos días, señoritas. Disculpen estoy algo perdido, me podrían dirigir hasta la oficina del rector. — dijo Dominic muy serio y mirando a Alana.

— Claro señor!, mire camine por aquel pasillo y la última oficina es la del rector. — respondió Alana.

— Podrían ser tan amables de conducirme ustedes mismas, por favor. — pidió Dominic.

— Lo sentimos señor, pero llegaríamos tarde a nuestra próxima clase. — contesto Alana.

— Insisto en que me guíen, por favor.

— Alana, aún nos quedan treinta minutos para nuestra próxima clase, acompañemos al señor. — comento Camila.

Alana puso los ojos en blanco y no le quedó de otra que acompañar a Dominic a la oficina del rector, pero el plan de Dominic era muy diferente, él sabía que él rector no estaba en su oficina, ya que eran amigos y él le había pedido de favor que le prestará su oficina por un determinado tiempo, el rector le debía mucho a Dominic, así que acepto sin preguntar nada.

Al llegar a la oficina, Dominic le pidió a Alana que lo acompañará a hablar con el rector, cosa que a ella le pareció extraña, pero inocente del plan de Dominic le pidió a Camila que la espera afuera, Camila se sentó a esperar a su amiga, mientras Alana entraba con Dominic.

— Parece que el rector no está. — comento Alana confundida.

— Así parece. — contesto Dominic.

— Está seguro que lo cito a esta hora? — pergunto Alana mirando a Dominic.

— Eres realmente ingenua, el rector no está y tampoco me citó, yo solo quería hablar contigo a solas.

— Mira no estoy para esto, yo mejor me voy.

Alana paso a un lado de Dominic intentando salir de la oficina, pero él fue mucho más ágil y la tomo del brazo y la acercó a su cuerpo.

— Hablemos. — dijo Dominic.

— Este no es un buen lugar, si alguien sabe que estoy aquí sola contigo, me voy a meter en problemas.

— Entonces, acepta salir conmigo después de tus clases.

— Dominic, esto que está pasando entre nosotros, no puede continuar, mejor dejémoslo hasta aquí.

— No me digas eso, yo estoy dispuesto a luchar por lo que sea esto que sentimos.

— Estás seguro de lo que dices, mira, nuestros padres se opondrán a cualquier relación entre nosotros.

— No somos unos niños y podemos decidir nuestras vidas, si mis padres y los tuyos no se llevan bien, eso no es nuestra culpa.

— No solo es eso.

— Entonces que más es, por qué me rechazas?.

— Te voy a ser sincera, he escuchado rumores de ti y a lo que te dedicas, no quiero estar involucrada en esa vida tan peligrosa.

— Si tengo de dejar todo eso, lo voy a hacer, entiende no sé qué me pasa contigo, pero no te quiero perder.

Las palabras de Dominic dejaron a Alana sin argumentos, como era posible que un hombre como él, le estuviera diciendo aquellas palabras, el corazón de joven salto de alegría y sin pensarlo abrazo a Dominic.

— Por favor, no me decepciones. — le dijo ella.

— No lo haré.

— Tenemos que salir de aquí, mis clases terminarán en unas dos horas, entonces podremos hablar mejor.

Alana y Dominic salieron de la oficina del rector muy serio, Camila estaba desconectada, pero no pregunto nada, las dos chicas caminaron hasta su salón, mientras Dominic se quedó en la oficina del rector esperando a que esté apareciera.

— Qué pasó ahí dentro?. — pregunto Camila.

— Hablamos un poco y nos veremos después de clases. — respondió Alana con una sonrisa.

— Hablaron delante del rector?.

— No, como crees, el rector ni siquiera estaba.

— Ok, entonces camina rápido, porque vamos a llegar tarde.

Las clases terminaron sin ningún problema, Alana estaba ansiosa por lo que Dominic quería hablar con ella.

— Camí!, ya me voy, nos vemos más tarde. — se despidió Alana.

— Está bien amiga, suerte.

Alana salió de la universidad y tal y como lo había prometido, Dominic la estaba esperando, al ver su auto Alana se subió a toda prisa, pues estaba por llegar el chófer de la familia.

— Hola Princesa, qué tal te termino de ir?. — pregunto Dominic mientras ponía en marcha el auto.

— Todo bien, esas clases son muy fáciles. — respondió Alana mirando al frente.

— Quién es el chico con el que hablabas cuando saliste de clases?.

— A quien te refieres?.

— Al mocoso que, no dejaba de verte.

— Hoy solo hablé con Miguel, el es solo un compañero de clases y me estaba pidiendo una asesoría.

— Si claro una asesoría, yo conozco esas asesorías y te digo que él está interesado en ti.

— Bueno si es así, entonces está interesado él solo, porque a mí no me interesa.

— Entonces, quien te interesa entonces?.

— Creo que, es obvio. — dijo Alana mientras miraba a Dominic.

Dominic sonrió con suficiencia, pues él sabía que ella hablaba de él.

— A donde vamos?. — pregunto Alana con inquietud.

— Necesitamos hablar, así que iremos a mi apartamento.

— Y por qué mejor no vamos a otro lado.

— No te preocupes, no te haré nada, solo quiero hablar.

Alana no dijo nada más y en cuestión de minutos llegaron al apartamento de Dominic, la zona en la que se encontraba su apartamento era una de las más prestigiosas de la ciudad, este complejo de edificios contaba con un sistema de seguridad único en el mundo.

— Bienvenida a mi hogar. — dijo Dominic invitando a entrar a Alana.

— Gracias, realmente es hermoso este lugar.— comento Alana.

— Se hace lo que se puede. Te gustaría algo de tomar?.

— Un vaso con agua, por favor.

— Voy a pedir comida, que te gustaría?.

— Comida local, no se me antoja nada en particular.

— Ok, entonces será algo sencillo, ponte cómoda mientras pido el almuerzo y cambio mi ropa.

Alana se sentó en uno de los muebles de la sala y mientras esperaba empezó a revisar su teléfono, entonces se encontró con los mensajes de Dominic, realmente el hombre era intenso, pensó ella; después abrió algunos mensajes de su mamá, donde le preguntaba donde estaba, ya que el chófer no la encontró, le respondió vagamente que estaba con unos amigos.

Dejo el teléfono de lado y se concentró en los detalles de la apartamento.