Un Amor No Tan Prohibido

3 horas después Emma se despertó asustada y comenzó a mirar hacia todos lados hasta ver a Leonel a su lado y fue ahí que se tranquilizó y comenzó a llorar 

Leonel al verla llorar, se levanta de la silla y la abraza comenzando a llorar él también, ambos estaban sufriendo en ese momento, ella por lo que había vivido y él por verla de esa forma 

Unos minutos después él se separa de ella y la toma de las manos mientras le habla 

— Como te sientes? Te duele algo? — le pregunta él con ternura

— No me mires, vete, no quiero que me veas así — dice ella llorando por la angustia de que Leonel la vea toda vendada y hecha un monstruo 

— No me iré, para mis ojos sigues siendo lo más hermoso que hay en este mundo — le dice él para calmarla 

— No digas eso, estoy hecha un monstruo, mírame como me dejó, me siento fatal — dice llorando 

— Con los días se irán mi amor y volverás a ser mí dulce princesa, la más hermosa y de la cual me enamoré — le dice él mirándola con ternura 

— No digas eso, tienes novia y pronto esposa, no es correcto lo que haces — dice ella con tristeza 

— No, no la tengo, y la que quiero aún no está a mi lado como mi mujer — le dice él sonriéndole 

— Leo, pero te ibas a casar con Samantha, ella me lo dijo, hasta me mostró el anillo que le diste, el mismo anillo que vi en tu habitación cuando fui a buscarte — le dice Emma llorando 

— Eso es mentira, yo jamás le propuse matrimonio a Samantha, ella debe haber sacado el anillo de mí habitación, pero yo no sé lo di, es más, ese anillo lo había comprado para ti, te lo iba a obsequiar en tu cumpleaños — le confiesa él — Yo siempre te amé a ti, Samantha solo era un pantallazo para tapar mis sentimientos por ti, por qué éramos hermanos, aunque no llevaramos la misma sangre, nos habíamos criado juntos y todos sabían que eramos hermanos, por eso decidí salir con otras chicas, pero ya no más, ya no quiero ocultar más mis sentimientos, te amo y quiero estar contigo para toda la vida — le confiesa él 

— Yo siempre te amé Leo, a mí jamás me importó lo que los demás pensaran, pero cuando supe que te casarías preferí irme y dejarte ser feliz con la mujer que habías escogido como tu compañera de vida — le dice Emma 

— A ti te quiero como mí compañera de vida, solo contigo quiero casarme si me das la oportunidad — le dice Leonel para luego besarla suave pero con pasión 

Después de ese beso, los dos permanecieron abrazados un poco más, al fin se sentían en paz al declararse ambos el amor que se sentían

Luego de unos minutos se separan y es en ese momento que Emma se da cuenta que en la habitación también estaban su padre y Emiliano y su corazón se acelera al darse cuenta de que ellos habían escuchado todo y un miedo recorre su cuerpo al pensar que pondrán el grito en el cielo 

— Pa…papá, yo…yo…lo siento papá — dice comenzando a llorar de nuevo — perdoname, yo no planee enamorarme de él, por favor no te enojes — dice angustiada y con miedo de que su padre ponga el grito en el cielo 

Leo al ver a su hija alterarse, se acerca hasta ella y la abraza para que se tranquilizara, luego se separa y le da un beso en la frente 

— Tranquila mi pequeña, ya lo sé todo, Leonel me lo dijo, y aunque al principio me costó asumirlo, hoy no me opondre en su relación y después de todo lo que te paso, solo quiero que seas feliz — le responde Leo para que ella se tranquilizara

— De verdad lo dices? No te molesta que me haya enamorado de mi hermano? Aunque no llevemos la misma sangre, él sigue siendo tu hijo, tu lo adoptaste cuando nació y nos criamos como hermanos — le pregunta ella

— Aunque todavía me cuesta asumirlo del todo, porque para mi ambos siguen siendo mis hijos, pero, ya no puedo hacer nada, ambos se aman y solo deseo la felicidad de ambos — le vuelve a decir 

— Gracias papá, eres lo más importante en mí vida y me hace muy feliz que aceptes mis sentimientos por él — le dice Emma 

— Ustedes también son lo más importante en mí vida y solo quiero que sean felices — le dice Leo 

— Que paso con Tobías? — pregunta de repente asustada al recordarlo

— Él está en prisión, seguramente cuando se haga el juicio tendrás que testificar, por lo que tendremos que quedarnos aquí hasta ese día, pero ya no te hará más daño, luego del juicio volverás con nosotros a Seattle — le responde su padre y ella solo asintió con la cabeza, se sentía más tranquila de saber que Tobías ya no le haría más daño 

De pronto recordó su embarazo y llevó sus manos a su vientre con miedo 

— Que paso con mi bebé? — pregunta de pronto haciendo que los 3 hombres se miren entre si, sin saber cómo responderle hasta que Emiliano habló 

— Lo siento mi niña, él ya no está, a causa de los golpes sufriste un aborto y lo perdiste — le responde Emiliano acercándose a ella

Emma quedó en silencio sin responder nada y solo se tocaba el vientre con tristeza, le dolía haber perdido a su bebé, él no tenía la culpa de nada, pero a la vez estaba aliviada de no tener nada que la recuerde al maldito de Tobías 

Casi entrando la noche llegó Carol al hospital, desesperada por ver a su hija 

Al entrar a la habitación corre hasta ella y la abraza con fuerza, mientras comienza a llorar por ver a su hija en ese estado, toda golpeada 

Ambas comenzaron a llorar de la angustia y miedo que sientieron cada una con todo lo que había pasado, Emma y Carol eran muy unidas y todo eso les afectaba más a ellas que a los demás 

Después de un rato llorando, ambas se tranquilizaron y Carol fue la primera en hablar 

— Que fue lo que pasó cariño? Por qué te pegó de esa forma? — le pregunta para que ella le cuente todo lo que había pasado 

— Todo comenzó hace 2 semanas atrás, dos días antes de que finalizarán las clases en la universidad, yo le pregunté si había pedido las vacaciones en su trabajo para viajar los dos a Seattle y me respondió que no se las habían dado por qué requerían de todo el personal en estas fechas, entonces yo le dije que viajaría sola a verlos a ustedes y él me gritó que no viajaría sola, comenzamos a discutir y fue ahí que me golpeó por primera vez, me dejó encerrada en el departamento y se fue, desde ese día cambió y se volvió agresivo conmigo, ya que yo me reusaba al principio a atenderlo cuando llegaba y me golpeaba. Una noche mientras él dormía intente escaparme del departamento, ya que todo ese tiempo me había mantenido encerrada, pero cuando estaba a punto de salir, él se me apareció por detrás enojado y comenzó a golpearme tanto que terminé perdiendo el conocimiento, al despertar estaba acá en el hospital y él estaba a mí lado, comencé a llorar por el solo hecho de saber que no podía escapar de él, ese día me enteré que estaba embarazada y que estuve a punto de perderlo, tenía que irme de su lado a como diera lugar, ahí fue que recordé que tenía mí celular guardado desde que había llegado y dije que cuando volviera lo usaría para llamarlos a ustedes para que vinieran por mi. Cuando me dieron el alta volvimos al departamento pero él no se iba, estuvo casi una semana en el departamento conmigo por lo que no encontraba el momento de poder comunicarme con ustedes hasta hoy que él salió del departamento para irse a trabajar. Cuando él se fue corrí hasta la habitación y busqué entre mis cosas el celular y lo encendí, de los nervios el primer contacto que vi fue el de Leonel y lo llamé a él llorando por la desesperación que tenía, después de colgar la llamada comencé a preparar todas mis cosas, rezaba por qué llegarán antes del medio día que él volvía pero hoy como nunca llegó mucho antes de lo planeado y me encontró preparando mis cosas y otra vez se enfureció y comenzó a golpearme diciéndome que yo tenía prohibido dejarlo, que yo solo era de él y que jamás me dejaría y en ese momento es cuando llegaron ellos y me lo sacaron de encima, pero perdí al bebé con sus golpes — les cuenta Emma comenzando a llorar por todos los nervios y miedo que sentía al recordar todo eso 

Carol también lloraba desconsoladamente por todo lo que su pequeña había pasado y la volvió a abrazar con mucho dolor en su corazón.