Amor de Marisa por Ian. El cual es discapacitado y deberá pasar su vida en una silla de ruedas. Marisa es una joven de 22 años, que proviene de una familia humilde y trabaja como Asistente Personal de Ian Andrew.
Ian es el CEO de una Planta Fundidora, probablemente la mas grande y productiva del país.
Ian está recluido de por vida a una silla de ruedas como consecuencia de las secuelas que le dejó un accidente automovilístico en el que murieron sus Padres y su Hermana mayor.
Cuando se leyó el Testamento de su Padre, quedó perfectamente estipulado que Leticia Zambrano quedaría como Tutora legal de Ian y que ella debería ir a vivir a la Mansión Andrew y hacerse cargo ella y solo ella de administrar los bienes de Ian hasta que cumpliera los 21 años. Y en ese lapso de tiempo, de los 8 años que tenía Ian al morir su familia , hasta que Ian cumpliera los 21, Leticia Zambrano sería La CEO de la Fundidora, ya que Leticia era una persona integra y honesta. Hasta que aparece Marisa Salvatierra.
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LA CITA
Marisa y su Madre llegaron muy temprano al Hospital, Alicia no iba con ellas, ya que estaba en temporada de exámenes finales y se fue a la Universidad, prometió ir al Hospital directo desde la Escuela.
Las dos mujeres se dirigieron directamente al módulo de información y les dijeron que el Dr. Arias estaba haciendo su ronda de pacientes y que en cuanto terminara él hablaría con ellas.
Marisa aprovechó para ir a la cafetería a comprar dos cafés y un par de empanadas, no habían desayunado nada en casa y ya sentían hambre.
Tomaron con calma el café y la empanada y después de unos minutos las llamó la recepcionista y les dijo que pasaran al consultorio del Dr. Arias. Así lo hicieron y fueron saludadas con mucho afecto por el Galeno.
Les dijo que su Padre había sufrido un infarto y que ellas actuaron con mucha rapidez y eso evitó que el daño fuera mayor en el corazón de su Padre.
Les hizo ver la necesidad de que se quedara un par de días más hospitalizado, para seguir de cerca su evolución y asegurarse de estar en absoluto reposo.
Marisa y su Madre estaban de acuerdo con las medidas del Médico y fueron autorizadas para poder visitar al enfermo, que seguía sedado y por lo mismo solo pudieron estar unos pocos minutos con su Papá.
Por el mediodía llegó Alicia acompañada de Sergio, un compañero de curso que sentía un gusto genuino por Alicia y ella no se hacía mucho de rogar, ya que también sentía algo por su compañero de clase.
Lo presentó a su Madre y Hermana y ellas le agradecían el estar acompañando a Alicia en esos momentos difíciles, que era en la sala de hospital donde se conocían a las verdaderas amistades.
Marisa no desaprovechó para hacerle a su hermana algún gesto con cara de enamorada que le provocaban a Sergio que los colores de su rostro subieran y bajaran, Alicia acusaba a Marisa con su Madre y ella solo decía:
Marisa deja en paz a tu hermana, no ves como le da pena a su amigo. Finalmente, las dos hermanas terminaron por reír por las bromas de Marisa.
Le comentaron a Alicia todo lo que habían platicado con el Dr. Arias y acordaron que esa noche Alicia se quedaría a cuidar a su Padre, rolando cada día con Marisa. Sergio se ofreció a hacer compañía a Alicia lo cual ni tarda ni perezosa aceptó sin chistar, provocando la risa pícara de Marisa y diciéndole que sería la primera noche que pasaría con algún pretendiente, lo cual hizo que Sergio se volviera a poner de colores, mientras su Madre la regañaba:
Marisa que barbaridades dices. Deberías disculparte con este muchacho.
Marisa le dijo que lo sentía, que disfrutaran su primera noche juntos. Ja, ja, ja.
¡Marisa!!!! Casi gritó su Madre.
En eso llegó el Dr. Arias e invitó a comer a los cuatro al pequeño Restaurante del Hospital.
Platicaron amenamente y Sergio ya no se sintió tan solo en medio de tres mujeres.