Soy La Emperatriz Villana

Los días pasaban y el pueblo estaba más que contento con el cambio de la emperatriz, gracias a ella las zonas pobres habían mejorado mucho, además de que se habían puesto en marcha algunos proyectos que beneficiaban a los niños huérfanos.

Aysha se estaba preparando hoy para ir a la fiesta de té organizada por la concubina Marina, en los jardines de su palacio. Y es que Marina era la segunda concubina con más beneficios en el harén debido a que tenía el favor del emperador.

Al llegar al jardín se encontraban en la mesa varias chicas jóvenes y algunas damas mayores de la alta sociedad. Todas estaban riendo y hablando entre ellas hasta que Aysha hace acto de presencia y todas dejan de hablar para mirarla fijamente. Las damas mayores se ponen de pie haciendo una reverencia siguiendo la etiqueta, las chicas jóvenes hacen lo mismo, incluida Marina, ya que no puede mostrarse como una mala educada frente a todos.

Aysha devuelve el saludo con una leve inclinación de la cabeza y pasa a sentarse en la cabecera de la mesa, donde estaba sentada Marina anteriormente, esto no pasa desapercibido por ninguna de las damas en la mesa. Marina solo finge una sonrisa y se sienta a su lado, conteniendo la rabia por la vergüenza. La fiesta de té continúa como antes de que Aysha llegara, las chicas jóvenes hablan sobre vestidos y joyas, además de sus prometidos. Aysha solamente bebe su té tranquilamente aburrido de las conversaciones tan superficiales que tienen estas niñas.

– Señorita Marina, y cuando nos dará la noticia de un embarazo – habla una joven de cabellos azabaches – un hijo suyo y del emperador sería precioso

– Y si es un varón podría ser nombrado heredero a la corona – sonríe entusiasmada –

– Niña calla es una falta de respeto decir eso delante de la emperatriz

– Lo siento, pero es la verdad – dice mirando a Aysha a los ojos – usted sabe que es necesario que el emperador tenga concubinas para mantener la descendencia, además si usted no ha tenido aún un hijo, sería bueno que una de las concubinas lo tuviera

Todas en la mesa se quedaron calladas debido a lo último que había dicho esa chica, ya que prácticamente había dicho que la emperatriz era estéril. Marina sonríe discretamente, debido a que eso es algo que todos piensan, debido a que Aysha lleva casada con el emperador dos años y aún no se sabe nada de un heredero.

– Alteza disculpé a mi sobrina ella es joven y no sabe lo que dice – interviene la condesa Clover muy apenada debido al comentario hecho – prometo que cuando lleguemos a casa le pondré un castigo

– No tienes por qué disculparte tía, solo dije lo que todos piensan – mira a todas las chicas de la mesa – es bien sabido que usted no es favorecida por el emperador, por algo ha de ser

– Es cierto lleva dos años de matrimonio y aún no hay heredero – hablo una Marquesa – Por muy buena que sea en sus labores como emperatriz, también tiene que velar por el bienestar de su hogar, y darle hijos a su esposo es parte de su labor

– Por favor paren – habla Marina fingiendo inocencia – la emperatriz se la pasa ocupada con su ayudante Andrew para velar por las necesidades del pueblo – mira a Aysha tomándola de la mano – Alteza es comprensible que no tenga tiempo para el emperador

De nuevo la mesa se quedó en silencio, Mariana sonríe internamente, Aysha ni ha cambiado nada, ella sigue siendo la misma tonta que no sabe defenderse o que decir. Pero su alegría se borra cuando en aquel jardín se escucha la risa de Aysha

– Que es tan gracioso, Alteza – pregunta la sobrina de la condesa Clover –

– Disculpen – se calma debido al ataque de risa que le había dado, sin duda estas niñas no saben como se hace de verdad una humillación – es que usted tiene razón Lady Marina, mi trabajo como soberana es muy importante, es por eso que no tengo tiempo para el emperador – sonríe tristemente – su Alteza sabe que aún me estoy recuperando de los últimos incidentes causados por la concubina Ariana – mira fijamente a Marina – es por eso que el emperador se desahoga aquí en el harén con sus concubinas – mira a la otra chica – además de que según la ley solo los hijos de la emperatriz pueden subir al trono, para evitar conflictos en el harén a la hora de la sucesión – sonríe a todas las demás chicas – pero es comprensible que no lo sepas Lady Coled debido a que usted ha crecido y vivido toda su vida en el campo, no la culpo porque su madre por irse con un campesino no haya podido darle la educación correspondiente – bebe su té después de decir esas palabras

Todas en la mesa ríen por lo bajo debido a la humillación que acaba de hacer pasar la emperatriz a Marina y a Coled.

– Y por favor Condesa Clover no se disculpe, es comprensible la situación de su sobrina – le sonríe dulcemente a la mujer – es admirable que usted quiera ayudar en la educación de su sobrina a pesar de lo que le hizo su madre a usted, son muy pocas las damas nobles que hoy en día actúan así, sin despreciar a su familia de baja clase social y la acepten sin avergonzarse

– Gracias Alteza – le devuelve la sonrisa – pero aún le falta educación

– Tranquila no tomaré represalias por su falta de respeto debió a su poca educación – mira a Coled fríamente – solo tendrá que arrodillarse y pedirme disculpas y todo estará olvidado

– Que no pienso hacer eso yo ja... – Coled se calla debido a la fuerte bofetada que la condesa Clover le había dado –

– No seas irrespetuosa y pide disculpas

Coled aprieta el dobladillo de su vestido, y se para del asiento, furiosa, mira a Aysha quien solo le sonríe con burla. Coled se arrodilla ante ella e inclina la cabeza.

– Pido disculpas por mi falta de educación, no volverá a pasar – dice, mientras escucha las sonrisas de burla de las demás chicas –

Sin poder evitarlo sale corriendo del jardín, la condesa se despide de todas y va tras su sobrina. La fiesta transcurrió normal después de eso, mientras Marina aún no se podía creer lo que presenció.

Dos días después de la fiesta, se empezó a circular un rumor por toda la capital, la concubina Marina Hilt estaba embarazada, primero que la emperatriz que llevaba dos años de matrimonio, en cambio, la concubina solo llevaba seis meses y ya esperaba un hijo. Esto solo causó que las personas empezaron a creer que la emperatriz Aysha Leblanc era estéril.

En el despacho de la emperatriz Shera le informa a Aysha sobre los rumores que están circulando. Ella solo sonríe

– Prepara mi viaje a la frontera Shera, salgo hoy mismo por la tarde – mira por la ventana – parece que Marina ya empezó a mover sus fichas

– Justo como usted planeó, ella ahora estaba embarazada – mira a Aysha – esto no será un problema en el futuro para usted

– No, su hijo no puede heredar el trono, además nadie asegura que llegue a nacer – mira a Shera fijamente – pon en marcha el siguiente paso del plan

– Si Alteza

– Veamos que tanto puedes hacer Marina