¡A la horca!
Esas palabras resonaron en toda la sala.
Adela cayo sobre sus rodillas al escuchar aquella condena tan injusta que se le había impuesto, “yo no lo hice” se repitió en su cabeza. Despues de descubrir quien habia hecho tan miserable a su familia y la habia inculpado fue directo a la horca mirando el rostro satisfecho de su enemiga.
Es demasiado calido, Adela abrio los ojos y se encontro con cuatro paredes que ella conocia muy bien.
-Esta vez salvare a mi familia.
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Episode 6
Al día siguiente Adela se levantó a primera hora de la mañana y se dirigió a la cocina, fue entonces que vio al mayordomo y le pregunto por una sirvienta que no hubiera podido olvidar jamás.
—Sr. Jaime, ¿puede llamar a Cathy por favor?
El mayordomo afirmó y salió de la cocina rápidamente, los empleados que se quedaron cerca de Adela aún no se atrevían a mirarla, ya que tenían miedo que el cambio que había mostrado su señorita no fuera a durar y comenzara a desquitarse nuevamente con ellos, fue entonces que después de unos minutos volvió el mayordomo con la joven. Cathy tenía alrededor de 27 años y era muy humilde y respetuosa, con una apariencia amable, pero estricta, ojos café pelo castaño y piel ligeramente bronceada, Adela la miro con cariño y le pidió que se convirtiera desde ese día en su sirvienta personal, Cathy quedo completamente sorprendida. Ella había ido en contra de Adela un par de veces, pero quería mucho a su señorita igual que a todos los dueños de la mansión, Cathy había crecido en esa mansión como hija de una de las sirvientas que había fallecido, Adela recordaba cuantas veces la humillo incluso la castigo dejándola sin comer, pero esta vez Adela se arrepentía. Ella recordaba ver a Cathy abrazándola con cariño el día que recibieron el cuerpo de su hermano Sebastián y también gritando en la corte cuando la condenaron, Adela no podía creer que aun habiendo sido tan cruel con ella, Cathy siguiera siendo leal y defendiéndola. Cathy no se opuso para nada al requerimiento de Adela y la siguió, entonces Adela dio su primera orden.
—Bien, entonces, Cathy manda a arreglar el carruaje, iré a mi habitación por un momento y bajaré enseguida.
Adela corrió a su cuarto y abrió la puerta que se encontraba escondida al lado de su cama, entro cautelosamente a aquel pequeño cuarto y saco algunas joyas escondiéndolas en los bolsillos de su vestido, luego de unos minutos se escuchó un golpe en la puerta de la habitación y una voz la llamo.
—Srta. El carruaje ya está listo, desea que le ayude en algo más.
—…
Adela se mantuvo en silencio mientras cerraba la puerta oculta y dejaba todo nuevamente en su lugar, y cuando al fin término hablo.
—Puedes entrar Cathy.
Entonces se abrió la puerta entrando la pequeña doncella de Adela.
—¡Oh por dios Srta.!
Adela se sorprendió al escuchar a Cathy con tal alteración.
—Por dios señorita, quédese quieta, debemos buscar nuevamente un vestido para Ud. No puede salir así.-
Adela no podía entender lo que estaba diciendo su sirvienta en tal grado de agitación, fue entonces que se acercó a su tocador y vio su vestido manchado y polvoriento… “Debe haber sido por ese pequeño cuarto, definitivamente está demasiado sucio, pero no quiero pedirle a nadie que lo limpie porque soy la única en la mansión que sabe de esto” pensó Adela detenidamente mientras solo se limitaba a asentir. Mientras que Cathy le buscaba algún vestido parecido al que estaba usando para que combinara con el peinado y la horquilla que llevaba.
Mientras la sirvienta ayudaba a Adela a quitarse su vestido, un grito la sobresalto.
—¡Dios mío!-
Adela se volteó y vio el rostro pálido de su sirvienta Cathy, fue entonces que noto que ella miraba algo a su espalda, Adela le pidió a Cathy que le explicara qué estaba sucediendo. La doncella se alejó y apunto al cuello de Adela, Adela, asustada, le pidió a Cathy que le explicara qué sucedía, y está tratando de recobrar la compostura, comenzó a hablar entre cortado.
—Señorita… Ud. Tiene un lunar inusual en… En el cuello.
Adela rápidamente pidió a Cathy que le prestara un pequeño espejo de mano que tenía y se acercó al tocador, haciendo reflejo entre ambos pudo ver lo que se encontraba dibujado en su cuello. Hera imposible notarlo si no se miraba con atención, ya que estaba en un lugar que ella no podría ver normalmente, aparte todos sus vestidos cubrían el dibujo perfectamente, Adela se acercó a su sirvienta.
—No le cuentes a nadie sobre esto, y… ¿Podrías decirme que clase de flor es?-
¿Hola mis queridos lectores, que les ha parecido el capítulo de hoy, que creen pasara en el próximo capítulo? 🧐
