En La Mira De Un Mentiroso

CANDELA SANTOS

Salgo de casa sintiendo que cada paso es más difícil que el anterior. Estoy dejando mi vida aquí y mis recuerdos para hacer el mayor acto de amor por Joel, aunque él no lo sepa.

En mi corazón desearía que el amor de mi vida estuviera esperando por mi cuando mi matrimonio con el doctor Jonas termine, pero se que eso no pasará. Para ese momento tendré al menos un hijo y mi vida habrá cambiado para siempre. Joel no merece volver a recoger los pedazos del pasado en mi. Él ya lo hizo una vez, pero se que este matrimonio dejará aún más secuelas.

Cómo último acto de amor espero que Joel se recupere y encuentre a alguien que lo ame tanto como lo hice y lo hago yo, pero con quién pueda hacer su vida y soñar como nosotros no pudimos continuar haciéndolo.

Subo al automóvil de mi futuro esposo sin decir una palabra. Él comienza a conducir tan tranquilo y seguro como siempre, haciendo que lo odie por no poder demostrar tanta paz como él. Me gustaría poder estar en su sitio, en su mente, saber que es lo que piensa y siente. Jamás me casaría con una persona que tiene su cerebro y corazón ocupados por alguien más, ¿Por qué alguien haría algo como eso? ¿Será la obsesión capaz de hacer que cosas así sucedan?

-¿Piensas en nuestra boda?- Disminuye la velocidad

-Pienso en lo que un hombre puede sentir para querer casarse con una mujer que ama a otro hombre

-Piensas demasiado. El amor se termina en algún momento cuando descubres algo que lo vuelve imposible. Si vives con una persona es imposible no desarrollar sentimientos por ella, ¿Te ayuda mi respuesta a entender?- Me siento más confundida que antes luego de su respuesta

-Usted cree que lo amaré- Lo miro y veo como asiente sin desviar la mirada del camino

-Si no lo haces en cinco años podrás marcharte con la tranquilidad de que jamás te molestaré, solo cumpliré con mis obligaciones y serás libre- Asegura pero no sé si eso sea verdad y es demasiado pronto para afirmar que sus palabras sean sinceras

-Espero que cumpla su palabra

-Deja de tratarme de usted. En pocas horas seré tu esposo

Cuando él nota que no hablaré más, decide poner música para aligerar el ambiente que nos rodea.

Mientras los carteles en la carretera anuncian las futuras ciudades y cuántos kilómetros faltan para llegar a ellas yo solo pienso donde iremos. Quisiera que él condujera por siempre porque en cuanto entre a una ciudad será el final para mi.

Al parecer él pensó en no detenerse más que a recargar combustible, porque hay sandwiches y refrescos para los dos. También algunas frutas como postre. Si no tuviese prisa podríamos haber ido a comer a algún sitio, ¿No es así?

-Pedí en tu nombre las vacaciones que te corresponden. No creí que quisieras una licencia por matrimonio como se otorga a quienes se casan- Olvidé por completo hacer eso. De él no hacerlo probablemente hubiese sido la esposa desempleada de un médico

-No quiero que se enteren aún. Pensarán de mi lo peor- ¿Quién no lo haría? Me casaré con un adinerado doctor mientras Joel lucha por su vida

-Las mujeres creerán que hiciste un buen negocio, de enfermero a rico doctor- Afirma desinteresadamente. ¿En verdad existen personas tan frías para pensar así?

-No me siento para nada bendecida ni afortunada por eso- Aseguro

Con horror noto que él sigue uno de los carteles que guía al interior de una de las ciudades en lugar de pasar y continuar el camino. No sé que esperar.

-Iremos al hotel. Allí hay un cambio de ropa para los dos y luego iremos a casarnos. Excepcionalmente nos verán después de hora para tener mayor privacidad

Escuchar la palabra "hotel" me aterra porque se que compartiremos habitación y no se si alguna vez esté lista para eso, mucho menos para cumplir sus exigencias.

-¿Hoy debemos...?- Dejo la pregunta incompleta

-¿Qué te preocupa?- Me miró por una milésima de segundo

-Eso me preocupa. No creo poder hacerlo- Me sincero con él

-Tengo un suave estimulante por si lo necesitas para ayudarte con tu timidez. Si lo quieres puedo dártelo- Ofrece dejándome perpleja

El doctor Jonas con su respuesta solo me deja en claro que ocurrirá. Él no esperará por mi como hizo Joel y lo entiendo, porque lo que yo necesitaba era urgente, de vida o muerte. Mi futuro esposo cumplió con urgencia lo que se requería y se que yo tendré que hacer exactamente lo mismo, aunque pensar en eso no me agrade en absoluto.

Llegamos al hotel y vamos a una suite. Sobre la cama veo un vestido y un traje. Voy a cambiarme al baño, usando la lencería que está colgada en la percha debajo del vestido. Evito mirarme al espejo porque no es así como imaginé el día de mi boda y luego salgo del baño.

El sostén que estoy usando va adherido a cada seno pero no es de mi talla y el vestido lo siento ajustado en la zona del pecho. Odio esta zona de mi cuerpo porque gracias a ella fue que alguien que no debía me miró e intentó algo impropio. Siempre cuidé no mostrar de más y esconder esto lo más posible, pero aquí en este momento me siento desnuda delante de alguien con quién no me siento cómoda.

Mi futuro esposo me mira y yo me volteo. Se que su mirada me recorrió completa y que volvió a la zona de mi escote, eso no me agrada. Preferiría usar algo más conservador que se ajuste a mi estilo.

-Aunque no estés usando maquillaje te ves hermosa- Me halaga y me quedo en silencio

Salimos de la habitación y vamos a casarnos. Él toma mi mano, fingiendo así un cariño que no existe, aunque esté sudorosa. Eso parece no importarle.

Allí veo a una mujer desconocida y al hombre que fue el chófer esperando por nosotros para ser testigos de ésta unión.

La mujer que nos casará habla y luego de algunos minutos llega el momento de la pregunta que nos convertirá en esposos. Él acepta de inmediato y yo también lo hago, aunque mi voz a diferencia de la suya no demuestre seguridad.

Después de haber firmado tanto los testigos como nosotros, llega el momento del primer beso. Mi esposo sonríe antes de hacerlo y yo lucho contra el impulso de tomar distancia sintiendo que estoy siendo infiel a mi misma y a Joel porque el no sabe que lo nuestro jamás podrá ser.

Salimos de allí tomados de la mano y usando alianzas idénticas en nuestros dedos. Mis manos tiemblan cuando subo al automóvil y aunque las entrelazo para hacerlo menos evidente eso no funciona en absoluto.

-Antes que un estimulante creo que necesitas un calmante para tus nervios- Sugiere pretendiendo ser divertido, pero lo siento una burla

Prefiero hacer silencio. Qué él sea doctor solo hace que esto sea más difícil porque no contaba con que él pudiera utilizar "medicinas" para que sea su esposa por completo y no sé si eso sea conveniente o no.