Mi Razón De Vivir

1 mes después.

Chén: ¿por qué aún no estás embarazado?, lo hemos intentado muchas veces.

Qiang: ...

Chén: ¿Tú no estarás tomando algo para no darme hijos, verdad?

Qiang: No salgo de aquí ¿Cómo voy a conseguir algo para no tenerlo?

Dice esto sin ningún interés en discutir con él.

Chén: ven vamos a intentarlo una vez más.

Qiang ya se había resignado a ser tomado incluso si no le quería, así que no se resistió, pero cada que estaba con Chén se sentía miserable y sucio.

Sus noches eran un calvario recordar todo y verse siendo utilizado y sintiéndose un prisionero.

Qiang: ¿No me puedes dar un respiro? (suplico) No importa que tan mala suerte tenga una persona ¿No deberían las cargas ser equilibradas? (sonríe) Ya perdí la razón incluso cuando hablo solo me siento juzgado.

Al día siguiente:

Qiang se sintió mal y Chén envió por el doctor

Doctor: Señor, felicidades, su omega está embarazado.

Cuando Qiang escucho esto sintió un profundo pesar aunque no sabía por qué tenía esa sensación no pudo evitar llorar.

Chén: Lo ves mi amor por fin nuestro amor dará frutos.

Qiang no respondió.

Los meses transcurrían con normalidad hasta que él decide que quiere abrir las ventanas de la casa en donde vivía, pues durante ese tiempo jamás lo hizo.

Su sorpresa fue darse cuenta de que la señora de la casa estaba ingresando a la mansión con dos bebés en brazo y chén llenándola de mimos. Esto fue demasiado con razón ella después de un tiempo dejo de enviarle medicamentos para que este no saliera en embarazo. No eran celos era impotencia, era rabia, era decepción.

Qiang: Nunca pensé odiarte como te odio hoy Chén, tendré este bebé y juro que no me volverás a ver.

Sin más sus dolores de parto comenzaron, Chén fue avisado y mando a traer el médico pues a diferencia de su esposa este no podía mostrar su cara en público, de esta forma su esposa podría registrarlo como suyo y así decir que tuvo tres hijos en lugar de dos.

Qiang tuvo el bebé quién misteriosamente fue declarado omega inmediatamente, sus rasgos eran tan delicados y puros que parecía un pequeño ángel.



Era tan pequeño e indefenso que para Qiang era imposible separarse de él.

Chén entro a la habitación y vio a Qiang con el bebé en sus brazos.

Chén: Felicidades, amor tenemos un hijo maravilloso.

Sin más se le acerca y pone un lujoso collar en su cuello.

Qiang: Lo sabías verdad, sabías que no iba a ser capaz de alejarme de él por eso tu insistencia en que tuviera un hijo.

Chén: No lo negaré, pero no te mentí si decides irte está bien, solo ten presente que no lo volverás a ver.

Qiang se mantuvo en silencio viendo a la hermosa he indefensa criatura.

Chén: Solo piénsalo un poco siempre habíamos planeado esto ¿por qué ahora tienes este comportamiento?

Las cosas para Qiang se complicaron más, ese extraño apego a la criatura y su necesidad infinita de protegerlo no lo dejaban pensar en él.

Sus lágrimas rodaron por sus mejillas, no se puede decir si de felicidad o de pesar, pero por primera vez sintió paz.

Qiang se encuentra en una situación complicada, donde su amor y conexión con el bebé lo están haciendo cuestionar sus decisiones y sentimientos. La presencia de Chén y su insistencia en que Qiang se quede con el bebé están agregando más presión a la situación.

Qiang siente esta conexión con el bebé, asumiendo su necesidad infinita de protegerlo. Qiang tiene un fuerte instinto maternal y su conexión con el bebé es muy profunda. Mira su pecho y ve la hermosa gema que cuelga del collar, aunque Qiang no sabe de lujos o marcas es obvio que esta joya tiene un valor exagerado. Lo toma en sus manos y suspira pues para él es obvio que esta joya es la representación física que Chén lo tiene bajo su total control.

Chén: Amor sé que no te quieres separar de él, pero debo ir a registrarlo por obvias razones será Hui ying quien aparecerá en el registro y será criado en la mansión como un heredero más con los mismos derechos y las mismas responsabilidades.

Qiang: Entonces mi hijo asumirá una identidad falsa, su vida será igual a la de esta hermosa joya colorida, con un valor inigualable, deseada por muchos, pero vacía.

Sabes, este regalo en mis manos se siente como grilletes en mi cuello, tu apellido y el de ella, sus lujos y los tuyos solo serán rejas para mi hijo.

Por primera vez Chén no dijo ni argumentó nada.

Aun así Qiang tenía claro que lamentablemente las decisiones sobre este bebé no serían suyas y que si quería permanecer cerca de él iba a tener que ceder ante muchas situaciones.

Qiang puso al bebé en los brazos de Chén y este lo recibió con mucho cuidado.

Qiang: Solo te pido que me dejes ponerle el nombre, por favor.

Chén: Sí, claro, por favor dime como quieres que se llame.

Qiang: Feiyu (el que vuela atreves de universo).

Qiang sabía su significado y ponerle este nombre para él era su manera de bendecir su futuro.

Chén: Esta bien, su nombre será Feiyu.

Qiang los ve a irse en medio de espeso jardín que por primera vez desde que estuvo en ese lugar pudo apreciar sus hermosas flores, por primera vez disfrutaba del aroma que estas desprendían y que se sentían como caricias a sus mejillas.

Nunca un atardecer había sido tan lindo y emotivo y por primera vez desde que tiene razón esperaba con deseos al dueño de su corazón.

Qiang: Feiyu, papá te espera, no tardes y ven pronto a tu hogar.

Expresar la palabra hogar en su cautiverio era la prueba de que Feiyu es lo único que tiene importancia en su vida es lo único que vale la pena y porque se deba luchar.

Lamentablemente para Qiang esa noche él no volvió y así empezó otra mas de sus preocupaciones.