Amar Entre Dos Mundos. 2

El semental no perdió tiempo y galopo deprisa por el sendero, sus relinchos resuenan fuera de la entrada principal cuando llega a la mansión; pero nadie sale a ver lo que sucede, entonces con un movimiento brusco, sube las escalinatas y golpea con su pata la puerta del palacio alertando a los sirvientes. Aldo al escuchar tanto alboroto abre con enfado la gran puerta destrozada, cuando ve al pobre animal sediento, agitado y que se encuentra alterado, pero no hay señales de su amo. Eso no es normal, él nunca dejaría solo a Pegaso, entonces grita llamando a dos sirvientes. El jardinero y el encargado del establo aparecieron rápidamente y al ver al caballo sin su jinete, pensaron lo peor.

⎯ Hugo… Gael. No se queden ahí parados  ¡Los necesito! ⎯ grita Aldo.⎯ Iremos por el sendero a buscar al amo, seguramente está herido.

⎯ Muy bien señor.⎯ contesta Gael.

⎯ Síganme, yo iré con Pegaso, ustedes vayan por sus caballos.

⎯ De acuerdo.

Ambos corrieron a la caballería y montaron sus caballos, mientras Aldo le daba agua en un balde, para que bebiera el animal. Una vez que los hombres estaban listos, salieron en busca de Cupido. Pegaso apresuraba el paso presintiendo que su amo corría peligro y galopaba a gran velocidad. Al llegar al sendero, Aldo ve a Cupido tirado en el suelo, desmonta del lomo del animal y acaricia su cabeza.

⎯  Bien hecho muchacho, le salvaste la vida.⎯ Pegaso relincha y se aleja para que atiendan a su dueño.

Cupido se encuentra inconsciente en medio del sendero. La sangre brota de su nuca y una serpiente se enrolla en su pierna apretando con fuerza el músculo del joven.

⎯  ¡Cuidado! Hay una serpiente.⎯ grita Hugo al ver que Aldo se aproxima.

⎯  Espero que no lo haya mordido.⎯ responde Aldo entonces toma su navaja que esconde en sus cintura y con firmeza le corta la cabeza.⎯ ¡Listo!

Aldo desenrosca el resto del cuerpo de la víbora y lo tira lo más lejos posible pero se sorprende al ver que esa bestia seguía con vida y se aleja entre los matorrales.

⎯ ¿Vieron eso?⎯ pregunta sin salir de su asombro.

⎯  Aldo, será mejor que nos demos prisa, tengo un mal presentimiento. Eso parece brujería.⎯ comenta Gael.

⎯  Tienes razón, eso es sobrenatural.

Aldo verifica que la víbora no haya mordido a su amo y suspira aliviado al ver que actuó a tiempo. Luego le limpia la herida de la nuca y ve que es un corte profundo; pero confía en que se va a recuperar.

⎯  Gael, ayúdame a subirlo a su corcel.

⎯  Sí señor.

⎯  Hugo, ve a buscar a la señorita Venus. Ella tiene conocimientos medicinales, será de gran ayuda y su castillo es el más cercano. Sino mejora iremos a buscar a Esculapio.

⎯  Muy bien.⎯ contesta y sale galopando en busca de Venus.

Gael es un hombre fuerte, al trabajar con animales ha desarrollado grandes músculos y levantar a Cupido no le demandó hacer ningún esfuerzo, con sumo cuidado lo acuesta boca abajo sobre su silla de montar y luego lo sujeta con firmeza con una soga para que no se caiga. El cuerpo de Cupido está inerte, no se mueve y su respiración es muy suave. Los tres hombres emprenden el regreso a casa, mientras Hugo se aleja en busca de ayuda.

Hugo llega al palacio de la diosa Venus, su castillo es muy bello al igual que ella, luego de esperar unos minutos en la sala para ser atendido, ella llega con un hermoso vestido blanco, que le provoca un largo suspiro.

⎯  Dime ¿a qué has venido y por qué es tan urgente que te reciba? ⎯ pregunta ella observando cómo el hombre no le quita los ojos de encima.⎯ Habla o te quitaré tus ojos por observarme de esa manera.

⎯  Perdón señorita, no fue mi intención incomodarla. Es que estoy algo nervioso. Soy Hugo, trabajo en el castillo del señor Cupido, él tuvo un accidente con su caballo y...

Él no pudo continuar hablando cuando Venus subió corriendo las escaleras y se dirigió a su cuarto, se colocó una capa y tomó su bolso especial que contiene algunos remedios caseros. Es su botiquín especial, siempre tiene a mano para auxiliar a las personas del pueblo. Hugo se rascaba la cabeza en medio de la sala, no entendía qué pasaba y no sabia que hacer, estaba apunto de marcharse, cuando de repente la ve bajar nuevamente y le dice.

⎯  Vamos, no perdamos el tiempo, en el camino me explicas todo.

⎯  Sí señorita.⎯ obedece y salen.

⎯  Tu caballo está listo, iremos juntos.⎯ ella lo monta y espera a que el hombre suba.⎯  ¡Vamos, ¿qué esperas?!

⎯  Nada.⎯ contesta y sube sujetando las riendas de su yegua y comienzan el recorrido…

Mientras tanto en la tierra de los humanos, Centella mira todo con gran asombro, todo es completamente diferente a su mundo y no sabe a dónde ir. Camina distraída entre la multitud cuando en una vidriera de un local comercial, una pantalla que parece un espejo llama la atención. Hay varias personas alrededor de una mesa y al parecer están por celebrar algo, es un hechizo que no conoce y quiere saber cómo funciona. Su curiosidad es tan grande que se queda estática observando cada uno de los movimientos de esos humanos, que parecen felices a pesar de estar apresados. De repente un hombre se acerca a la vidriera y con un objeto extraño en su mano hace que todo los humanos dentro de ese espejo desaparezca y solo se puede contemplar una total oscuridad. Ella se desespera, ese es un poder muy extraño, entonces sin pensarlo ingresa al local y amenaza al hombre con la daga.

⎯  Dime, ¿qué poder es ese?

⎯  Señora ¿no sé de qué habla?

⎯ Yo te vi eliminar a las personas dentro del espejo.

⎯  ¡Le juro que no la entiendo!

⎯  Eso de allá.⎯ señala la televisión que está apagada.

⎯  Eso es solo ficción. Yo solo apague la tele.⎯ contesta el hombre temblando frente a la mujer que parece desquiciada y no entender.⎯ Señorita cálmese, llamaremos a un doctor quizás perdió la memoria.⎯ le habla para que entre en razón mientras toma un teléfono y marca a emergencias.⎯ Pediré ayuda, todo va a estar bien.

Centella ve que el hombre agarra un objeto y comienza a hablar solo. Entonces se acerca y escucha que del otro lado una persona le responde. Deja caer el aparato y es tanto su miedo a ese hechicero que simplemente lo mira con furia, se acerca a él y con la daga comienza a perforar con pequeños cortes el estómago del hombre sin darle tiempo a que se defienda.

Ella sale de ese lugar y guarda la daga, debe mantenerse oculta y tratar de cumplir cuanto antes la misión. En ese lugar las cosas son muy extrañas y hay demasiados hechizos por todos lados y ni hablar de los objetos en lo que se desplazan las personas. Son cajas con ruedas que se detiene ante unas luces que cambian de color.

Kreto está en su despacho y ve que en el libro aparece un nombre y la causa de muerte es producida por Centella, entonces cierra su puño y golpea la mesa. Esa maldita lleva unos minutos en la tierra y ya mató sin contemplación a un pobre anciano, un ser indefenso con un corazón noble.