El Demonio Y La Villana.

Tal y como se dijo, su viaje dio inicio, aunque los caballeros estaban intrigados por la presencia de aquel albino que iba con ellos, este solo se presentó como un noble que deseaba ir hacia Lotel y como es conocido del conde, Charlotte le ofreció a que vaya con ellos aprovechando que se dirigen hacia allá y prometió no causar ningún inconveniente, por supuesto también les ofreció una buena recompensa. En un principio Charlotte creyó que Lucifer no podría convencer a nadie con una idea tan poco creíble, pero por extraño que parezca, si funcionó y ahora Lucifer va en un lujoso carruaje, el cual es muy cómodo y espacioso.

— debería dejarlo caer en un acantilado.— murmura Charlotte.

— la puedo ayudar a empujarlo.— agrega Mary.

Durante la primera parada para descansar durante la noche, el albino se acercó al ministro de comercio, aunque era un hombre mayor, Lucifer supo ganarse su confianza de inmediato y este le da cierta información sobre el reino de Lotel, y en como recientemente parecía estar cayendo en una crisis desde que el príncipe heredero fue coronado.

— la señorita Layton viene de Lotel, parece que fue cercana a la familia real, pero hubo un problema y ella fue adoptada por el conde Layton.— comenta el ministro.

— eso no lo sabía, creí que solo era una joven sin familia que el conde adoptó.— responde el albino.

Parece que hay una historia interesante detrás de esa jovencita. Cuando lleguen a Lotel se encargará de encontrar esa información, tal vez pueda usarla para que ella rompa la atadura. Después de cenar, los primeros guardias se instalaron en sus puestos, mientras que los demás pasaron a dormir, Mary y otras dos chicas duermen en un carruaje, mientras que Charlotte se quedo en uno más pequeño.

"El joven que viene con la señorita Layton es muy atractivo."

"Sir Mary, ¿sabe si es casado? Si es conocido del conde usted debe de saber."

"No lo conocía, pero es mejor si no se le acercan, puede verse amable, pero es un tramposo." Les advierte Mary.

No es necesario decirle a todos que es un demonio, pero al menos si puede prevenir a las chicas para que no acerquen, pues no sabe que clase de intensiones tenga. Charlotte por su parte, observa desde la ventana del carruaje, gracias a la luna, no se veía todo tan oscuro, al menos si llegase a acercarse algún bandido serán fácilmente detectados.

— escuche cosas interesantes del ministro.— Lucifer estaba sentado frente a la chica.

Charlotte se sobresalta por la repentina aparición del demonio, incluso observa la puerta y esta no parece haberse movido.

— ¿ah si? ¿que podría ser eso interesante?— pregunta Charlotte.

— eres de Layton, pero pareces enojada por volver, algo debió pasar. Cuéntame, bruja, ¿que es lo que buscas al volver a Layton?— Lucifer la observa directamente a los ojos.

— venganza, planeo destruir a todo Lotel.— responde con firmeza.

—¿por qué harías eso? Si quien sufrió es Charlotte Yarosh, no tú, un alma ajena a este cuerpo.— presiona el dedo en el pecho de la chica.

Charlotte se sobresalta al escuchar las palabras de Lucifer, observándolo asombrada y este sonríe ladino.

— no me veas así, soy el emperador del infierno, ¿crees que no lo vería?— se encoge de hombros.

Incluso noto algo similar con su hija, ella también posee el alma de otra persona, por eso su actitud era más desafiante y fuerte, pero prefiero no decir nada, además de que nunca formo lazo paterno con esa chica, por lo que no se le hacía raro que el alma fuera de otra persona.

— digamos que es un pequeño favor por dejarme su cuerpo.— responde con tranquilidad Charlotte.

Si bien le tomo por sorpresa lo que Lucifer dijo, tiene sentido que lo sepa, debe conocer perfectamente la esencia de las almas, ya que proviene del infierno. Lucifer comienza a reír por su repuesta.

— eres divertida, este viaje no será aburrido.—

Lucifer se recuesta en el colchón que esta en el piso del carruaje, era más cómodo que dormir en esa vieja colcha junto a otros hombres.

— ¿te piensas quedar aquí?— frunce los labios.

—¿por qué no?, si no te gusta, puedes dormir fuera.— le da la espalda y cierra los ojos.

Charlotte solo deja escapar un pesado suspiro, ese demonio más que ayuda, parece un dolor de cabeza y ahora invade su espacio personal. Charlotte deja ver una leve sonrisa, para después acomodarse a lado del demonio, procurando quedar contra su pecho y abrazarlo subiendo su pierna sobre la cintura de este, cuando Lucifer se da cuenta se sobresalta.

—¿que carajos haces bruja? Aléjate.— la empuja de los hombros.

— solo voy a dormir y este es el único colchón, así que o te quedas o te vas.— y ella no piensa mover.

— con que esas tenemos...—

Lucifer aprovecha a deslizar su mano sobre la pierna de la azabache, subiendo la falta del vestido, para tocar directamente su piel, buscando ponerla nerviosa para que se aleje, pero Charlotte lleva sus manos al trasero de Lucifer y lo aprieta pegando más su cuerpo al de ella.

— que demonio tan travieso, y yo que creí que no te gustaba.— susurra contra sus labios.

Lucifer se eriza al escuchar la suave y sexy voz de la chica, además de que puede sentir el calor de su cuerpo contra el suyo. Él solo quería molestar a Charlotte, pero puede notar lo tentadora que ella es, sus labios, sus intensos ojos y debido al vestido que lleva puesto, se nota perfectamente su buena figura y debido a esa cercanía, su cuerpo empezaba a reaccionar.

— ¡oh vaya! Parece que alguien necesita atención.— Charlotte aprovecha para apretar la entrepierna del albino con la mano.

Lucifer empuja a la chica y desaparece de ese carruaje, apareciendo fuera de este, mientras respira agitado, era la primera vez que se sentía tan tentado por una humana o más bien por una bruja. Chasquea la lengua y mejor se aleja de ese lugar.

Charlotte por parte solo se ha quedado recostada y sonríe para si misma.

— para ser un demonio es demasiado tímido.— y eso, le gusta, no estaría mal tentar un poco al demonio para usarlo a su beneficio.

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Después de un largo viaje, finalmente entraban a la capital de Lotel, los caballos y carruajes van por la calle principal y quienes observaban la llegada de los extraños, susurran entre si, mientras observan a Charlotte.

"Es ella, esta viva..."

"Esta viva, pero, ¿como se atreve a volver?"

"Esa asesina, no deberían dejarla entrar al pueblo."

"Es una maldita, debió morir."

"Todo es su culpa, ella nos maldijo."

— largo de aquí, hechicera.— grita una mujer.

Esta le lanza una piedra a Charlotte, pero ella lo detiene con la mano, ante esto, todos se detienen, mientras que Charlotte solo deja caer la piedra, no se pondrá al nivel de esa gente, después de todo, ya tendrán tiempo para suplicar. Los guardias rodean a Charlotte para evitar que la ataquen de nuevo, mientras siguen su camino al palacio, pero durante su camino, todos pueden notar que varios locales están cerrados, casas abandonadas y más gente parece ser de la calle. Por su parte, algunos de los habitantes se preguntan como es que Charlotte ha llegado con los caballeros del reino de Ruman.

Al pasar las puertas del palacio, son recibidos por el asistente del rey y un grupo de doncellas, quienes tan pronto ven a Lucifer bajar del carruaje en compañía del ministro, quedan impresionadas por el atractivo del albino, preguntándose si será el hijo del viejo ministro.

Pero al dirigir su vista a los escoltas, las chicas se quedan pasmadas ante la presencia de Charlotte, era imposible no reconocerla y no dejan de preguntarse el porque venía con el ministro, además todos creían que había muerto en el desierto tras su exilió.

— general Layton, agradezco su trabajo, pueden sus subordinados y usted ir a descansar.— habla el ministro elevando la voz tras escuchar los murmullos de las doncellas.

— se lo agradezco ministro, si necesita algo más no dude en llamarnos.— Charlotte hace una reverencia.

"¿General?¿Escucharon eso?"

"Imposible, esa serpiente."

"Por ella estamos en crisis, la reina podría estar peligro."

Las doncellas no dejaban dejaban de murmurar, mientras que el asistente del rey, se disculpa con el ministro, explicando que Charlotte es considerada una tirana en el reino, pues intenta asesinar a la reina y cometió muchos actos atroces en su contra.

— o tal vez, son ustedes los que han cometido una injusticia, tal vez por eso están pagando por ello y el reino, esta en caída.— comenta Lucifer con una sonrisa de burla.

—¿disculpe? ¿Quien es usted para decir eso? No sabe nada de lo que paso en el reino.—

— me disculpo, Duque, Lucifer Morningstar, un placer.—

— es un invitado mío.— agrega el ministro.

El asistente no dice más y les deja en la residencia de invitados para que descansen, hasta que el rey mande por él.

...