Entre El Amor Y El Odio

Amaba a su hijo más allá de todo, cuando el tuvo 3 semanas de nacido Marcus llegó, pasó a ver a su hijo y quedó completamente enamorado

- Es tan perfecto

Era tan pequeño, tan frágil, tan tierno. Era suyo, su vida ahora sería para dedicarla a el

- Quiero que lleve tu nombre

- No, se llamará Luciano, como mi padre

El padre de Marcus era su ejemplo, el mejor hombre que el hubiese conocido, el mejor padre, que su primer hijo llevará su nombre era una manera de honrarlo. Luciano por su parte estaba encantado de que su primer nieto llevará su nombre. Marcus contó a su padre y hermano de lo que se había enterado, del engaño vil del que había sido víctima, también contó cómo todo el cariño que sentía por esa mujer se había esfumado y no sentía nada más que un odio desmedido por ella, que no podía llevarla a vivir con el, no después de lo había hecho, tener que vivir con ella sería una tortura, si de por si el estar casado con ella ya era tormento, no quería imaginar el tener que verla todos los días, su padre y hermano entendieron su decisión y la aceptaron. Cuando el bebé tuvo 6 meses Marcus lo llevó de viaje para que su familia al fin lo conociera, él niño fue bien recibido por todos, en cuanto lo vieron y sostuvieron en brazos no hicieron más que amarlo era imposible no hacerlo. Renata por su parte estaba deshecha, él no tener a su bebé con ella la hacía sentirse vacía, sentía miedo de que Marcus no volvería con el bebé. Pasadas dos semanas Marcus llegó con el bebé como había prometido, le dijo que cada 2 meses se lo llevaría pues su familia quería estar cerca

- Porque no nos llevas contigo? Todo sería más fácil, Marcus yo te amo

- Cállate!! No quiero oírte, amor? Tu que vas a saber del amor? No se le hace lo que tú me hiciste a aquien amas, si me amarás como dices me hubieras dejado ser feliz con quién yo amaba y no condenarme a tener que soportar tu maldita presencia, el solo verte me provoca asco, no entiendes lo mucho que te odio?

Marcus se fue molesto y Renata se quedó llorando, siempre que se veían ella terminaba de esa forma. Ella quería hacerle ver qué no había sido su intención de que las cosas pasarán así, pero en realidad no lamentaba el hecho de que las cosas hubieran pasado como pasaron, pues hacerlo sería lamentar la existencia de su hijo, y Luciano nunca sería algo por lo que lamentarse. Pasaron 4 años en los que las cosas siguieron igual, ella y Marcus solo se veían cuando era necesario y para cuando el hiba por Luciano, este amaba a su padre y siempre que se separaban lloraba mares. El padre de Marcus no soporto más está situación y decidió intervenir pues el estaba enfermo y quería pasar sus últimos años con su nieto

- No, papá, no puedo hacerlo

- Hijo ya pasaron muchos años, la rabia ya debería estar calmada

- Lo está cuando estoy lejos de ella, pero cuando la tengo enfrente, no puedo, siento que podría cometer una estupidez

- Marcus, está no es la forma en la que yo te eduqué, ni el ejemplo que yo te dí, la familia tiene que estar junta

Marcus pensó en la conversación que había tenido con su papá, si es verdad que el no lo había educado así, además de que extrañaba demasiado a su hijo, con eso en mente tomó una decisión

- Hola Marcus qué bueno que llamas, Luciano te extraña mucho

- Compré dos billetes de avión para ti y para Luciano mañana por la tarde, no cargues muchas cosas, pues lo que sea que les haga falta podrán comprarlo acá

- Eso quiere decir que por fin estaremos juntos?

- Solo por mi hijo, porque no el ni yo merecemos estar lejos por ti

Renata estaba feliz, pues por fin sus súplicas fueron escuchadas, tenía la esperanza de que con la convivencia el entendería que lo que había sucedido, no había sido culpa de ella, y que las cosas mejorarían.

Renata llegó a Palermo y estaba maravillada con las vistas, era como un cuento, la ciudad era realmente hermosa, esperaba que Marcus fuera por ellos, pero se equivocó, el mando personas para recogerlos. Cuando llegaron a la mansión, Marcus no estaba pero estaba Luciano, quien los recibió muy bien a ambos

- Nono

Gritaba Luciano mientras corría a sus brazos

- Mío bambino

- Buenas noches, soy Renata

- Hola Renata, como estuvo el vuelo? Pesado?

- No tanto, gracias

- Ven querida no te quedes ahí parada, mira ven que te voy a presentar, estos son Flora el ama de llaves, Paolo el chófer, y ellas Marie y Gina que ayudan en la casa

- Ella es Ana, ha sido nana de Luciano desde que nació

- Bienvenida

Luciano fue a mostrar la casa a Renata, pues él niño ya la conocía

Renata estaba muy impresionada pues la casa era como ella la había imaginado, grande con unos jardines hermosos, tenía caballerizas, una cancha de tenis, una piscina olímpica, y las estancias eran grandes, espaciosas y con mucha luz, sería un buen lugar para que su hijo creciera, además de que por fin estaría con sus padres juntos, porque ella se había propuesto hacer todo para enamorarlo. Después de ver la casa Luciano fue a mostrar las habitaciones en las que se quedarían, las habitaciones eran contiguas , a Renata la casa y sus habitantes le habían gustado mucho, pero había alguien a quien su corazón ansiaba ver más que a nadie y este no aparecía por ningún lado, tocaron la puerta y era Gina para avisar que que la cena ya estaba servida, ella y Luciano bajaron a cenar y en el comedor estaba Luciano esperándoles, dijo que su hijo no llegaría a casa hasta dentro de 3 días por asuntos de trabajo, el corazón de Renata se arrugó, pues sabía el verdadero motivo de que el no estuviera ahí. La cena fue buena, Luciano le hacía plática y le contaba muchas cosas de la casa, de sus hijos, que ambos estaban fuera, y de lo bien que se llevaban, ella por su parte estaba sería, pensativa, pues sabia que la familia de Marcus estaba enterada de como habían contraído matrimonio, Luciano parecio leer su mente y dijo

- Se cómo sucedieron las cosas, o bueno solo la versión de mi hijo, no soy persona que se deje llevar por opiniones ajenas, quieres contarme tu versión?

Renata agradeció la oportunidad de explicarme y lo hizo, contó cómo habían sucedido las cosas, ella vio de dónde Marcus había aprendido a escuchar, pues si padre era igual, cuando termino de hablar Luciano estaba muy serio, Renata creyó que el no creería en sus palabras como su hijo, y agachó la cabeza

- Te creo

Ella levantó la cabeza y volteo a verlo

- Eres transparente, no veo malicia, y la educación que has dado a mi niño me hizo darme una idea de como eras, alguien así no podría ser tan malo

- Pero Marcus, el..

- Mi hijo es un cabeza dura, muy temperamental, espero que ahora que estás aquí las cosas cambien entre ustedes, y ten por seguro que cuentas con mi apoyo

Renata no sabía cómo agradecer, que por primera vez alguien creyese en ella, y que le mostrará apoyo, pues ella pensó que toda la familia de Marcus la odiaria .