El Viudo

Claudia llegó esa noche con David su novio loca de felicidad por mí, trajeron champaña para festejar mi éxito, yo me sonroje de tanta emoción, ella me llevaría a la empresa para la entrevista y se aseguraría de que todo fuera legal y correcto, por su puesto que el contrato estuviese acuerde a mis beneficios también, ella se había graduado de leyes este año también.

Al despertar tenía a Claudia tocando la puerta de mi habitación, al abrirla entro en ella con un lindo conjunto ejecutivo para mí, era una falda a media pierna azul claro, con su chaqueta a juego u una camisa blanca, también traía cuatro trajes más, uno para cada día de la semana, ella tenía miles y me cedió esos, alegando que debía dar una buena impresión, eso era muy importante en la primera entrevista.

La verdad no tengo idea de por qué me eligió para ese trabajo, yo no había estudiado para secretaria aunque podría desempeñarme bien, la verdad no era lo que deseaba para mí, era un poco alejado de los libros pero con ese sueldo sería una tonta si dijera que no, podría ahorrar para montar mi negocio y comprar una casa si todo marchaba bien, tomé el traje y me lo puse, la verdad lucia una secretaria profesional.

Claudia me ayudó a elegir mi calzado unos tacones negros y una cartera del mismo color, me ayudó con mi maquillaje y peinado, al salir tenía el desayuno listo cómo era costumbre, la verdad extrañaría estos desayunos toda mi vida, desayunamos y fuimos al lugar, al llegar la señora nos esperaba con todos los papeles en orden, Claudia los reviso y todo estaba correcto así que firmé confiada, Claudia no me engañaría.

La señora se llamaba Inés, me mostró el lugar, la oficina de su hijo, el no se encontraba allí por qué estaba de viaje de negocios, pero regresaba hoy en la tarde, por eso ella fue la que me contrató ya que la anterior secretaria había pedido la liberación porque se mudaba con su esposo a otro estado. Comenzaba al día siguiente si estaba conforme, acepté y nos marchamos.

El regreso fue con música a todo volumen, las dos cantábamos en el auto a todo pulmón, ya Claudia comenzaba con los preparativos de la boda así que yo la ayudaba, además era su dama de honor, almorzamos fuera y fuimos a elegir vestido de novia para ella, fue más rápido de lo que pensábamos y nos contaban, si entrar a la primera tienda había uno en exhibición que le encantó y al probarlo en si cuerpo le quedaba de infarto.

Lo compró el instante y lo llevamos a casa, lo guardo en mi habitación por si David se le ocurría husmear, si día siguiente iríamos por el anillo, luego que que yo saliese del trabajo claro, llegamos a casa y les hice una vídeo llamada a mis padres no podían creer la noticia, se alegraban mucho por mí, ni yo podía creerlo.

Lo mejor era el salario aunque seguía una idea loca dándome vuelta desde que lo supe, por qué yo, qué vió en mí. Me concentré en lo positivo, si luego había algo que no me gustará me iría, con Claudia comprobé que el contrato era seguro así que disfrutaría del buen salario un tiempo y si ocurría algo fuera de lo normal me iría. Esa noche llamé a todos mis clientes para informar que ya no trabajaría con ellos.

Nuevo amanecer, nuevo día, hoy otra puerta se abría ante mí, me puse mi traje, zapatos, me maquille, tomé mi desayuno, le dí un beso a Claudia que me deseo suerte y marché hacia mi bus, llegué al lugar donde trabajaría, ya tenía un pase así que nadie hizo preguntas, llegue al último piso del edificio, el octavo, allí era donde trabajaría. Llegue a la oficina de mi jefe y toque la puerta el me indicó pasar.

Al entrar estaba en una llamada, me indicó casi sin mirarme que hiciera silencio y me sentara, así lo hice, tomé asiento y lo detalle mientras hablaba, pelo çastaño, rasgos finos, se veía muy bien la verdad. Colgó el teléfono y se giró para verme, su cara palideció y noté como su asombro fue mayor que su lucidez, no podía articular palabra alguna. Tardó un poco en mediar palabra, bebió un sorbo de agua que tenía en la mesa y dijo al fin.

- Soy Gabriel. Pero dudó en tocar mi mano, estaba demasiado impactado.

Incluso miré disimuló en la pantalla de mi móvil mi cara, para ver si había algo raro, mi ropa estaba bien, reviso los botones por si estaban sueltos, nada todo estaba correcto, no entendía que ocurriría así que sólo extendí mi mano pero al ver que dudaba en tocarla la retiré y solo dije.

- Hola soy Jimena, espero llevarnos bien y cumplir con todo lo asignado, no supe que más decir.

Él me pidió que fuera a mi puesto, justo en la entrada de su oficina, la secretaria anterior me esperaba para ponerme al día con mi trabajo, al salir pude escuchar cómo llamó a su madre, estaba alterada y entre gritos pide escuchar las palabras broma, castigo, tortura, claro no entendí nada incluso asumí que no duraría mucho en ese puesto así que debía esforzarme el doble para impresionarlo y hacer que lo que sea que le molestara pasara a segundo plano.