La italiana y el CEO americano. Una Navidad muy diferente. Monalisa, una italiana fuerte, cariñosa, trabajadora, supertorpe o desastrosa, divertida y muy dispuesta, está pasando por un momento muy difícil. Se siente traicionada por las personas que más apoyó y amó, su familia y la de su exmarido. Cuando su matrimonio terminó, fue juzgada y culpada por todo, incluso por la infidelidad de su ex. Cansada de todo y de todos, incluidos sus parientes, y con la Navidad acercándose, decide visitar a su hija y ayudar a una antigua amiga que vive en Nueva York, para despejar su mente.
Abraham es un importante estadounidense, polémico en su vida personal, guapo y muy poderoso. Suele aparecer en público con mujeres bellísimas. Estuvo casado con una famosa actriz durante cinco años y tiene un hijo con ella. Tras la separación, comenzó una relación igualmente polémica, llena de infidelidades de su parte y altibajos con su antigua entrenadora personal, de la cual también tiene otro hijo. Como empresario, es muy respetado, pero su vida personal es bastante cuestionable. A pesar de tener 36 años, sigue disfrutando de fiestas y clubes nocturnos.
Surge un gran negocio, pero el lado personal de Abraham resulta ser clave para sus socios, y su reputación personal es un desastre. Esto puede convertirse en un gran problema, y Abraham necesita urgentemente ayuda en ese aspecto, ya que está interfiriendo en un trato que ha estado buscando por años. Necesita una mujer que lo ayude a mejorar su imagen.
Monalisa, por su parte, quiere un nuevo comienzo, una nueva vida y un nuevo rumbo. Sus destinos se cruzan y...
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Capítulo 5
Yendo a almorzar con las chicas
Monalisa – buenos días, buenos días, buenos días
Valentina – mamá ¿qué haces?
Monalisa- saludando a las personas Tina, ¡pero Dios mío qué gente más maleducada!
Valentina – ¡mamá! no son maleducados, es que estamos en N.Y., aquí las personas no son como en Cremona que todos se conocen y se saludan, aquí casi nadie se conoce
N.Y. tiene más de 8 millones de personas y Cremona tiene 70 mil, es una diferencia muy grande.
Monalisa – ¡aún dicen que esto aquí es vida! Qué bonito, ni nos miran a la cara. Cuesta dar un buenos días o vete al infierno
Lisa y Pietra riéndose
Valentina – mamá, aquí es bien diferente, pero te va a gustar cuando veas el lado bueno
Monalisa – lado bueno, si me caigo aquí nadie me va a ayudar o peor ni me van a ver, imagínate si eso pasa de verdad cuando esté caminando por la calle. Qué gente triste....
Valentina riéndose- mamá no vas a andar sola por la calle y después cuando necesites vamos en taxi, metro
Monalisa – metro no, me marea
Ellas riéndose
Llegan al restaurante y ahí sí, la recepcionista saluda
Monalisa- una que se salva, por lo menos salva el alma
Las chicas riéndose y la chica mira sin entender nada, apenas sonríe
Monalisa- eres linda y gentil
Recepcionista - gracias, mucha gentileza
Ellas van a sentarse para almorzar
Del otro lado, en la mansión de Abraham Potters
Doña Ruth viene con los niños, Cris ya tiene 7 años, Vicky tiene 3 añitos
Cris- hola papá
Abraham coge al hijo, besa y abraza – ¿todo bien Cris?
Cris – sí, él va a saludar a los chicos, Steven era su padrino
Abraham cogiendo a Vicky del regazo de doña Ruth – hola princesita
Vichy – hola papá
Los chicos estaban jugando con Cris, Steven va a jugar en la mesa de billar con él
Ruth – no ha querido comer papá
Abraham - hija tienes que comer
Vichy – no quiero, mamá dice que voy a estar gorda, que estoy gorda
Abraham pensando voy a matar a Emma, la niña tiene 3 años, ¿en qué está pensando....
Después de mucha conversación y con mucho esfuerzo él, Joe y Sam la convencen de comer.
Abraham
Algún tiempo después Ruth viene y se lleva a Vicky con ella, para jugar a las muñecas,
Cris se queda aquí con nosotros y aprovecho para hablar con él, saber cómo van las cosas con Evelyn
Me quedo jugando con ellos o bromeando, porque Cris aún no lo sabe, es pequeño.
Hago una seña a Steven que entiende y va a sentarse a jugar a las cartas con los chicos
Abraham – ya casi termina la escuela, pronto entran de vacaciones
Cris – sí, desafortunadamente
Abraham – ¿por qué desafortunadamente Cris?, en mi época estaría saltando de alegría, aún más que pronto llega la navidad
Cris – es que no me gusta mucho estar en casa
Abraham – ¿por qué no te gusta Cris?
Cris – mamá nunca está, la abuela no va a venir en navidad y me quedo solo con las niñeras.
Abraham – ¿ellas se pelean contigo?
Cris – ¡no! ellas me cuidan, me dan comida, baño y a veces juegan. Solo que mi madre nunca viene
Abraham – pero me dijo que no estaba grabando nada, ninguna película
Cris- tiene un novio, siempre sale con él y no vuelve.....creo que no le caigo bien
Abraham – ¿por qué dices eso, él te hizo algo?
Cris – no, solo que un día mamá fue a cambiarse para salir con él y la niñera fue a la cocina y yo me quedé con él en la sala, entonces me dijo que pronto mi madre se va a vivir con él y que no hay lugar para mí en su casa, pues ellos van a tener otros hijos y yo no soy su hijo.
Abraham pensando creí que tendría que hablar solo con Emma, veo que doña Ruth tiene razón, necesito hablar con Evelyn también, seguro que ella no sabe de esto o...
Abraham – ¿le contaste eso a tu madre Cris?
Cris- sí, le conté
Abraham – ¿y qué te dijo?
Cris – nada, solo sonrió y dijo que no me preocupara por eso
Abraham bueno espero que ella sepa lo que está haciendo, de todas formas voy a tener que hablar con ella
Del otro lado
Llegando al apartamento de Valentina
Monalisa
Nos despedimos de Pietra, ella dejó su contacto a las chicas y viceversa, creo que van a ser buenas amigas. Dijo que no va a vivir muy lejos del edificio que viven Lisa y Tina, parece que a dos cuadras, no entendí.
¡En realidad estoy como una cucaracha mareada! es mucha gente, mucho carro y ni siquiera sé dónde estoy,
¡Señor! si las chicas me dejan aquí, ni siquiera sé para qué lado tengo que ir
Cogimos un taxi y Pietra otro, pronto llegamos al edificio de las chicas.
Monalisa – ¡¡¡Mio Dio!!! (¡Dios mío!) Tina es muy alto, me dices que vives en el primer piso
Valentina riéndose- mamá sabes que no, estás cansada de saber que papá me compró en el vigésimo segundo
Monalisa – menos mal que lo dejé, él cree que tienes alas
Valentina riéndose - ven mamá, vamos, te va a gustar
Monalisa- pues no Tina, me gusta tener los pies en el suelo, tierra....
¿Y si hay un terremoto? Creo que voy a dormir en la portería
Lisa se reía mucho – te vas a acostumbrar Mona, aquí todo es muy alto, nuestro edificio es bajo aún
Monalisa jala a las dos y bien seria – escúchenme aquí las dos, ¡si este edificio es bajo, no me lleven a uno alto! estoy hablando muy en serio, Señor creo que voy por las escaleras
Valentina – ¡mamá son 22 pisos, son muchas escaleras!
Monalisa – ok, vamos en este ataúd entonces
Lisa y Tina no aguantan y comienzan a reír
Valentina – mamá es un ascensor y bien moderno, difícilmente da problemas
Monalisa – ¿cómo así difícilmente? Señor aprieta la cuerdecita, quiero salir de aquí, voy por las escaleras entonces
Ellas riéndose
Lisa – ya estamos llegando es muy rapidito, ¿pero por qué lo llamas ataúd?
Monalisa – porque lo es, miren un cubículo todo cerrado con cuatro paredes, me estoy asfixiando
Valentina – llegamos
Monalisa
Entramos y me siento muy orgullosa, crié bien a mi hija o muy bien, porque está todo en su lugar, limpiecito y oloroso, ¡pero todo cerrado! ¡No señor!, necesitamos aire ¿y dónde están las plantas?
Monalisa- ¿dónde están las plantas? ¡¡¡Tina!!! te mandé dinero para comprar
Valentina- mamá casi no estoy en casa y ni tengo tiempo ni ganas para cuidarlas
Monalisa – no, necesitamos comprar plantas, ¡¡¡necesitamos vida!!!
Y voy a abrir este apartamento, si se ensucia limpio.
Valentina sonriendo- no lo dejo cerrado por la suciedad, es que como es alto y casi no paro en casa, ¡aún más ahora que hace frío! ni abro....
Monalisa – pero necesitamos abrir un poquito, gente ¿quiénes son esos muñequitos allá abajo?
Lisa y Tina riéndose
Lisa- son personas Mona, estamos en el piso 22
Monalisa – pensé que era una comunidad de enanos, parecen tan pequeñitos y no es prejuicio, soy bajita también, escapé por poco de ser una enana
Ellas se quedan conversando, quedando en ir a casa de Martina y riéndose mucho con Mona
no leeré nada más tuyo
es una vergüenza