La Niñera

Sin muchas opciones y con esa amenaza que me hacía este hombre acepte el puesto de niñera. Un trabajo del cual no se nada y mucho menos estoy preparando para esto.

El único cuidado que yo sé es el de mi hermanita, y eso que con ayuda de mi padre, porque sola no creo que lo hubiera podido lograr.

El señor Rodrigo me había dado unos días para poder organizar mis cosas, cuáles cosas no sé, porque no fue capaz de decirme nada o darme una pequeña pista de lo que tenía que hacer.

La noche que llegue a la casa, no fui capaz de decirle a mi padre lo de mi nuevo trabajo, pero tenía que hacerlo al fin y al cabo él me apoyaba en todo y puede que se me pague más en este trabajo pueda llegar a estar a una universidad.

Un sueño que quiero cumplir y que quiero que mi hermana también cumpla, no nos podemos quedar en la ignorancia.

- Y eso hija, no vas a trabajar está tarde, o ya te despidieron si es así deja yo busco algo que hacer y...

- Nada de eso, papá, me propusieron un nuevo trabajo y voy a ganar mucho más. - una mentira piadosa, porque no tengo ni idea de cuánto me van a pagar.

- Me alegra mucho por ti, y cuando empiezas.

- Dentro de dos días.

Dentro de dos días tendré que verle la cara a un hombre que es más frío que el polo norte, algunas vez habrá sentido amor por alguien. Bueno fuera de los dos pequeños que me encontré, esa tarde.

Mientras llegaba el día, me la pasé en la computadora investigando cómo ser una niñera, que actividades les podría hacer y demás. Todos los testimonios decían que no era tan fácil, que los niños así como se encantan por una actividad, también se aburren.

Me daban ganas de escaparme de esa ciudad, pero como podría con dos responsabilidades, no sería capaz de abandonarlos. No tengo un corazón tan frío como el de mi madre y el de mi hermano.

- Tan temprano te vas. - casi me cago del susto, tengo los nervios a flor de piel y mi padre llega de esa manera. - Hija cálmate, es un nuevo trabajo, nada del otro mundo, se qué lo vas a hacer muy bien.

- Hola papá, no quería despertarlos, puede que tengas razón. - al menos alguien tiene confianza en mí.

- Ahí algo más que te preocupa, verdad.

- Tengo nervios, nunca he tratado con niños pequeños, y si les pasa algo a mi cuidado y...

- Todo es un proceso y también es un aprendizaje. Nadie nace aprendiendo las cosas, vas a ver qué poco a poco le cojeras el tiro, eres bastante inteligente.

- Sabes cómo subirme el ánimo siempre.

Me despido de mi padre, con un fuerte abrazo y un beso en la frente, el camino es bastante largo hasta mi destino final.

Al ser tan de madrugada los buses van casi vacíos, y en esta soledad mis pensamientos van al día que mi madre nos abandonó, ninguno podía imaginar que mi mamá llevará a alguien a la casa, y se acostara en la misma cama en la que dormía con mi papá.

Mi hermana fue a la que más duro le dio, yo no digo que no me hubiera dado duro, pero ella al ser la menor de todos estaba muy apegada a ella. Y desde esa misma tarde fui yo quien me convertí en su mamá, en las reuniones me llama mamá, y en el colegio piensan que efectivamente yo soy la mamá de esa pequeña.

Con un último suspiro, llevándose mis recuerdos lejos de mi mente me bajo del autobús, dos horas de camino, se nota que no está para nada cerca la casa de ese señor.

Mientras me acerco a las grandes puertas, me doy cuenta de que la casa no se ve por ningún lado.

- Buen día, vengo a una entrevista de trabajo. - solo quisiera que en este trabajo no me recibieran.

- Eres la señorita Clara.

- Si señor.

El intercomunicador se queda en silencio y a los dos segundos la puerta empieza a abrirse, una señal de que tengo que continuar con mi camino.

Si no fuera por el dueño de esta hacienda, este lugar sería bien acogedor, la vista es hermosa, tiene una camino empedrado, árboles a lado y lado del camino.

El olor a tierra húmeda es fascinante, dan ganas de quedarse unos minutos y disfrutar, pero no tengo tiempo de eso, solo puedo disfrutar de esto mientras camino hacia la casa.

Mientras avanzo me doy cuenta de que el camino comienza a volverse más ancho, eso me da la idea de que la entrada está muy cerca. Y efectivamente la casa se divisa a lo lejos, es impresionantemente grande, al final del camino hay una fuente, a los costados los jardines con diferentes tipos de flores adornan la casa y la casa es de tres pisos.

Varias de las habitaciones del segundo piso tienen balcón, esto está de locos, porque tendrá un lugar tan grande, dicen que si a los hombres les gustan las cosas grandes, es porque tienen un complejo con su miembro, o será por qué su maldito ego es así de grande.

En la entrada de la casa hay una señora ya de edad, al parecer me está esperando porque muy cordialmente cuando me ve me dedica una amplia sonrisa.

- Tú debes ser Clara.

- Si señora soy yo, mucho gusto.

- El gusto es todo mío, mi nombre es Gloria, yo soy la que te voy a dar la inducción.

- Muchas gracias.

Gloria me hace un gesto con la mano, para que la acompañe al interior de la casa, con mucha paciencia comienza a mostrarme la primera planta, que es donde se encuentra lo más común, la sala, el comedor, la cocina, un minibar y dos oficinas.

Cuando llegamos al segundo piso, lo primero que me enseña es la habitación donde duermen los dos pequeños, aparte de eso también tienen otra habitación con diferentes tipos de juegos, y tres habitaciones más que son para invitados.

- Estás escaleras nos llevan a la habitación del señor y a su oficina principal, nadie tiene permitido subir a excepción de las empleadas y mi persona.

- Si alguno de los niños sube, no puedo seguirlo y bajarlo.

- Lo que te recomiendo es que estés al 100 % con los niños y no los descuides, no querrás ver el lado oscuro del señor.

- Ok.

Que más podía decir ya había visto una parte de su temperamento y hasta donde podía llegar para conseguir lo que quiere.

Y como si la parte de adelante y la casa no fueran suficientes, Gloria me llevo por la parte de atrás de la casa y lo que vi me dejó sin palabras.

Había una hermosa piscina, también había un pequeño jacuzzi, un área para hacer asados y más adelante había otra casa, pero está era de un solo piso.

- Tienes permitido utilizar la piscina, pero cuando estés en tu tiempo libre y el señor no se encuentre.

- Eso quería preguntar, que horario voy a trabajar, así mismo cuadraría para poder llegar a tiempo. - ella me mira desconcertada.

- Este señor siempre hace lo mismo. - lo dice para sí misma, pero yo alcanzo a escucharlo. - Le dijeron lo que tenía que hacer, horario o algo.

- No señora.

- Su horario inicia a las ocho de la mañana y termina cuando los pequeños se duerman, tendrá que mantener el monitor de los niños con usted las 24 horas del día, va a estar de interna.

Un baldado de agua fría, todo me esperaba, pero que me dijera que me tengo que quedar y estar pendiente de los niños las 24 horas del día es imposible.