Dylan, El Hijo De La Otra

A la mañana siguiente y pensando que Dylan no se despertaría por si solo, Sofía fue hasta su habitación para despertarlo para que se preparara para ir a la universidad.

Pero cuando entró en esta se llevó una sorpresa al verlo despierto y arreglando su cama.

_ Cariño estás despierto que sorpresa._ Dice en un tono de burla al ver que el chico se ha despertado por si solo.

_ Te dije que yo mismo me levantaría._ Contesta el chico sin verla y siguiendo con lo que estaba haciendo, cosa que sorprendió mucho a su madre.

_ Mi amor tú ve a bañarte y yo termino…_

_ No hace falta yo puedo hacerlo._ Dice el chico terminando de hacer su cama.

Luego bajo la mirada confundida de su madre camina hacia su closet donde toma algo de ropa con la intención de ir a tomar una ducha sin siquiera mirar a su madre.

_ ¿Qué te pasa Dylan? ¿Es por lo que escuchaste ayer?._ Pregunta Sofía triste tomándolo del brazo cuando el chico pasa a su lado.

Dylan ve la cara llena de tristeza de su madre por lo que suelta un suspiro pesado y un tanto nostálgico.

_ No es nada de eso._ Le dice tomándole cálidamente su mano la cual siente como tiembla._ Madre estuve pensando y creo que es hora de que dejes de ver tanto por mí y te dediques más a tí. Ahí esta Brandon él te…_

_ Pero no puedo._ Interrumpe Sofía desviando la mirada.

_ ¿Porqué?._

_ Por que yo aún espero a tú padre._ Le dice bajando la mirada mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

Dylan al ver así a su madre no lo soporto y la abrazó mientras le dejaba un beso en la cabeza.

Aunque le demostraba su cariño nadie le sacaba de la cabeza que su madre le ocultaba algo y él tenía toda la intención de saber que era eso. Aunque en este momento no lo hiciera, Dylan estaba dispuesto a descubrirlo en algún momento.

Esa mañana fue un poco distinta a las anteriores.

Sofía quien trataba de hacer que no pasaba nada y actuar como siempre lo hacía, sabía perfectamente que su hijo estaba molesto con ella y tal vez hasta decepcionado aunque este no se lo dijera a la cara.

Ni bien terminó de desayunar el chico como siempre fue a lavarse los dientes y partió de su casa hacia la parada del autobús que siempre toma. Solo que esta vez era mucho más temprano que los otros días.

Cuando llegó a su universidad miró algo que le llamó la atención por lo que de inmediato fue hacía allá.

_ ¿Disculpe señor se encuentra bien?_ Le pregunto amable a un anciano que se apoyaba en una pared con dificultad mientras se sujetaba la cabeza.

_ Estoy bien, solo tuve un mareo._ Contesta el mayor sin levantar la vista.

De pronto el chico miró como el anciano se tocaba el estómago por lo que supuso que al vez tenía hambre por eso estaba mareado.

_ Aquí cerca hay una cafetería, ¿le gustaría acompañarme a desayunar?._ Le pregunta el joven sorprendiendo al anciano quien luego de pensarlo unos segundos le asiente dudoso.

Dylan al ver que el señor mayor le dijo que sí, lo tomó con cuidado del brazo para poder ayudarle a caminar, lo cual nuevamente sorprendió al hombre quien lo volteo a ver a encontrándose con una sonrisa cálida por parte del joven.

El chico condujo al anciano hasta una pequeña cafetería donde una vez dentro de esta le retiro la silla para que se sentara y luego llamó a la camarera para que los atendiera.

_ Buen día, ¿están listos para ordenar?._ Pregunta la chica amable sosteniendo en sus manos una pequeña libreta y un bolígrafo.

_ Señor puede ordenar lo que desee comer que yo pagaré. Así que sientase libre de pedir cualquier cosa._ Le dice el chico al anciano quien mira el lugar con el ceño fruncido.

_ Solo quiero un americano con un toque de vainilla._ Dice dejando ahora sorprendido el chico quien comienza a reír, algo que molesto al mayor quien lo mira serio._ ¿Pasa algo?._

_ No, nada, perdón por eso, es solo que me sorprendió conocer a alguien más que tomé el café así aparte de mí._ Le confienza el chico con una sonrisa nerviosa y apenada al ver al anciano molesto.

_ ¿También lo tomas así?._ Le pregunta sorprendido.

_ Así es, aunque mi madre me dice que a eso ya no se le llama americano ya que tiene vainilla, sin embargo, aún así me encanta tomarlo de esa forma._

Después de escuchar lo que Dylan le decía los dos pidieron un café americano con un toque de vainilla.

Y aunque el chico le insistió que pidiera un desayuno, el mayor le dijo que por su dieta no podía comer cualquier cosa. Además que era alérgico a varias cosas por eso tenía que estar 100% seguro de lo que consumía para no tener una posible complicación.

El joven entendido perfectamente lo que le decía el anciano por lo que no insistió más y solo tomaron su café mientras conversaban sobre cafés y algunos tipos de alergias.

Cuando Dylan se percató que ya se acercaba la hora de su primera clase, sacó su billetera y dejó suficiente dinero en la mesa para pagar los cafés.

_ Sientase libre de tomar otro si gusta, yo me tengo que ir a mis clases ahora._ Le dice poniéndose de pie mientras el anciano lo ve fijo.

Dylan estaba a punto de irse cuando el anciano lo detuvo.

_ Espera._

_ ¿Necesita algo más?._

_ Aún no me has dicho tu nombre._

El chico al escucharlo estiró su mano hacia él en forma de saludo.

_ Mi nombre es Dylan, señor…_

_ Edward._ Le dice el anciano estrechando su mano.

_ Fue un placer conocerlo señor Edward, si me disculpa ahora si me tengo que ir. Odio la impuntualidad y no quiero ser parte de esta estadística._ Le dice el chico con una leve sonrisa.

El anciano le asiente y el chico sale casi corriendo del pequeño restaurante.

Al pasar por el ventanal donde se encuentra sentado el anciano, Dylan le dijo adiós con la mano a lo que el mayor solo levanta un poco la suya haciendo sonreír al chico quien de inmediato comienzo a correr hacia la universidad.

Mientras el anciano veía como el chico corría hacia su universidad, alguien llegó hacia él y le entrego un pañuelo blanco, el cual tomó y de inmediato comenzo a limpiarse con cara de asco la mano con la que había estrechado la mano de Dylan.

^^^Continuará…^^^

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