La Huida- Un Alfa Rechazado

Capítulo 5

Oliver.

Habíamos estado ocupados toda la mañana. Leandro trajo con él a su hermana, Loreto, que está de vacaciones aquí en la isla, una mujer alta, muy hermosa, mide alrededor de 1.75 y  delgada, se nota que se preocupa mucho de su físico, llegó hace pocos días al fundo de don Remigio y le pidió a Leandro que la llevara con él para poder pasear por el centro de la ciudad, y como lo que veníamos a hacer fue rápido, los acompañamos a dar vueltas, Lucas y Manu aprovecharon de comprar algunas cosas que les hacían falta, y yo igual, aprovechamos de ir a almorzar y seguir hablando de nuestros negocios.

—¿Dime Oliver, estás soltero? — me interrogó Loreto muy coquetamente.

—La verdad es que si, tengo mucho trabajo, y en este momento es lo más importante junto con cuidar de mi hermana, no me da el tiempo de tener una relación formal— respondí en tono serio y podría decir que, hasta un poco borde, pero no estoy interesado en tener una relación amorosa.

Zanjé el tema ahí, no quería que se siguiera insinuando y ya estaba cansado de tanto dar vueltas, ya los chicos tenían todo lo que necesitaban así que saque las llaves de la camioneta, me acerqué a Leandro y le avisé que nos íbamos y que los esperábamos en la casa central.

—Leandro, nosotros estamos listos, y mi hermana ya se debe estar tirando los pelos de la cabeza porque aún no llegamos— dije en tono de chiste.

—Si, nosotros igual estamos listos, Lore ya termino de hacer sus compras, nos vamos detrás de ustedes.

No subimos al vehículo y nos pusimos en marcha, lo único que quería era llegar a la casa, y no tengo idea de porqué, pero podía sentir a Kantz inquieto.

—No era necesario ser tan cortante para responder la pregunta que te hizo Loreto, ella solo estaba siendo simpática, aparte se nota que le gustaste desde que te vio— dijo, Lucas — parecía realmente interesada en ti—

—Sabes que no estoy en busca de compañía, ambos lo saben

—Pero jefe, con Lucas y Rocío creemos que es tiempo de que te busques a alguien, que te caliente la camita, y a ver si así se te cambia ese humor de perro rabioso que te cargas. ~dice apoyando a Lucas~

—En primer lugar, Idiota, llámame por mi nombre, estamos solos, y en segundo… mi cama no la compartiré con nadie, y tampoco quiere decir que no tenga sexo y haga celibato— Repliqué seco

—Si estás hablando de la morena de la playa, de hace algunas noches de borrachera, te digo en tu cara que eso no cuenta, una mamada no es practicar sexo— suelta una risa estridente.

—Ese no es problema de ustedes par de tarados— respondo ofuscado.

—Creo que es buena idea que Leandro la haya traído, a ver si te hace el favorcito, jajaja.

—¿Saben qué? Ya dejemos este tema hasta aquí, no quiero estar enojado con ustedes por esta estupidez— les digo a ambos.

—ok, hablemos de lo que en este momento es más importante que un acostón ¿Qué pasa con Rocío? —dice lucas haciendo que me suelte un gran suspiro.

—no sé qué hacer para levantarle el ánimo, no me gusta verla triste ella no es así— otro suspiro — Estoy muy preocupado, como hermano mayor solo quiero verla feliz.

—Oigan, podríamos organizar una fiesta, invitar algunos de los socios, quizás algunos lobos de la antigua manada, o los de Neuquén— dice Manu.

—Si, es buena idea, a penas Leandro y Loreto se vallan, organizamos la fiesta.

Estamos llegando a la casa, y veo por el espejo retrovisor la cara de confusión de Manuel, también siento que Lucas se pone tenso a mi lado, lo miro y tiene la misma expresión en su rostro.

—¿Qué les pasa? ~pregunto~

—¡MATE! — exclaman al unísono.

—¿A dónde se fue? ¿Dónde está? — pregunta Lucas.

—No lo sé de pronto la perdí — agregó Manu

Nos bajamos de la camioneta y no alcance a decirles que se calmaran cuando ya iban corriendo como Husáin Bolt hacia la lechería —Par de idiotas —exclamo.

Veo a lo lejos por el camino el vehículo de Leandro acercarse, me di la vuelta para sacar las llaves y las bolsas de la camioneta, y percibo el olor de mi hermana, cuando me doy cuenta ella viene corriendo como alma que lleva el diablo, su expresión no la podría definir, sus ojos brillaban y a simple vista puedo decir que está… ¿emocionada?, la detengo tomándola de los hombros y la miro fijamente.

—Rocío, cálmate, respira, ¿Qué pasa?

—¡ES EL! ¡Mi mate! Hermano, él está aquí, está cerca —me dice con los ojitos llorosos

Mire a todos lados y las únicas personas extrañas en el sector eran Leandro y Loreto.

—Espérame aquí, no te muevas, pero ella lo único que quería era saltar sobre él. —Escúchame, necesito que te calmes—

La solté cuando la camioneta se estacionó a unos metros de dónde estábamos, la escucho decir en un susurro ~es humano~.

—¡Mierda!, me giro hacia ella miro a los ojos y le digo: —esto será difícil, pero no imposible, yo te voy a ayudar en todo lo que me pidas y cuando me necesites— puedo volver a ver ese brillo maravilloso que tanto había extrañado.

Me di vuelta para recibir a nuestras visitas, Leandro mira a mi hermana y dice:

—Oliver, pensé que eras soltero, pero veo que no, tu mujer es hermosa — él no podía dejar de mirar a Rocío

—jajaja, sí, soy soltero, ella es mi hermana, te la presento, se llama Rocío.

—con una gran sonrisa mi hermana le extiende su mano para saludar a Leandro, quien a penas parpadea.

—¿A mí no me vas a presentar hermanito? — dice Loreto en un tono exasperante.

Pude ver la expresión de mi hermana cambiar de un momento a otro, estoy casi seguro de que su futura cuñada no le simpatizo para nada.

—o si, ella es mi hermana, su nombre es Loreto. ~la presenta~

—Hola Loreto, un gusto ~dice mi enana sin gracias alguna~, supongo que están aquí para conocer la lechería y las plantaciones.

—Si, Oliver nos invitó a conocer, y debo decir que este lugar es hermoso ~dice Leandro guiñándole un ojo a Rocío~, espero tengan terrenos a la venta, me interesa para construir una cabañita.

—Te gustaría vivir por estos lados pregunta Ro con una ancha sonrisa en sus labios.

—Si te puedo tener de vecina, me encantaría ~dice Leandro en un susurro sin dejar de mirarla~.

—Bueno, lamento interrumpir, pero hay terrenos por conocer, ~digo en tono de broma~ ambos me miran, y pude darme cuenta de que estaban sonrojados.

—¡Si! ~exclamo Ro~ yo debo ir a ver a Lucy y Lilly, quiero saber si sus puestos de trabajo les gustaron y afinar algunos detalles con ellas. ¿Nos vemos más tarde, ustedes dos se quedarán a la comida?

—Así es, ~respondo antes que Leandro~, los invité a quedarse unos días, ya Silvia les preparó una cabaña, así podemos hacer una demostración del funcionamiento y el trabajo que hacemos aquí.

— nos quedaremos algunos días, y quizás tu puedas ayudarme con la búsqueda de un terreno, digo, si a tu hermano no le molesta claro ~dijo dirigiendo una mirada de súplica hacia mi~

—por mí no hay problema. ~le contesto~

—Oliver! Escucho a mis espaldas, son Lucas y Manu que vienen con un humor de perros al parecer no las encontraron. Está todo listo para el recorrido, ¿vamos? —

Cuando me giré para despedirme un momento de Loreto, ella se me acerca y me pregunta —¿crees que podamos salir a dar una vuelta para que me muestres el pueblito? O ¿quizás hacer algo más entretenido? —

—Mmm, si, puede ser, te busco a penas me desocupe, nos vemos luego —me reprendo mentalmente por haber accedido a su invitación. Me di media vuelta y seguí al grupo de hombres que se había adelantado, y salí de ahí lo más rápido que pude.

Luego de terminar con el recorrido, volvimos a la casa central, Lucas y Manuel seguían inquietos, y se podía ver en sus miradas un destello de decepción. El par desea tanto encontrar a sus parejas, los entiendo yo en algún momento desee lo mismo, aun después de la ceremonia de rechazo y con el vínculo roto mi pecho duele intensamente, pero con el tiempo es menos frecuente y duradero. Deje a Leandro con Rocío y loreto en la sala de estar y me lleve a mis amigos a la oficina.

—¿me van a contar que pasó? ~pregunte preocupado~

—Yo sé que la olí, sé que está aquí, la sentí cerca. ~bajó la cabeza~ ¿acaso no soy suficiente? ¿por qué se esconde?

—Aún tengo ganas de buscarla, y revisar hasta debajo de las piedras ~dice manu~

—HEY! ¡NO!, pueden pensar de esa forma de ustedes mismos, ellas deben tener alguna razón importante para esconderse, pero ustedes… ustedes no son el problema.

Sentimos la puerta abrirse de repente, era mi hermana quien había entrado, y claramente estaba preocupada, ella nos conoce tan bien a los 3.

—¿Qué pasa? ¿Por qué esas caras? ~espeta~

—Encontramos nuestras parejas, dicen a coro~, pero… ellas, se escondieron, desaparecieron ~secunda Manu~

—¡OH! Eso es genial… y triste a la vez ~dice con expresión tranquila, pero en sus ojos puedo notar cierta complicidad —estoy sospechando de que algo sabe

—Chicos, ¿Por qué mejor no van a la sala de estar?, así le hacen compañía a Lucy y Lilly, que al parecer no les simpatizo la tal Loreto. ~Inquiere mi hermana~.

—¿Está bien bebecita ~le dice lucas con cariño y le da un beso en la frente~, pero después me cuentas el porqué de esa sonrisa, ok?

Rocío asiente y luego de que los dos hombres salen de la oficina, se gira hacia mí y dice:

— ¿Me puedes hacer un favor? ¿puedes ir a mi casa a buscar a Aurora?, es que… no quiero dejar a mi bomboncito, que la Diosa me mandó. Porfis ~suplica con las manos juntas y un puchero~

—Bueno, y cuando termine la comida, me vas a contar lo que sabes de las parejas de esas dos bestias, no los quiero ver deprimidos, ya suficiente fue verte triste a ti como para sumar a la lista a esos dos. ~zanjé~

—Ok. Se que puedo confiar en ti y puedes ocultar el secreto unos días, te espero en la sala, no te demores y oye, y por favor no seas pesado con ella. ~exclama~

—alzo mis manos y le digo: —uy, hermana, sabes que no te lo puedo prometer, ser pesado me sale natural— ~jajaja~.

Salí rumbo a la casa de Ro, siento a Kantz un poco inquieto, abrí el enlace para saber que pasa

-Oliver: se puede saber qué te pasa, llevas toda la tarde…inquieto

-Kantz: no lo sé, pero de repente tengo ganas de correr sin rumbo

-Oliver: prometo que después de comer saldremos a correr

-Oliver: que conste que lo prometiste