Paraíso

Capítulo 4

Días después de lo ocurrido en casa de Hakim, había mantenido distancia Ibrahim con su socio Saalim. No quería una enemistad entre ellos, y más porque estaba apunto de llevar acabo la propuesta para casarse con Lina. A Ibrahim nada lo detendría, era momento de hablarlo con su esposa Rayza.

—Salam Aleykum habib, ya está tu comida servida.—decía Rayza mientras lo recibía como siempre, con una sonrisa dulce y un beso

—Aleykum Salam, todo se ve como siempre perfecto querida. Pero antes de comer necesito hablar contigo.—se sorprendió Rayza ya que para su esposo la comida era sagrada.—Toma asiento por favor.—

—¿Hice algo mal habib?—

—No, quiero hablar contigo sobre una decisión trascendental que tome, y tiene que ver con nosotros. Decidí tomar una segunda esposa, sé que ella llenara más nuestra vida de felicidad.—fue un baño de agua fría lo que sintió Rayza al escucharlo. Se puso de pie y quedó totalmente en silencio, hasta que algo en ella estalló.

—No, no lo acepto. Nunca te he faltado como esposa, te di un hijo varón, me he consagrado a ti enteramente, he cuidado de ti, de tu casa y siempre he mantenido una conducta intachable. Es injusto que me quieras traer a otra mujer a esta casa que siempre ha sido mía.—Ibrahim se puso de pie, la miró fríamente y la golpeó haciéndola caer al piso.

—Nunca vuelvas a gritarme, no necesito un motivo para buscar una segunda esposa. Ella vendrá aquí y la vas a tratar de acuerdo a la costumbre, será bienvenida y se convertirán en las mejores amigas. Vas a mostrar felicidad y la ayudarás en todo lo que ella quiera, si ella es feliz conmigo tú también lo serás.—

Rayza se frotaba la mejilla, ella no estaba de acuerdo así que buscaría a su suegro para que hablara con Ibrahim y detuviera esa locura. Rayza estaba desesperada, sin pensarlo más envió un mensaje a su suegro para que intercediera por su causa, no había nadie que hiciera entrar en razón a Ibrahim, más que su padre.

Después de la comida Ibrahim visitaba la fábrica de las pieles, ahí estaba Hakim. Revisaba todo en el lugar, pero solo pensaba en cómo abordar a Saalim para arreglar el desastre que había hecho su nuevo socio. Pero Saalim todo lo que había escuchado lo tenía alerta, aunque fuera por gratitud jamás entregaría su hija a Ibrahim.

—Papá, ¿Qué tienes?—preguntaba Lina

—Nada, solo pienso en que deberías estudiar en España. Así tu hermano puede estar pendiente de ti, mientras nosotros nos vamos.—

—Papá, le prometí a Amir que esperaría su regreso, si me voy como sabrá que lo estuve esperando.—

—Los jóvenes, todo creen que es sencillo. Debo ser honesto contigo mi princesa, o es Amir o es tu sueño de estudiar lamentablemente no puedes tener a ambos.—

—El prometió que estudiaría aunque me casara con el, y sé que cumplirá.—

—No, no hija. Pon los pies sobre la tierra Amir pertenece a los Rashid. Su padre nunca va a aceptar el matrimonio entre ustedes. No quiero que sigas alimentando esa ilusión, sabes bien que nunca te he prohibido nada pero esta vez si lo hago. Quiero una vida diferente para ti, más allá de ser un mueble más de tu casa. Tienes muchos años por delante, la oportunidad de no ser una musulmana más que vive bajo las reglas de su marido y la familia de él, casándote con Amir pertenecerás a su familia. Yo seré tu padre, pero si te casas vivirás bajo las reglas de los Rashid.—

—Papá pero…—

—Sin peros, dejemos este tema por favor. Otra cosa de ahora en adelante jamás saldrás sola, Nadia se volverá tu sombra. No más visitas con Aisha, si quiere verte que venga a la casa.—

—Está bien padre.—Lina aguantó las lágrimas frente a él, y se fue a su habitación a desahogarse.

Saalim no tenía secretos para su familia, pero después de lo dicho por Hakim no iba a hacer oídos sordos. Aunque estaba agradecido con Ibrahim, su hija no sería el pago que recibiría de él por todo lo que lo ayudó no lo permitiría, después de todo estaba recibiendo su pago de los negocios que hicieron juntos. Le alegraba saber que no había vuelto a visitarlo, eso podría ser porque realmente le avergonzó lo que dijo Hakim o se trataba de una estrategia. Más tarde Ibrahim volvió a su casa, su padre ya lo esperaba. Se miraron fijamente, de inmediato se dio cuenta que su esposa lo había citado.

—Salam Aleykum padre.—

—Aleykum Salam, ya debes saber que hago aquí.—

—Rayza te aviso que planeo tener una segunda esposa, sabes bien que no está prohibido hacerlo.—

—Lo sé, pero es absurdo. Ella tiene toda la razón en estar molesta, te dio un hijo varón primogénito, nunca a faltado como esposa tienes un hogar lleno de armonía y amor. ¿Por qué quieres atraer la tempestad a tu hogar?—

—No es absurdo, quiero otra esposa y ya he elegido.—

—Que decepción te comportas como un adolescente, el tiempo pasa hijo y no perdona. Lo que deberías hacer es traer a Amir, enseñarle los negocios de la familia. Y preocuparte por su matrimonio para que nuestro apellido siga por muchos años más. Vamos Ibrahim eres inteligente, no dejes que lo que sea que te está pasando arruine todo lo que tienes. Allah castiga más rápido de lo que crees.—

—Voy a casarme y es mi última palabra, esa mujer va ser mi esposa y me va a dar más herederos. Estoy seguro de ello, en cuanto Amir lo pensaré.—

—No se porque me desgastó haciéndote entrar en razón, luego no digas que no te lo advertí.—

—Te escuché, su bendición padre.—

Bilal era un jefe de familia, sabía que lo que le sucedía a su hijo era solo una pasión que le estaba nublando el buen juicio, ese día Ibrahim no tuvo piedad de Rayza.