La muerte de los padres de Sol cambian su vida, convirtiéndola en una vida de terror, de sufrimiento y miedo.
Pero ese mismo miedo y sufrimiento, lo tendrán lo demás de la peor manera, en una ilusión que los pondrá en la peor situación posible, tanto que sacarán de sus vidas, la maldad que hacen a los demás.
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Capitulo 4
El Sol salió y quién llevaba su nombre, una linda chica que su belleza era problema para otras que no aceptaban tal cosa, Sol, no había dormido en toda la noche, sus ojos pesaban, su cabeza dolía y más cuando recordó la llamada, esa que erizaba su piel, lograba sentir un miedo nuevo, no a el de dolor físico o psicológico, ese que producen cambios en la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración y la tensión muscular. Esta vez Sol, experimentaba una sensación desagradable e intensa ante la percepción de un peligro real, no a un animal peligroso, está vez era miedo a una persona que no veía.
Pero si la veían a ella, que decía cuidarla, pero de una manera muy poco común o cruel, ese miedo a ver morir a alguien y que ella fuera la culpable indirectamente.
Sus pasos en esta ocasión eran firmes, su cabeza aún más, había olvidado que era víctima de bullying, no recordaba que siempre era recibida de la peor manera, estaba tan concentrada en saber quién era quien la llamo, que la voz de Ángelo la asustó.
—Te ves más segura.— Le hablo Ángelo, haciendo que pegará un salto.
—¡Oye, no me vuelvas hablar así!— Le reclamo ella en tono fuerte.
—Ja, ja, ja, deberías de hablarles así de fuerte y segura a ellos.— Ángelo señaló solo con la mirada al grupo de sus tormentos, ambos tomaron asiento sin decir nada, esperando cualquier maldad que ellos quisieran, pero no fue posible, el director entraba junto a un apuesto hombre de mirada profunda y bien vestido.
—Buenos días.— Hablo el director y todos guardaron silencio.
—Tenemos el honor de recibir a un colega director, viene con el fin de promover las salidas a los campos y bosques, aprender sobre la supervivencia.— Todos aplaudieron emocionados, Ángelo y Sol tenían una mirada aterradora, aún más Sol, la mirada del nuevo director estaba en ella y sentía un Aura fuerte, pero una sonrisa la sorprendió.
—No tengan miedo, jóvenes, estaremos siempre en grupos y solo serán tres días.— La vos del director era tan firme y apuesta, las chicas no dejaban de suspirar por él, mientras Sol solo sentía que su corazón se podía salir.
—¡SOLECITO!— Le grito perla, logrando que saltará del susto nuevamente, eso hizo reír a todos a carcajadas y eso molesto al nuevo director.
—No vuelva hacer eso, señorita, no juegue con el miedo, puede ser peligroso.— Esas palabras sonaron en Sol, como una amenaza, asustando más a la chica, ¿acaso era él su ¿protector?
—Sol está acostumbrada a sentir miedo, ¿no es así Sol?— Perla seguía el juego o tal vez trataba de burlarse del invitado.
—Basta señorita, le está faltando el respeto hacia el invitado.— Le grito su director, perla no dijo más una palabra, pero se notaba su disgusto, Ángelo formó una sonrisa que solo Sol, observo, confundiéndola más.
Los dos hombres salieron, quedando en acuerdo que se verían al día siguiente en una parada, perla se acercó a Sol y golpeó su cabeza con un libro.
—No te acostumbres a que te defiendan, sabes bien que siempre estarás sola.— Le amenazó presionando su dedo en la frente, hasta dejar la marca roja.
A diferencia de muchas, la salida fue tranquila, para Sol era algo muy confuso, su cuerpo y mente se había acostumbrado a una sola cosa, un maltrato y el cambio, le estaba costando más, el miedo y temor juntos, su teléfono se volvió prioridad para ella, esperando que le entrara una llamada, pero nunca llegó y eso la molestaba.
El sonido de la puerta la asustó, pero se tranquilizó al escuchar la vos de su tío.
—Me acaban de llamar para una salida que tienes mañana, solo no te dejes comer con una criatura.— Se burló el tío de Sol, ella no dijo nada, pero sentía que algo malo podía pasar en ese bosque, no estaba segura de querer ir, aunque no tenía opción.