Richard Ford, el Ceo de Industrias Ford, es un hombre acostumbrado a tener el control, nadie le dice que no, pero todo cambió cuando aquella pelirroja de ojos azules se atravesó en su camino robando una de sus pertenencia y aunque la ha buscado por cielo y tierra para castigar su insolencia, su paradero es todo un enigma. Lo que desconoce Richard, es que será ella quien toque a su puerta en busca de un empleo, luego de eso podrá recuperar el sueño, o tal vez esta vez le roben algo más valioso... su corazón.
NovelToon tiene autorización de Eliana Mendez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Mentirosa.
...Pov. Richard....
Me encuentro recibiendo a las candidatas a ser mi nueva asistente, debido a que Clárens no fue capaz de cumplir con la labor que le encomendé, lo degrade de cargo, pensé en despedirlo, pero Larry intercedió por él.
— Será un placer trabajar con usted, si me da la oportunidad. — Concluye la castaña frente a mí.
— Una vez terminen las entrevistas, recibirá una notificación a su correo informando la decisión, por ahora puede retirarse.
La mujer se levanta y sale de mi oficina, no sin antes dedicarme una sonrisa coqueta la cual le devuelvo.
Lidia, mi secretaria ingresa y me hace una breve presentación del perfil de la siguiente aspirante, mientras tanto yo reviso su hoja de vida desde mi portátil.
Así que no hizo falta encontrarte Chanel, ese es tu nombre, pequeña ladrona.
— Hazla pasar. — Ordeno a Lidia.
— En seguida.
Lidia la hace pasar y luego de que la susodicha ingresa, ella sierra la puerta.
Estando dentro lo primero que hace es cerrar sus ojos, no sé si lo hace inconscientemente, pero abre sus manos que estaban hechas puños y sacude sus dedos, claramente está nerviosa, me levanto y me acerco a ella lo más que puedo, no sabe lo que le espera una vez me reconozca, deseará no haberse topado conmigo, respiro su aroma y realmente es fastidioso, es una extraña mezcla frutal, demasiado dulce para mis gustos, cuando la vi la primera vez no me di cuenta de la cantidad de pecas en su rostro, algo más en contra para ella, las pecas no son algo estético, además, sus labios son muy delgados para mi gusto y las pestañas largas no le favorecen, ya que dibujan una sombra que hace lucir más oscuras sus pecas en contraste con lo blanco de su piel, ¿será que no conoce lo que es el sol?, no le vendría mal un bronceado.
Ella inhala profundamente y lentamente levanta los párpados superiores dejando ver sus azules ojos de ladrona.
Buenos días. — Es lo primero que sale de sus labios.
— ¿Buenos días? — Pregunto mientras levanto una ceja, jamás conocí a alguien tan descarado.
— Es un placer, señor Ford. — Tiende su mano para saludar mientras da un paso hacia atrás, al parecer no le agrada mi cercanía.
— ¿Nos hemos visto antes, señorita Walker? — Pregunto dándole la oportunidad de implorar perdón.
— Definitivamente no, lo recordaría. — Mi mandíbula se tensa, ¿Quién se ha creído? Fuera de que me roba tiene la desfachatez de no recordarme. Rodeo el escritorio y me siento, mientras le señaló la silla de enfrente para que haga lo mismo.
— ¿Dónde ha estado los últimos meses? — Realmente me genera curiosidad saber donde se escondió.
— Eh... los últimos meses estuve en Inglaterra.
— ¿Qué hace una mujer de bajos recursos para poder costearse un viaje a Inglaterra? — Tuvo que haber robado más que un celular para poder hacerlo.
— Trabajar, es lo que hace la gente normal. — O la gente decente que no va robando a quien se cruza en su camino.
— ¿Se considera usted parte de esa gente normal?
— Lo soy. — Y siguen las mentiras.
— ¿Qué hacía en Inglaterra?
— Trabajé como vendedora en una floristería, sé que no es la experiencia que se necesita para este cargo, pero...
— No pregunté en qué laboraba, he preguntado que motivo la llevo a Inglaterra.
— Han sido motivos personales... y si no le importa preferiría omitir el tema. — No sabes a quien le niegas información, si supieras que puedo y voy a aplastante.
— La entrevista ha terminado, en caso de calificar, mi secretaria se pondrá en contacto, ahora por favor retírese...
— Con permiso. — Centro mi vista en el portátil e Ignoro sus últimas palabras, ella sale y cierra la puerta.
Mi secretaria vuelve a ingresar.
— Señor, la siguiente candidata es la señorita...
— No veré a más nadie, cita para mañana a la mujer que acaba de salir, deberá venir a trabajar mañana, que se presente a las siete.
— Pero señor, el horario de oficina es apartar de las ocho.
— Será mejor que no cuestiones mis órdenes, de lo contrario tú también entrarás a esa hora.
— Lo lamento señor, no se volverá a repetir.
— Voy a estar ocupado, no permitas que nadie me interrumpa.
— Como ordene. — Concluye y se retira, cerrando la puerta tras ella.
Haberme robado te va a salir caro, no imaginas cuanto.
...Pov. Chanel....
Al salir de aquel lugar decido caminar a casa, es lejos, pero quiero, necesito despejarme, no sé que voy a hacer. Una hora treinta y siete minutos, es el tiempo que he tardado en llegar a casa, al ingresar mi madre me mira sonriente.
— ¿Cómo te fue? ¿Cuándo empiezas? — Pregunta emocionada, tiene tanta fe en mí que no tengo otra alternativa más que mentirle, bueno no es indispensable que lo haga, pero su carita de felicidad lo amerita.
— Aún no me confirman, ¿pero sabes?, creo que el puesto es mío, ese hombre quedó maravillado con mi hoja de vida, ¡hasta me dijo que soy una mujer digna de admirar! — Dios mío perdóname, no permitas que me queme en las llamas del infierno por mentirosa.
— ¡Lo sabia! — Se acerca y me da un sonoro beso en la mejilla, esto hay que festejarlo, compra una botella del mejor vino y trae un pavo, lo prepararé para la cena.
— Nada me encantaría más que eso mamita, pero sabes que debemos ahorrar, además sabes que no debes ingerir alcohol por la quimioterapia.
— Eso era antes, seguro tendrás un gran sueldo, además quiero disfrutar antes de morir, no puedes negarme eso.
— Mamá, aún no me confirman que me hayan elegido a mí.
— ¿Bromeas? Está maravillado con tu hoja de vida y además te dice que eres admirable, ¡Seguro y te paga más de lo presupuestado!
Nota mental: aprende a controlar tu estúpida lengua y nunca, pero nunca más, se te ocurra mentirle a tu madre, no sea que el castigo llegue de inmediato y te pida una cara botella de vino.
Desanimada internamente, porque por fuera debo mostrar una amplia sonrisa, voy a mi habitación.
Suspiro mientras saco de un cajón los pocos ahorros que me quedan para salir a comprar lo que mi madre me pide.