"UN AMOR PROHIBIDO QUE NO MUERE
Kostas conoce a Athina, la hijastra de su hermana, en una boda. Es amor a primera vista, pero la edad y la relación familiar lo convierten en un tabú.
Cinco años después, Athina es secuestrada y Kostas se convierte en su héroe. El amor sigue vivo, pero el pasado y los prejuicios amenazan con separarlos.
¿Podrán superar las barreras y luchar por su amor?
NovelToon tiene autorización de Angie de Suaza para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo Veinticuatro
Constantin tiene novia, esto confirma que él y Athina no son pareja. Todo fue un malentendido. Pero Kostas no está en condiciones de alegrarse por eso; él y Athina no tienen ninguna posibilidad de estar juntos.
Un rato después llega de nuevo Constantin a su lado después de hacer las llamadas, y se sienta en silencio a su lado en la fría sala de espera de ese hospital.
Una enfermera solicita un familiar de Athanasiau para firmar unos documentos, por lo que Constantin sale con ella a una oficina, y en ese preciso momento, Athina despierta de los efectos del calmante que le pusieron, así que Kostas entró a la habitación.
—Hola, muñeca, ¿cómo te sientes? —Ella lo mira y detesta que la llame muñeca, cuando no merece ni siquiera dirigirse por su propio nombre.
—Mejor —Responde escuetamente. —¿Cómo está papá? —Athina pregunta rápidamente, teme que algo malo le haya pasado.
—Athanasiau está fuera de peligro, no te preocupes. Hace diez minutos salió de cirugía. Hay que esperar cómo va a ser su recuperación, pues la bala se había alojado en su columna en la zona lumbar. —Kostas no le escondió nada a Athina del estado de su papá. —Constantin ya le informó a Alondra, y en este momento debe de estar viajando.
—Hazme un favor y me llamas a Constantin, necesito hablar con él. —Athina estaba desesperada por saber de su gordito; ya van dos días que no lo ve. Jamás se habían separado tanto tiempo.
—Sí, ya lo llamo. —Kostas salió de la habitación para buscar a su sobrino y se sintió tan idiota. Esperaba otra actitud en Athina, que lo abrazara feliz como lo hacía en el pasado, y luego recordó que la trató de lo peor y fue un idiota con la mujer que ama solo por temor, por prejuicios y por el qué dirán. Pero viéndola vulnerable, con riesgo de morir, se dio cuenta de que la ama, que es la única mujer que ha amado y que amará.
Pero ella no va a perdonarlo, lo sabe. Al final es lo mejor; él no se merece una mujer como Athina. Evitará así miles de conflictos y será siempre un maldito a sus ojos.
Además está Alicia, desde que no sepa cómo quitársela de encima y que deje de ser una amenaza para Athina no va a arriesgar su integridad.
Constantin entró a la habitación de Athina, y una hora después salieron del hospital; ya se imagina que le pidió.
—Gracias, hermanito, estoy deseosa de abrazar a mi niño. Tenía tanto miedo de no volverlo a ver. —Constantin abrazó a Athina; sabía que ella daba la vida por Andreas.
—Ya vamos con Andreas, Ivet ya no sabe cómo más contenerlo y explicarle por que no estás con él. Hoy no quiso ir al jardín de infantes. Que si mamita no llegaba, él no iba a ir a estudiar. —Athina se reía enamorada; se imaginaba cómo su gordito estaba en huelga exigiendo la presencia de su mamá. Daba gracias a Dios de que estuviera con vida para disfrutar muchos años más de su hermoso niño Andreas.
Al llegar al penthouse, una ansiosa Athina corrió a saludar a su niño.
—Mamita, estás aquí. Te extrañé mucho, mucho. —Andreas se colgó del cuello de Athina y la llenó de besos. —Te amo, mamita. No me vuelvas a dejar sólito tanto tiempo.
—¿Que estoy oyendo? Traidor, te cuidé y dices que estabas solo. —Ivet se quejó y Constantin abrazó a su novia para calmar su enojo con Andreas.
—Tía, no te enojes. Tú me cuidaste y te lo agradezco, pero déjame hacerle drama a mi mamita. —Los tres se rieron con las ocurrencias de su niño, lo amaban tanto aunque fuera un manipulador.
Almorzaron juntos y Athina regresó al hospital ante las protestas de Andreas. Pero ella debía ver a su papá y saber que estaba bien. Ya Alondra había llegado y estaba con él.
El parte médico no es el mejor; Athanasiau debía pasar por varias cirugías más para restaurar el daño hecho a la columna y también debe de tener un tiempo lento de recuperación.
Así que Athanasiau fue trasladado con un completo equipo médico hasta Atenas, al Hippokration Hospital, especialista en recuperación de pacientes con lesiones de columna.
Allí le hicieron una serie de exámenes y determinaron que debía someterse a una larga recuperación. Esto hizo que Athanasiau tomara una importante decisión: Athina debe tomar su lugar.
Athina, junto a Ivet y Andreas, se trasladaron de nuevo a Grecia. Aunque no era lo que deseaban, la experiencia que tuvieron en Londres los llevó a tomar esa decisión.
Cuando Athanasiau fue dado de alta, los reunió a todos en su mansión en una cena familiar.
Athina debía estar presente, así que le pidió a Ivet que se quedara en la habitación con Andreas y por nada del mundo lo dejara salir.
Tenía claro que Kostas jamás se debía enterar de la existencia de su hijo y toda la familia la apoyaba, pues ellos sabían de cómo la trató Kostas cuando fue a decirle que era papá.
Alondra, a pesar de que Kostas es su hermano, se puso del lado de Athina y su esposo y jamás le dijo de la existencia de Andreas.
Una vez que se encontraban todos en el comedor, Athina bajó de su habitación a reunirse con ellos. Kostas se quedó mirándola y admirándola, pero solo eso podía hacer.
Pensaba: esa mujer, hace mucho que la perdí, aunque definitivamente nunca la tuve; nunca fue mía. Solo lo fue una noche, una noche que nunca he podido olvidar.
Athina saludó a los presentes con cariño y a Kostas lo saludó por decencia, pero él sintió ese saludo tan vacío.
—Hola, tío Kostas, bienvenido. —Solo eso le dijo y él sintió un dolor en su pecho al escucharla decir tío Kostas.
Se sentaron a cenar, y al terminar la comida, Athanasiau que se encontraba en silla de ruedas, tomó la palabra.
—Familia, los he reunido esta noche para agradecer el apoyo que me han brindado; es muy importante para mí que estemos unidos. Pero como lo saben, mi recuperación va a ser un proceso lento. Por tal motivo, me veo en la obligación de deslindarme de todo lo que tiene que ver con la empresa, así que voy a dejarle mi puesto de vicepresidente a mi hija Athina. —Athanasiau se queda mirando a Athina, sabe que la noticia la agarró fuera de lugar, pero desea que ella acepte.
—Papá, te entiendo y sé que tu recuperación está primero, pero el más idóneo para asumir tu cargo es Constantin. —Athina rápidamente refutó la decisión de su padre.
—Athina, Constantin está creando su propia empresa. Y no puede asumir la vicepresidencia de Hygeia Kostas Silas; tú eres una mujer muy inteligente y estudiaste para heredar la empresa. Este es el momento de hacerlo, por favor acepta —Athina sin querer dirige su mirada a Kostas y este entendió que ella no aceptaba la decisión de Athanasiau por él. Y eso le dio tristeza.
—Pero necesito conocer el manejo. No es responsable de mi parte tomar un cargo sin una capacitación —Insistía Athina.
—Se mi asistente mientras te capacitas —Propuso Kostas.
Muchas felicidades mi querida autora,