Séptimo libro de la saga colores.
Lord Leandro Mercier ha regresado a la sociedad aristócrata después de muchos años desaparecido, nadie lo reconocerá, ya no es el joven gordito que era objeto de mofas en las celebraciones, ahora es el soltero codiciado de la capital de Floris, pero el destino lo pondrá frente a una ladrona que intentará robarle todo, sin esperarlo, también su tesoro más preciado, su corazón.
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24. El rapto
...MAUDE:...
Seguí a mi hermano, desesperada por detenerlo.
Reprimí los celos al verlos bailar, una parte de mí deseaba que la señorita fuese raptada para que no siguiera rondando mi lord, pero la parte correcta me gritaba que debía evitar un rapto en plena celebración, Lord Leandro Mercier sería acusado injustamente cuando el duque notara que su hija estaba desaparecida y mi hermano iba a jugar con fuego.
Sus deseos de venganza podrían hacerle cometer una locura.
Me detuve, siguiendo a la señorita después del baile, estaba hablando con otras señoritas.
Empezaron a caminar por los alrededores de la celebración y caminé entre los árboles, manteniéndola vigilada.
Rodearon la enorme mansión, como niñas curiosas.
No dejaban de reír como tontas cuando a una se le enredó la falda.
— ¿Te casarás con Lord Leandro Mercier?
— Así es — Aseguró la señorita.
— Es muy guapo, aunque su apellido está manchado.
— Es cierto, pero es un hombre exitoso — Dijo ella, elevando su barbilla.
— Sí, además estaba hablando con el rey, eso lo hace más interesante.
— Aún así no borra lo que se escuchó en los últimos meses — Insistió la amiga — Primero el padre asesinado, la prima en un convento donde se cometían crímenes, luego su casamiento con un terrateniente de apellido común, la madre falsa que tomó el lugar de la esposa y pare de contar.
No sabía que Lord Leandro Mercier tenía una vida tan escandalosa.
— Es lo de menos.
Las tres señoritas siguieron rondando hacia el fondo de la mansión.
Me apresuré y me quedé tras un árbol.
Dos de ellas salieron corriendo y gritando nerviosas ante un movimiento brusco en las líneas de árboles.
Mi hermano lo había hecho a propósito para asustarlas.
— ¡Pepper, vámonos! — Gritó una cuando ella se quedó paralizada, tratando de ver que había en la oscuridad.
— Puede ser un perro.
— Igual, vamos, regresemos a la celebración — Ninguna de ellas se esperó, se alejaron del sitio.
Un rugido se escuchó.
Mi hermano era excelente imitando ruidos de animales y esa señorita era una tonta por quedarse.
La señorita empezó a acercarse hacia la linea de árboles, se metió dentro del bosque.
Me acerqué.
— ¿Hola? — Dijo Pepper, ante la figura enorme que se le ocultaba detrás de un árbol, ese era mi hermano.
Me atravesé.
— ¡Sal de aquí!
Carter me agarró por detrás y me golpeó contra un árbol.
El impacto hizo que se cayera la máscara.
Lancé un ataque al desgraciado, pero saltó hacia atrás, volvió a golpearlo con una patada al rostro, cayó al suelo inconsciente.
— Maldito, hubiese traído a Prudence, ese desgraciado es un debilucho ahora tendré que cargar con dos cuerpos sin fuerzas, por tu culpa, Maude — Gruñó mi hermano, muy enojado.
Pepper estaba observando, se cubrió la boca al divisar mi rostro.
— ¡La costurera!
Mi hermano se le atravesó y la cubrió con un pañuelo.
Le salté encima a mi hermano y lo rodeé con mi cuello.
— ¡Suéltala! — Apreté.
Pepper cayó arrodillada, intentando levantarse para huir, pero estaba aturdida por el somnifero que tenía el pañuelo.
Mi hermano elevó una mano, tiró de mi capucha y me derribó.
Caí al suelo.
Olvidaba que tenía más fuerza que yo.
Intentó avanzar hacia Pepper, lo golpeé en las pantorrillas.
Cayó al suelo.
La señorita se arrastró, pero él la tomó del tobillo.
Salté sobre su espalda.
— ¡Ya basta, Maude! — Rodó en el suelo para aplastarme, rodeé en el suelo.
Mi hermano alcanzó a Pepper, ella forcejeó, muy asustada, ni siquiera podía gritar debido al aturdimiento.
Le golpeó el pecho sin fuerzas.
Mi hermano le inmovilizó las manos.
— ¡Suéltala ya! — Salté nuevamente, pero me tomó del cuello y volvió a aventarme.
— ¡No entiendes la magnitud del problema, te ha reconocido, Maude, si la dejas marchar, estarás muerte y por ende yo también lo estaré, todos lo estaremos, porque el lord te tiene viviendo en su casa y asumirán que también está implicado! — Gruñó, levantándose, tomó el pañuelo y volvió a cubrirla.
— Estaba aturdida, tal vez ni siquiera lo recuerde, piensa bien... Roquer — Jadeé, cansada — Si te atrapan estarás muerto... Es igual a que me descubran a mí... Tendrías que marcharte de esta ciudad con la señorita... No le hagas daño, ella no tiene que pagar por los errores de su padre.
Pepper dejó de luchar y se desmayó.
Mi hermano la cargo, echándola sobre su hombro, avanzó hacia mí.
— Solo así sufrirá, destruir sus propiedades y robarle no le hará tanto daño como perder a su hija, si tengo que llevar a esta mocosa conmigo a cuestas por todo el reino, lo haré, solo quiere que sienta lo que es perder a alguien — Gruñó, muy enojado — No creo que está señorita se le olvida que eres parte de los rufianes que la raptaron.
— No le hagas daño a ella, no soy parte de esto y lo sabes.
— Esta mujer no pensara lo mismo, no dudaría en acusarte... ¿Por qué rayos la defiendes tanto?
— Me preocupo por ti, por mí... Estás llevando esto demasiado lejos...
— Él lo llevó lejos, nos dejó sin hogar, sin padres, sin una vida digna — Caminó hacia Carter inconsciente y tiró de su cuerpo, lo echó sobre su otro hombro — Maldito estorbo, no sirve para nada.
No lo seguí, recogí mi máscara y me la coloqué.
Estaba entre la espada y la pared.
...LEANDRO:...
El duque se atrevió a acercarse, saludando al rey con una reverencia.
— Su majestad, un placer estar ante su presencia, muy pronto organizaré una celebración en mi palacio — Alardeó, observandome de reojo — Me honraría si asiste, le enviaré una misiva con una grata invitación.
— Muchas gracias, Su excelencia, por supuesto que asistiré, siempre y cuando tenga un espacio disponible en mi agencia el día de la celebración — El rey se mostró cordial.
— Entiendo que es un hombre muy ocupado, un rey debe mantenerse concentrado con el peso del reino en sus hombros, aunque estoy convencido de que la fecha de la celebración no la va a entorpecer con su agenda.
— Eso espero — Comentó el rey.
— Su majestad, con un gusto podría mandar a confeccionar muchos trajes para usted, incluso podría hacerle un obsequio con los mejores diseños — Propuso, con expresión lame suelas.
— Agradezco su ofrecimiento, pero Lord Leandro Mercier confeccionará para mí muchos trajes, Su excelencia es usted muy exitoso en sus negocios y debe tener una larga lista de clientes — Comentó el rey y el duque ocultó su irritación con una sonrisa.
— No, Su majestad, no me molestaría en abrir un espacio, no quiero hacerle esperar...
— Me enteré del accidente de una de sus tiendas, se que es algo difícil, por ello también ordenaré a algunos sirvientes que le ayuden con la reconstrucción.
Me preparé para alguna acusación de su parte, pero sin pruebas, no sería tan tonto para armar un escándalo.
— No se tome esas molestias... Le aseguro que ese incendio no representó ninguna perdida significativa...
— No niegue mi generosidad... Tómese una copa de vino, disfrute de la celebración — Insistió y el duque se tensó.
— Por supuesto, le agradezco, Su majestad, con permiso — Hizo una reverencia, ocultando su rabia, me lanzó una mirada mientras se alejaba.
— No siempre hay que pensar en negocios, el duque permanece con eso entre ceja y ceja, le haría bien tomar un descanso y más a su edad, ya ha construido toda su fortuna — Comentó el rey y solo asentí con la cabeza — En cambio los jóvenes como usted, apenas están apilando rocas para los cimientos... Las dotes que dejan los antepasados son generosas pero es de más orgullo que construyan sus fortunas.
— Su majestad, también es mi parecer.
Volvió a evaluarme — Me gustaría invitarle a mi castillo, me gusta organizar celebraciones con los miembros de la corte y en ocasiones disfruto de la presencia de nobles.
— Me sentiría honrado de asistir.
Sonrió abiertamente — No se preocupe, sino asiste no me sentiré ofendido, no soy como mi fallecida esposa.
— No lo pensé — Dije y se rió.
— No soy tan temerario.
— El reino de Floris está en sus mejores años de paz.
— No voy a acabar con eso — Bromeó y me sentí avergonzado.
— No quise que pensara eso, mis palabras fueron mal entendidas.
— No se preocupe, solo bromeaba — Dijo, los guardias detrás de él apenas y parpadeaban.
Solté una risa.
Observé la danza en la pista de baile.
— Mi lord ¿Usted está casado? — Me preguntó.
De inmediato pensé en Maude, pero ella aún no correspondía a mi propuesta. Empezaba a molestarme tal negativa, pero debía comprender, no podía obligarle, aunque empezaba a sentir como si me ocultara algo.
Evadía demasiado mis preguntas.
Al menos sabía más de ella, con lo que me confesó de sus padres y era una enorme casualidad que la misma tienda que había adquirido perteneciera a ellos, que murieran en un incendio.
¿En un incendio?
Observé al duque, su tienda también se había incendiado, pero según él no fue un accidente, hasta hurtaron cosas.
¿Y si lo de los padres de Liseth no era un accidente?
Pasó hace años, además, los almacenes de tela solían incendiarse si había presencia de fuego, la mayoría del tiempo era accidental.
No podía sacar ninguna conjetura.
Los padres de Liseth no debían morir así, pero el duque si merecía un poco de escarmiento.
— No, no estoy casado — Dije, volviendo mi mente a la celebración.
— Lo observé bailar con la hija del duque, pensé que estaban comprometidos y es lo que escuché murmurar del resto de los nobles mientras bailaban.
— Aún no hay un compromiso oficial, ni siquiera he llegado a cortejar a la señorita Jones, el duque ha insistido en regar el rumor porque es su deseo casar a su hija conmigo, algo que no me ofende en lo absoluto, pero en estos momentos estoy tratando de establecer mis negocios y mi vida en la capital — Confesé, tal vez de esa forma me podría zafar de aquel lío.
— Su excelencia suele ser invasivo cuando desea algo, no se preocupe, si no desea ese matrimonio yo podría ayudarle en callar los rumores — Se ofreció y volvió a observarme detenidamente.
— Agradecería su ayuda.
— Solo me basta con que asista a una de mis reuniones en el castillo, eso también aumentará su popularidad en el negocio, puedo conseguir a muchos clientes para usted — Propuso, elevando una ceja.
— Es muy generoso de su parte, majestad.
Sonrió — Me fascina ayudar.
El rey era muy extraño, jamás traté con él en el pasado, era la primera vez que lo veía desde cerca y que cruzaba palabras.
Me pareció que tenía demasiada confianza conmigo.
...****************...
La celebración estaba un tanto aburrida.
Extrañaba a Liseth, quería hundirme en ella, la imaginaba sola, durmiendo sobre su cama y quería marcharme para hacerle compañía, llenarla de besos y caricias.
Mi madre y yo estuvimos hablando con muchos nobles, aproveché para ofrecer mis servicios y mencioné que el rey estaba interesado en mis trajes, así que obtuve tanta atención gracias a eso, que estuve rodeado por mucho tiempo.
El duque volvió a aproximarse cuando se alejaron.
— ¿Dónde rayos está mi hija? — Siseó en tono bajo, mi madre y yo nos observamos.
— No comprendo.
— Estoy harto de que se haga el inocente, mi hija no aparece, estoy a punto de encender las alarmas en todos los invitados, pero primero he decidido apelar a su bueno e intachable comportamiento, exigiré que me diga que ha hecho con ella — Gruñó y nos quedamos unos segundos en silencio.
— Su excelencia, mi hijo no se ha movido de este lugar, a estado rodeado de personas toda la noche ¿Cómo rayos pretende acusarlo de que ha sido él? Busque bien — Exigió mi madre y el duque la evaluó con desdén.
— Simplemente, ha hecho lo mismo que hizo en la tienda, mandó a gente de mala calaña, estoy seguro de eso.
— No soy esa clase de persona, no hice desaparecer a su hija, le recomendaría buscar bien antes de acusar, aproveche la presencia de los guardias pídale que ayuden — Sugerí y apretó sus puños.
— Si no aparece, es usted hombre muerto — Amenazó, alejándose con ímpetu.
— Leandro, esto me parece muy extraño — Susurró mi madre.
— No eres la única, estoy casi seguro de que es parte de sus artimañas, aprovechó la presencia del rey y armó esta falsedad, seguramente en complot con su hija.
— Aunque... No podemos descartar que si haya desaparecido.
Una señorita no podía perderse en un pedazo de tierra tan pequeño.
Algo más estaba sucediendo.
súper buen trabajo gracias por compartir tu habilidad con nosotras
Enserio crees que ella te juzgaria está mal eso
Ojalá pronto le cuentes la verdad
Ojalá no sea cierto que el rey Adrián tenga otras inclinaciones sexuales aunque eso es respetable de ser así, pero ojalá no quiera algo con Leandro y se sienta ofendido por qué este lo rechace
Igualmente no creó que sea así porque si eso hubiera pasado Dorian y él no fueran tan cercanos si él rey hubiera hecho algo Dorian lo habría matado
No es cierto amo esos personajes, solo apoyo al protagonista de esta historia