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Camino A La Venganza

Camino A La Venganza

Status: Terminada
Genre:Timetravel / CEO / Venganza / Matrimonio arreglado / Reencarnación / Completas
Popularitas:38.8k
Nilai: 4.8
nombre de autor: jisulia

La muerte llega para darte una segunda oportunidad

NovelToon tiene autorización de jisulia para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Verdades Bajo Juramento

La sala del tribunal estaba abarrotada. Prensa, curiosos, y aquellos que buscaban una dosis de escándalo se agrupaban como aves carroñeras sobre un festín. En la banca de los acusados, Eylin temblaba bajo su vestido blanco que pretendía inocencia. Horacio, a su lado, parecía resignado, con el rostro endurecido por la vergüenza pública.

Desde el estrado, la fiscalía comenzó con las pruebas: grabaciones, fotografías, testimonios. Y entonces, como una bomba de precisión quirúrgica, apareció el video. El momento exacto en que Eylin inyectaba la droga. El rostro de Horacio en segundo plano. La intención. El crimen.

Eylin cerró los ojos, como si pudiera borrar la imagen de su propia mano cometiendo el acto. El murmullo del público fue como un enjambre de abejas rabiosas.

Mientras tanto, Regina y Manuel observaban desde un balcón privado, lejos de las cámaras, pero con visión privilegiada del teatro judicial. Ella apoyaba la cabeza en su hombro, en un gesto casi tierno, casi letal.

—Se ven tan frágiles ahora —murmuró Regina con voz serena—. Pero en su momento... eran depredadores.

—Y tú eras su presa —dijo Manuel, entrelazando sus dedos con los de ella—. Pero no más. Hoy es el día en que los lobos muerden su propia cola.

Regina giró para verlo, la cercanía de sus labios volviendo el momento privado aún más eléctrico.

—¿Y qué pasa con los secretos que aún no hemos soltado? —susurró.

—Los soltaremos uno a uno, cuando estén listos para causar el daño perfecto —respondió él, rozando su nariz con la de ella.

...

Abajo, el fiscal lanzó su as bajo la manga.

—Señoría, la fiscalía llama al estrado a Mariela Duarte, asistente personal de la señora Regina Tobón de Carrasco.

Estela, sentada entre el público, sintió el corazón dejar de latir un instante. Mariela subió con paso firme, cruzando su mirada con la suya. Era un recordatorio silencioso: "No he terminado contigo".

El juez asintió y comenzó el interrogatorio.

—¿Tiene pruebas directas de que Eylin Aguilar planeó este crimen?

—Sí —respondió Mariela sin vacilar—. La señora Regina dejó instrucciones en caso de ser atacada nuevamente. Tenía micrófonos ocultos, y yo fui quien recuperó el dispositivo antes de que Eylin huyera. En el audio, Eylin confiesa sus intenciones.

El juez pidió que se reprodujera el audio. Las palabras se oyeron con claridad escalofriante:

> “...si esta vez no lo logra, me encargaré personalmente de que esa perra no llegue viva a su luna de miel…”

El silencio fue absoluto.

...

Eylin rompió en llanto. No era el llanto de la culpa, sino de la impotencia. Horacio bajó la cabeza, sabiendo que todo estaba sellado. No había escapatoria. Solo consecuencias.

En la salida del tribunal, la prensa aguardaba como lobos sedientos. Manuel y Regina descendieron por una puerta secundaria, cubiertos por escoltas. En la limusina, él le ofreció una copa de champán.

—Una batalla menos —dijo.

Ella alzó la copa y brindó con una sonrisa peligrosa.

—Y una venganza más cerca.

...

En la mansión Aguilar, el caos reinaba. Estela recibió un sobre. Dentro, solo una fotografía: Alicia, de espaldas, con la fecha del compromiso escrita a mano. Detrás, la misma caligrafía de Mariela:

> “Tu sombra te alcanzará. Muy pronto.”

Estela arrojó la foto al fuego. Pero incluso las cenizas parecen saber guardar secretos.

—Y una venganza más cerca —susurró Regina, brindando con Manuel en la limusina.

Pero mientras ellos celebraban, en otro rincón de la ciudad, una tormenta ancestral se desataba.

Óscar subía las escaleras del caserón Carrasco con paso inseguro. Sabía que lo habían llamado… y sabía que no era para darle buenas noticias.

En el salón principal, la abuela Eloísa Carrasco lo esperaba sentada como una emperatriz cansada del circo familiar. El bastón a su lado, la copa de coñac en la mano, y la mirada tan filosa como en sus años mozos.

—Óscar. Qué oportuno. Justo hablábamos de desilusiones —dijo, sin molestarse en saludar.

—Abuela —empezó él, bajando un poco la cabeza—, si es por lo del juicio, no tuve cómo evitarlo...

—No —interrumpió ella con una voz baja pero afilada como navaja—. Es por ella. Esa niña que trajiste a esta casa como si fuera una joya, y ha resultado ser un pedazo de vidrio empañado.

Óscar cerró los ojos un momento. Ya sabía a quién se refería.

—Estela no tiene nada que ver con los crímenes de Eylin. Yo la amo, abuela.

—Oh, qué romántico. ¿Sabes qué más decía eso? Tu tío Arturo, antes de que una francesa lo dejara en bancarrota por creerle los besos. ¿Amor? ¿Amor por una Aguilar? ¿No te das cuenta de dónde viene esa familia?

—Estela no es como ellos —insistió, con voz casi de súplica.

La abuela se levantó lentamente, y cada paso resonó con un eco de autoridad.

—No te confundas. No se trata de lo que tú sientas, sino de lo que esa mujer esconde. Nadie se hace la santa con tanto fervor si no tiene mucho que ocultar —se acercó hasta tenerlo a un palmo de distancia—. ¿Sabes qué veo cuando la miro? A una mujer que sonríe con los labios... pero no con los ojos. Y eso, querido, es siempre una señal de advertencia.

Óscar intentó hablar, pero la matriarca levantó una mano.

—Te exijo que pongas distancia. Si quieres respeto en esta familia, deberás demostrar que sabes elegir bien a tus aliados. Y, por ahora, ella no entra en ese grupo.

—¿Y si me niego?

—Entonces no cuentes con mi firma ni con mi apoyo cuando tu tío decida dejarte fuera del testamento. Porque créeme… él ya está tomando decisiones con Regina, y Regina no olvidará.

[...]

Esa noche, mientras las paredes de los poderosos se cubrían de secretos y sentencias, Estela observaba las noticias en silencio.

La pantalla mostraba una imagen fija de Eylin esposada, llorando. A su lado, un Horacio cabizbajo. Y aunque el escándalo no la tocaba directamente, una grieta ya había comenzado a correr bajo sus pies.

En su regazo, una nota escrita a mano:

> “Las máscaras no duran para siempre. Y tú ya tienes grietas, querida.”

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Reyes Sánchez
excelente novela, gracias
YIN K
Excelente
Silvia Muñoz Muñoz
Me encantó ,gracias autora
Anonymous
Me encanto,
Luz Torres
Tu historia esta o fabulosa valió la pena la espera fue genial leer tu historia espero leer más sigue escribiendo
GALATEA CORAZÓN ❤️🇨🇴🇨🇴❤️
Cuántas reencarnaciones necesitará esta chica para darse cuenta que ese tipo no vale la pena. 😔🤔🤔🇨🇴🇨🇴🇨🇴
Mariela Serrano
Autora mis más sinceras felicitaciones. La historia fue corta, precisa, la narrativa y ortografía un deleite para el lector. Excelente!!!! Muchas gracias y éxitos en tus futuros trabajos.👏👏👏👏👏👏
Yulianni Casanova
muy buena historia
Elvira Fretes
Excelente, me encantó, sin tantos enredos, se logró justicia, porque la maldad, nunca debe triunfar, gracias July, hermosa historia, felicitaciones y que sigan los éxitos 👏👏👏❤️
Elvira Fretes
Excelente!
Elvira Fretes
Que,capítulo! extraordinario!
Elvira Fretes
la ambición idiotiza a las personas, Estela loca de poder y estatus se hunde como su hermana Eylin
Elvira Fretes
Otra loca Estela, espero la estén vigilando
Elvira Fretes
Ahora es el turno de Estela
Elvira Fretes
Oscar, tu obsesión por tu tío y la muerte de Alicia y el bebé te jugó muy mal, pero no estás equivocado
Elvira Fretes
Omg,qué pasará ?
Elvira Fretes
cuidado con Estela, se están enfocando en Oscar, que bueno que pudo conectar con Regina
Elvira Fretes
Regina y Manuel, son de temer,
Elvira Fretes
Oscar, Estela te abandono 🤷‍♀️
Elvira Fretes
Oscar, el amor te ha cegado
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