RECUPERAR TU AMOR

Angie se dio la vuelta para quedar frente a Pablo, lo miró, le limpió sus lágrimas, después lo llenó de besos y le susurró un "te amo". Él le sonrió y la besó, era un beso cargado de amor, pasión y lujuria. Mientras el beso subía de intensidad, Angie le dijo que terminarían de hablar al otro día .

La noche se desplegaba ante ellos cargada de un aire de misterio y pasión, mientras la luna brillaba en lo alto, iluminando la habitación con su suave resplandor. Angie y Pablo se encontraban frente a frente, sus miradas reflejaban una mezcla de deseo y amor profundo, creando una conexión intensa entre ellos.

Ella, con un gesto delicado, se acercó a Pablo de nuevo y con ternura limpió las lágrimas que adornaban su rostro, como si quisiera borrar cualquier rastro de tristeza y reemplazarlo con amor y deseo. Sus labios se encontraron de nuevo en un beso apasionado, cargado de emociones intensas que parecían fluir libremente entre ellos.

Cada roce, cada caricia, parecía encender la llama de la pasión en la habitación, creando una atmósfera llena de amor que los envolvía por completo. Pablo correspondió al beso con una sonrisa llena de complicidad, dejando entrever su deseo incontenible por ella.

El beso se volvió más profundo, más intenso, como si quisieran fundirse en uno solo. El corazón de Angie latía con fuerza, dejando escapar susurros de deseo entre besos y caricias. En medio de la vorágine de emociones.

Con un susurro cargado de pasión, Angie le pidió a Pablo que le hiciera el amor, expresando su anhelo por fundirse con él en un acto de entrega total y desenfreno. Las palabras se perdieron en la noche, dejando solo el eco de la promesa de una noche de pasión y amor desenfrenado que los esperaba en el horizonte.

Así, en medio de la penumbra, con la luna como testigo silente de su amor, Angie y Pablo se adentraron en un mundo donde solo existían ellos dos, unidos por el lazo irrompible de la pasión y el deseo que los consumía.

 Mientras las manos de Pablo recorrían su piel suavemente. Angie se estremeció de placer, sintiendo cada caricia de el como una descarga eléctrica. Sus labios se encontraron en un beso apasionado, mientras sus cuerpos se fundían en un abrazo ardiente.

El deseo los consumía, y se entregaron el uno al otro con una intensidad que nunca habían experimentado antes. Pablo exploraba cada rincón de su cuerpo con avidez, mientras Angie gemía de placer bajo sus caricias. Se fundieron en un solo ser, en una danza de pasión y entrega que los llevó a las estrellas y más allá.

Finalmente, exhaustos,, pero felices, se abrazaron con ternura y se quedaron dormidos, enredados en un abrazo amoroso. El amor había llegado a sus vidas de la forma más inesperada hace más de seis años, pero hoy se habían encontrado el uno en el otro, y sabían que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que la vida les pusiera por delante. Eran dos almas destinadas a estar juntas, en un amor que perduraría para siempre.

En la habitación de Melissa.

Mientras tanto Melissa se asustó cuando entró a su habitación , lo primero que llegó a su nariz fue el perfume de Samuel , pero ella fue a prender la luz y unos brazos la rodearon.

Melissa se quedó inmóvil, su corazón latiendo con fuerza en su pecho cuando los brazos de Samuel la rodearon en la oscuridad. Durante un breve momento, el miedo la invadió, pero pronto reconoció su aroma, ese perfume familiar que había extrañado durante tanto tiempo. Su cuerpo se relajó al instante, y una mezcla de emociones la envolvió: sorpresa, anhelo, y una pizca de temor al no ser su amor.

"Samuel..." susurró su nombre, sintiendo cómo la familiaridad de esa voz le devolvía la calma. Su mente se llenó de recuerdos de los momentos compartidos hace tanto tiempo, antes de que la vida los separara.

Él apretó su abrazo, como si temiera que ella pudiera desaparecer en cualquier momento. "Melissa", murmuró su nombre con una mezcla de alivio y anhelo. "Te he extrañado tanto".

Ella sintió el nudo en su garganta, las palabras que había ensayado tantas veces en su mente ahora se sentían atrapadas dentro de ella. "Yo también te he extrañado", logró decir finalmente, su voz apenas un susurro en la penumbra.

Sin soltarla, Samuel la guió lentamente hacia la cama, donde se sentaron juntos en la oscuridad. Melissa podía sentir su presencia cerca de ella, el calor de su cuerpo irradiando a través de la tela de sus ropas. Se preguntó qué había cambiado en él durante todo ese tiempo que estuvieron separados.

"¿Te vas a quedar... por qué desapareciste el día de nuestra boda ?" preguntó Melissa, su voz temblando ligeramente. La curiosidad se mezclaba con el miedo en su interior, preguntándose qué motivos habían llevado a Samuel a desaparecer y ahora aparece de repente en su habitación después de tanto tiempo.

Samuel suspiró, como si la pregunta le pesara en el alma. "Necesitaba verte", admitió en voz baja. "No podía esperar más tiempo. He pasado por muchas situaciones en el pasado, Melissa, y una de las mayores fue dejarte plantada en el altar pero yo no lo planee mi amor".

El corazón de Melissa dio un vuelco ante sus palabras. Durante tanto tiempo había tratado de buscarlo, de seguir adelante junto a los recuerdos de su relación, pero ahora, con él tan cerca, todo parecía resurgir con una intensidad abrumadora.

"Samuel, yo..." comenzó a decir, pero él la interrumpió suavemente.

"Por favor, déjame terminar", pidió, su voz cargada de emoción. "Te amo, Melissa. Te amo más de lo que puedo expresar con palabras. He pasado cada día lamentando todo lo que paso , prometiendo a mí mismo que si alguna vez tenía la oportunidad de recuperarte, no la dejaría pasar".

Las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de Melissa mientras lo escuchaba hablar. Todo lo que había deseado durante tanto tiempo estaba frente a ella, pero al mismo tiempo, una parte de ella temía volver a perderlo.

"Samuel, yo también te amo", confesó finalmente, su voz temblorosa por la emoción. "Pero... pero no puedo evitar preguntarme que paso ese día . ¿Por qué hasta ahora vuelves? Después de tanto tiempo..."

Él tomó su mano entre las suyas, sus dedos se entrelazaron con los suyos. "He podido volver hasta ahora , Melissa. He pasado estos años escondido junto a Pablo, tratando de sobrevivir para estar junto a ti de nuevo.

 No puedo cambiar el pasado, pero puedo prometerte un futuro mejor. Te prometo que haré todo lo posible para hacerte feliz, si solo me das una oportunidad".

Melissa sintió una mezcla de esperanza y miedo arremolinándose dentro de ella. La idea de dejar atrás el pasado y empezar de nuevo con Samuel era tentadora, pero quería saber más de lo que pasó ese día de su desaparición .

Pero entonces, recordó la sensación de estar en sus brazos, la calidez de su abrazo, y todo el miedo y la incertidumbre parecieron desvanecerse. Tal vez, solo tal vez, valdría la pena arriesgarse de nuevo por el amor de Samuel que estaba aquí .

Sin decir una palabra, Melissa se inclinó hacia adelante y capturó los labios de Samuel en un beso suave pero lleno de promesas. En ese momento, en la oscuridad de la habitación, perdieron toda noción del tiempo y el espacio, entregándose el uno al otro con una pasión que había estado ardiendo dentro de ellos durante años.

Y así, en esa noche de reencuentro, Melissa y Samuel se perdieron el uno en el otro, encontrando en el calor de sus cuerpos una redención para el pasado y una promesa para el futuro...

Samuel

Melissa