No Quiero Amar

En la ciudad de Guayaquil, Paulette apreciaba con lágrimas en sus ojos la ropa del bebé que había perdido, aquellos zapatitos que esperaban ser utilizados, aún recuerda el día que el médico le dijo que estaba embarazada.

...Recuerdos....

Paulette----: Doctor últimamente me he sentido cansada y con fatiga, a veces me da sueño.

Doctor---: Cuál fue su último periodo.

Paulette----: Hace tres meses.

Doctor---: Que anticonceptivo usa.

Paulette----: Preservativos.

Doctor---: Hagamos una ecografía, es más seguro que cualquier otro examen.

Paulette----: Doctor, cree que estoy embarazada.

Doctor---: Hay una posibilidad.

Paulette mordió su labio inferior en señal de preocupación, tener un hijo, al inicio de su matrimonio la ponía feliz, mientras esperaba su turno, ella se imaginaba una feliz vida junto a Joel y su hijo.

El momento de su turno llegó ella estaba sola, todavía su amiga Cecilia no llegaba, cuando ella recibió la noticia de su embarazo estaba sola, pero aun así sonreía de felicidad.

Doctora---: Está embarazada tiene 10 semanas de embarazo, el útero está ocupado por un solo feto, tiene la frecuencia cardíaca normales, está creciendo sano

Paulette----: (sonríe, mientras llora) gracias doctora, es mi primer hijo, me casaré en una semana será mi regalo de bodas.

Doctora---: Felicidades.

Cuando Paulette salió, con la ecografía en sus manos era la primera foto de su bebé, Cecilia la miro desesperada ella pensaba que su amiga estaba muy mal y por ese motivo la había llamado al consultorio médico.

Cecilia---: Pau. ¿Qué tienes estás enferma?

Paulette----: Estoy enfermera de amor.

Cecilia---: Lo sé amiga, por eso te casarás.

Paulette----: No es eso, amiga estoy embarazada.

Cecilia---: Embarazada, amiga seré tía, lástima que el padre es ese feo, pero él será bonito gracias a ti.

Paulette----: Oye Joel no es feo, además es el hombre que me devolvió las ganas de volver a amar.

Cecilia---: Si amiga, pero Darío era un papacito, mira ponlos el príncipe y el troll (ríe), le dirás a ese feo.

Paulette----: por el momento no, le diré en nuestra noche de bodas.

...Fin de los recuerdos....

Paulette----: Desgraciado, jamás te perdonaré.

Paulette guardo la pequeña ropa en una caja, junto con la ecografía, una flor de plástico, abrió las cortinas y recordó que en el edificio de al frente vivía Darío, todavía no identificaba el departamento, pero tenía en su mente que él vivía ahí.

Paulette----: Buscaré otro departamento, no quiero estar cerca de él y mucho menos saber dónde vive, si no se ha casado pues que busque con quién casarse, Paulette no volverá a mar más en su vida a un hombre.

Por su parte Darío había llegado de la base área estaba tan cansado que lo único que quería era dormir, miro hacia el departamento de Paulette y vio que las cortinas estaban abiertas y las luces prendidas, eso le alegro su corazón, tomo sus binoculares y observo a una Paulette que miraba a su dirección, él sonrió, era las 8 de la noche, todavía era muy temprano decidió salir y comprar pollo para visitar a Paulette él tenía que intentarlo, no será fácil reconquistarla, pero lo intentara las veces que sea necesario.

Darío buscó un KFC más cercano y compro las alitas picantes que tanto le gustan a su amada Paulette, luego se dirigió al edificio donde Paulette vivía.

Guardía---: Disculpe señor a qué departamento se dirige.

Darío---: Al departamento de mi novia, es una sorpresa usted me podrá dejar pasar.

Guardía---: Pero no me ha dicho a qué departamento va.

Darío---: No me acuerdo del número, pero se es en el piso 8 y el nombre de mi novia es Paulette Samaniego.

Guardia---: La chica que trabaja en el almacén, listo me da sus datos y puede subir porque esas alitas me están haciendo dar mucha hambre.

Darío sonrió y le dio los datos que el guardia pedía, subió en el ascensor, sus nervios estaban de a flor de piel por el temor que ella no lo acepte, pero correrá el riesgo de ser golpeado e insultado otra vez, también se animó a sí mismo diciendo que cada sacrificio tiene una recompensa.

Cuando llegó al departamento, tocó su pecho para calmar a su corazón, presionó el botón del timbre, y espero que su amada Paulette abra la puerta y lo deje ingresar, cuando ella abrió se encontró con una funda de KFC ante sus ojos cubriendo el rostro de la persona que lo llevaba.

Paulette----: ¿Quién eres? Yo no pedí nada.

Darío---: Comerías conmigo.

Paulette----: ¿Que haces aquí?

Darío---: ¿Puedo pasar?

Paulette----: Claro que no.

Darío---: (ingresa) gracias.

Paulette----: Sal de mi departamento no sé quién te dijo el número de mi departamento, fui bien clara te dije que no.

Darío observó como la nariz de Paulette, se arrugaba, eso lo hacía solo cuando ella estaba realmente enojada, aquel gesto la hacía ver tierna antes sus ojos.

Darío---: Vine a comer pollo contigo (se sienta en el mueble).

Paulette----: Yo no quiero pollo, quiero que te largues.

Darío---: Es cómodo el sofá, si no te gusta entonces sácame, pero mi intensión es comer pollo como antes comíamos.

Paulette empezó a empujarlo pero él más se aferraba al mueble, lo único que quería era quedarse y estar con ella unas horas.

Paulette----: Lárgate de mi departamento (dice agitada por la fuerza).

Darío---: No, no lo haré, me quedo aquí hasta comer pollo contigo.

Paulette----: Desgraciado, solo andate (lo golpea) suéltate de mi mueble.

Darío---: No.

Darío ría, al ver a Paulette roja y sudada del coraje, él se prendió muy bien del mueble para que no lo saqué, al ver que ella se sentó en el piso en señal de rendirse, se soltó, se puso de pies y sentó frente a una Paulette muy enojada, ella había olvidado lo persistente que es Darío.

Darío---: Comamos pollo.

Paulette----: Porque me haces esto Darío, tu y yo ya no tenemos nada

Darío---: Tú y yo somos novios, nunca terminamos y además dimos nuestros votos matrimoniales en la catedral, si lo recuerdas.

Paulette----: No somos novios, éramos pero ya no.

Darío---: No sé tú, pero cuando una pareja nunca dice terminamos la relación continua, pues quiere decir que siguen siendo novios, comemos pollo.

Paulette----: Está bien si me aseguras que después te irás.

Darío---: Solo comamos.

Paulette cedió a la petición de Dario, además el esfuerzo para poder sacar a Darío del departamento le hizo abrir el apetito, también sonrió al ver que Darío no había olvidado lo mucho que le gusta las alitas picantes, comieron sentados en el piso mientras se miraban.