Flor De Papel

El viaje que debía durar día y medio duró dos días, puesto que pararon a descansar una vez más en una posada.

Solo que esta vez no pudieron dormir juntos, ya que debían proteger sus reputaciones y no sería bien visto que mujeres jóvenes durmieran con sus parejas.

Así que tuvieron que pedir una habitación para ellas ya que quisieron platicar algo del viaje.

Al día siguiente llegaron al ducado rosas La mansión se distinguía desde lejos y parecía ser un lugar muy agradable.

Solo que antes de llegar Guillermo le preguntó que si estaba bien presentarla como su prometida, ya que no deseaba que se crearan rumores alrededor de Liliana.

Y aunque, lo que decían los demás a Liliana no le importaba, la reputación de Guillermo sí que le importaba.

No quería que lo juzgaran como un hombre que se aprovechaba de una mujer sola.

Además, eso solo demostraba una vez más que Guillermo hablaba en serio cuando decía que la quería hacer su esposa.

no pude evitar un mal recuerdo que le vino de su relación pasada, sin embargo, decidió no pensar en ello.

Guillermo se dio cuenta que Liliana recordó algo amargo del pasado.

Esperaría a aquella le comentará poco a poco lo que la lastimaba él queria saber todo por qué quería curar cada una de sus heridas que jamás debió recibir.

Pero él se encargará de que todas esas heridas sean olvidadas, las borrará hasta que en la mente de Liliana solamente esté él.

Tres carruajes pararon frente a las puertas de una enorme mansión rodeada de rosales.

Por esta época del año apenas empezaba a tener pocos botones de flor, pero todo era verde, vibrante y hermoso no faltaba mucho para la primavera.

Liliana al ver los rosales estaba impaciente porque muy pronto fuera primavera, ya que quería ver cómo se vería la mansión rodeada de flores y las pocas que ya habían florecido no le hacían justicia, a todo lo imaginaba.

Habían llegado al mediodía, Liliana fue presentada como la prometida del Duque.

La otra pareja también fue presentada como prometidos y se les asignaron sus respectivas habitaciones.

Los sirvientes se apresuraron a preparar tinas de agua para que las personas que habían llegado se refrescaran.

Cada una en sus habitaciones y que descansaron un poco hasta la hora de comer que sería en la tarde, por el momento se les subieron algunos aperitivos por si tenían algo de hambre.

...NARRADORA...

Algunas mujeres no pudieron evitar poner mala cara al oír que el Duque ya tenía una prometida con la que se iba a casar.

Sin embargo sabían que sí trataban mal a la prometida del duque sus trabajos podrían peligrar.

Después de todo muchas mujeres jóvenes habían perdido su trabajo por intentar seducir al duque rosas.

Ya que si bien él no era un hombre célibe jamás cometió el error de meterse con sus empleadas.

Esto debido a que su padre una vez le advirtió que el mayor error de un hombre era meterse con sus propias empleadas porque en el momento de traer a la mujer que sería la esposa y duquesa sería atacada por ellas.

Que en dado caso tuviera necesidades, de ser así, lo mejor era buscar una mujer que las atendiera por fuera.

En la mansión aparte de las empleadas la única mujer que podría entrar sería la que tomaría las riendas del ducado como ama y señora.

Esto se remonta a generaciones anteriores en el cual la esposa había sido asesinada por una mujer celosa que había sido criada del ducado.

Por eso mismo, tanto el anterior Duque y el actual han seguido al pie de la letra la regla de no meterse con las empleadas del ducado para evitar futuros desastres.

Por lo tanto aunque había empleadas qué querían seducir al duque jamás lo intentaron y los que lo intentaron no pudieron volver a encontrar trabajo al menos no en el ducado.

Para las que quedaron era mucho más importante tener un trabajo para sobrevivir y mantener a sus familias.

Que perseguir un sueño vacío de ambiciones que podrían significar la destrucción no solo de ellos mismos sino también de su familia y seres queridos.

Además el duque era un buen patrón y les proporcionaba los mejores beneficios a los que trabajaban para él.

Liliana percibió algunas miradas envidiosas pero nada amenazantes después de todo qué mujer no deseaba una oposición mejor y más si es un hombre tan notable como el Duque.

Sirvientas:

Bueno parece que ya no tendremos oportunidad de que lo que se fije en nosotras.

Dijo una, y otra contesta acaso habíamos tenido alguna oportunidad es obvio que jamás la tuvimos.

Eso no es cierto dijo otra, recuerdo que la anterior duquesa fue una simple mujer y aún así conquistó el corazón del toque padre de nuestra ahora Duque.

Así todas teníamos la oportunidad de que se fijara en nosotras sin embargo, al parecer alguien más ya tocó su corazón.

Bueno será mejor que nos comportemos después de todo ella será la próxima ama y señora de este lugar y no queremos estar del lado equivocado no es así.

Esto fue lo que platicaban las sirvientas jóvenes de la mansión después de haber atendido a los invitados.

Todas estas jovencitas habían sido ayudados de una o de otra forma por el Duque.

por lo tanto ninguna de ellas tenía malas intenciones hacia el Duque o hacia la mujer que prontamente sería la duquesa Rosas.

Ya en la tarde cerca del anochecer las sirvientas tocaron las puertas de las jóvenes señoritas que habían llegado a la casa para ofrecer la ayuda.

Para prepararse para la cena y aunque no fueron rechazadas tampoco fue necesaria.

Ya que tanto Liliana como Liz ya estaban listas habían decidido dar un pequeño recorrido por la mansión para conocerla.

Guillermo y Ramiro adivinaron los pensamientos de sus prometidas y ya las estaban esperando para dar un pequeño paseo a los alrededores y luego dentro de la mansión.

También para que los empleados conocieran a la que sería su esposa y para demostrarles que tenías todo su apoyo y que la persona que quiera intentar faltarle el respeto lo pensara muchas veces.

Después del recorrido se dispusieron a cenar a la luz de las velas.