¡YO, SIN TI!.
UN AMOR DE JUVENTUD QUE SURGIÓ EN EL TIEMPO INCORRECTO, CON LA PERSONA CORRECTA, LLEVÓ SU AMOR AL FRACASO.
CUATRO AÑOS DESPUÉS, EL DESTINO LOS LLEVARÁ A REENCONTRARSE.
¿QUÉ PASARÁ, CUÁNDO LAS EMOCIONES QUÉ HABÍAN ESTADO GUARDADAS POR TANTO TIEMPO, VUELVEN A SURGIR EN UNA NOCHE ?.
(V PARTE DE LA SAGA "DINASTÍA BELF")
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Capítulo XXIV
Los cuerpos desnudos de Zachary y Tanya, se encontraban todavía sobre la alfombra de la habitación.
Tanya tenía su espalda recargada en el pecho de Zachary, mientras él la rodeaba con sus fuertes brazos.
La chica se deshizo de su agarre, con el sumo cuidado de no despertar al pelinegro. Se levantó de la alfombra y en silencio, comenzó a recoger sus prendas del suelo.
—¿Pensabas irte a media noche, sin decir una palabra?.
Tanya pegó un pequeño salto del susto.
Zachary estaba sentado, sobre la alfombra.
—Pensé que dormías profundamente.
—Entonces, cómo creíste que dormía profundamente, decidiste salir de mi habitación en silencio para evitar hablar conmigo.
—No.
—¿No?
Zachary se levantó de la alfombra y caminó hasta ella, dejando ver su perfecta desnudes.
—Para mi está claro, que querías huir otra vez de mí.
Tanya desvió la mirada y se movió hacia un lado, para caminar hasta la puerta de la habitación.
—Es mejor que me vaya ahora.
Al sentir de nuevamente un vacío, el pelinegro bajo la mirada hacia el suelo.
Tanya comenzó a vestirse.
Zachary giro su rostro hacia ella.
—Tanya…—Camino hasta ella y la acorralo contra la puerta. Se adueñó de su boca con un deseo voraz.
Tanya acepto el beso y lo correspondió de la misma manera.
—Mm… Za-Zach…—Murmuró entre el beso.
Zachary mordió su labio y bajo hasta la cavidad de su cuello, dejando marcas.
—Regresa a mi lado, Tanya. — Susurró sobre su piel, enviando una corriente de deseo y anhelo.
Tanya se sintió invadida por la tristeza, al escuchar su voz implorante.
—¿Olvidas que cada uno tomó un rumbo diferente?
De manera leve, Zachary movió la cabeza hacia los lados.
—Tu vida está hecha en NY Zachary. Y… la mía está en París. —Continúo ella.
Zachary levantó el rostro hacia sus ojos marrones.
—Y a sido la peor experiencia de mi vida, todo se volvió un caos, desde que te dejé ir. —Confesó él hombre. —No quiero estar de nuevo sin ti, Tanya…Dime que te quedaras conmigo —Zachary rodeó su cintura, con sus brazos y apretó con fuerza.
—Las cosas no son tan simples. — Respondió ella con amargura.
—Dejaras la cosas así, en una simple aventura.
Tanya se enfocó en el brillo de esos ojos grises.
—No. —Respondió mientras tomaba su rostro, entre las palmas de sus manos.
—¡Entonces quedate a mi lado!
—Zachary…
—Intentemoslo una vez más. — Zachary rozó sus labios de manera suave y tierna. —Solo una vez más, Tanya.
Tanya sentía su corazón galopear con fuerza.
—Yo estoy dispuesto a seguirte hasta el fin del mundo, si te quedas a mi lado…
—¿Dejarías tu vida en NY por mí, por seguirme?—Le cuestiono sorprendida.
—Haría la locura más grande, si decides quedarte a mi lado…
Tanya sintió una mezcla de emociónes.
—Yo... sigo amándote Zachary, pero...
El corazón de Zachary dio un salto lleno de felicidad, que no permitió que ella continuará.
—¡Shh!…Solo me basta saber que aún me amas—Tomó su boca con fervor.
Tanya cerro los ojos con fuerza y se dejó llevar de nuevo en aquel torrente de emociones.
Zachary no tardo en desvestirla de nuevo.
En tocar y besar cada rincón de su cuerpo.
Levanto con suavidad su pierna derecha y busco estar entre sus piernas, para invadirla de nuevo.
Ella echo la cabeza sobre el hombro de Zachary.
—Eres mía en cuerpo y alma. —Murmuró antes de la segunda estocada.
—¡Ah!...
El pelinegro empujaba con fuerza su cadera hacia ella y después se retiraba de manera sueve y lenta, para prolongar el placer.
—Zach…—Pronunció su nombre, en tono de queja.
Zachary camino hasta la cama con ella en sus brazos y la dejo sobre la orilla, con cuidado.
Elevo las largas piernas de Tanya y acomodo cada una, en uno de sus hombros, para después acomodarse nuevamente entre su piernas.
Ella se retorció de placer, cuando él la invadió con fervor. De su boca expulsaba palabras impuras, entre cada estocada.
Zachary llevo la palma de su mano hasta el rostro de Tanya. Acarició la mejilla de la chica, luego llevo sus dedos hasta sus labios húmedos. Ella los mordió con ansias.
El sonrío de manera descarada y continuo acariciando la piel a su paso, bajo por los botones erguidos, por su vientre y llegó hasta su centro.
Tanya se mordió el labio inferior, cuando sintió los movimientos sueves entre sus pliegues.
Zachary hacia pequeños círculos sobre el punto sensible, mientras intensificaba sus movimientos de cadera.
—¡Mm!... ¡Zach!... —Elevo las caderas, queriendo alcanza aquella sensación tan abrumadora.
—Espera un poco más Tanya. — Gruñó el hombre, al sentirla temblar.
—¡Mmhh! ¡Así!...—Ella se mordió el labio con fuerza. Su cuerpo estaba alcanzado aquella sensación tan placentera.
Zachary se dejó caer sobre ella y se meció suavemente, mientras la acompañaba de la manera más sublime.
Pero él hombre parecía un animal insatisfecho, hambriento y lleno de lujuria.
Tomo su cuerpo con amor, de distintas maneras y la elevo hasta el cielo en más de una ocasión.
—¿Zach?
Los primeros rayos del sol, entraban por la ventana de la habitación.
—¿Mm? —El pelinegro se mantenía ocupado, jugando la punta erguida de uno de sus pechos.
—Llegó el amanecer.
—Lo sé. — Susurró sobre el botón irritado.
Tanya enterró sus dedos entre el cabello negro de Zachary.
—Debo salir antes de que alguien se dé cuenta, de que pase la noche aquí.
Zachary se movió sobre ella.
—Quédate un rato más.
Tanya sonrió.
—Solo un poco más.
Zachary la abrazo con fuerza y rodó con ella sobre la cama.
Quería tomarla para saborear de nuevo el placer y la felicidad.