La Emperatriz Zaria

Zaria llegaba al salón de visitas mientras escuchaba como Priano la había sacado del carruaje dormida y la había llevado a su habitación, aunque ella no podía creer que él sea tan bondadoso se lo agradeció en silencio, muy dentro de ella, en algún lugar de su existencia, se lo agradece.

Cuando Zaria entró al lugar esperando ver la cara hipócrita de Lilian, se sorprendió al ver a Sunna parada con…

* Saludos emperatriz, señora del imperio _ dijeron dos jóvenes guapos un poco mayores que Zaria.

* Saludos emperatriz, señora del imperio _ dijeron dos jovencitas de la edad de Zaria que destacaban por ser como dos gotas de agua, eran hermosas y se veían angelicales.

Zaria puso una sonrisa tensa, no entiende lo que está pasando, hasta que su suegra habló.

* Querida Zaria, ellos son primos de mi Priano, son los hijos de mi concuñado, y ellas son sobrinas del emperador, hijas de su concuñada _ dijo Zuna mientras que Roque dio un paso al frente.

* Majestad, soy Roque Letriux hijo mayor del Marqués Letriux _ dijo él con una reverencia.

* Majestad, soy Hugo Letriux el segundo hijo del Marqués Letriux _ dijo el joven haciendo una reverencia junto a su hermano.

* Majestad, soy Dafne Lianxina, hija Mayor del duque Lianxina _ dijo la joven haciendo una elegante reverencia.

* Majestad, soy Sisi Lianxina, segunda hija del duque Lianxina _ dijo Sisi haciendo una reverencia mientras se ruborizaba un poco, se veía adorablemente tierna.

Zaria levantó las cejas sin saber qué decir o hacer, así que solo saludó a los invitados.

* Es un gusto conocerlos y espero que se sientan acogidos en el palacio imperial _ dijo Zaria para después mirar a Sunna quien solo mira la situación expectante.

* Zaria, Cariño, solo quería pedirte un gran favor, quería saber si puedes alojar a mis sobrinos por unos días, ellos llegaron desde sus regiones y tu suegro ha estado delicado, así que no me gustaría poner más presión sobre él _ dijo Sunna mientras mira a los muchachos, está segura que harán algo que no deberían, ve en las miradas de sus sobrinas que están a punto de hacer una tontería y no se equivocaba.

Sisi y Dafne se miraron emocionadas y sin poderlo resistir ambas corrieron hacia Zaria y la abrazaron como dos osos enamorados haciéndola caer al piso mientras hablaban entre ellas.

* Sisi, es bellísima, la cuñada de verdad es una preciosura _ decía Dafne mientras la miraba detenidamente.

* Dafne, ¿cómo puede ser tan bonita?, parece una pintura, los ángeles pintaron su retrato en el cielo _ dijo la dulce Sisi mientras la miraba obsesivamente.

Roque y Hugo se apresuraron para sacar a las revoltosas de encima de la emperatriz, esas descaradas casi la aplastan.

Sunna resopló por la situación, sabia que harían algo tonto, pero no puede culparlas, habían ido a ayudar a su cuñada en cuanto se enteraron de la forma como las concubinas habían lastimado a la emperatriz.

* Niñas, por favor, guarden compostura, deberían ser más educadas _ dijo Sunna mientras ayuda a Zaria junto con Mina a ponerse de pie, aunque Zaria estaba desorientada, no le pareció que sea un gesto hostil, solo demasiado efusivo.

* Majestad, lo sentimos, solo nos emocionamos _ dijeron las gemelas al unísono mientras bajaban la cabeza y los jóvenes veían con reproche a las escandalosas.

Sunna quería traer a su hijo y sobrino de las orejas, si ellos hubieran estado ahí eso no habría pasado nunca.

* Emperatriz madre, no se preocupe, parece que las señoritas Lianxina sólo tienen mucha energía, no hagamos un revuelo de esto, perdonen mis modales, ¿ya desayunaron? _ dijo Zaria tratando de cambiar de tema, no está segura de dejar a esas revoltosas en el palacio y los jóvenes parecen sensatos, pero no está segura de que sea tanto así, parece que solo actúan por la presencia de Sunna.

* No querida, no tuvimos tiempo, ellos acaban de llegar _ dijo Sunna mientras que los cuatro demonios mostraban sonrisas de alegría.

Zaria asintió y pidió poner la mesa para todos y se excusó para buscar a Priano, a fin de cuentas, era su familia y él debería tomar la última palabra.

Mientras los invitados se acomodan para desayunar, Mina le dijo a Zaria que el emperador había desaparecido, pero no había salido del palacio.

Zaria apretó los puños y decidió que lo llevaría con su familia sea como sea, fue en ese momento que ella supo exactamente dónde estaría ese hombre.

*_*

En las barracas de entrenamiento, Priano y Mitran desayunaban con los soldados, era el lugar perfecto para esconderse, así que reían y charlaban hasta que el guardia del comedor dio el anuncio.

* La emperatriz Zaria Trillen de Záitsev, la señora del imperio ingresa a las barracas, saluden a su Majestad _ dijo el guardia.

Priano y Mitran se congelaron en el acto mientras veían a todos los soldados ponerse de pie y arrodillarse ante la hermosa joven que se acercaba a ellos con una mirada asesina.