Todo En 90 Días

Tatiana

Nos sentamos los 4 juntos. Primero jugamos de a dos, Oriana contra mí y Emanuel contra Danilo.

Yo gane por mí lado y Ramiro a Emanuel. Desempatamos entre nosotros y tal como esperaba gané.

Jugamos un par de veces más del mismo modo y mí confianza estaba por los cielos. Gane 5 de 6 partidos así.

Jugamos en parejas obviamente los "enamorados" no se separaban. Con Emanuel hacíamos un buen equipo, ganamos todas las veces.

Oriana tuvo la brillante idea de jugar por prendas para según ella "hacerlo más emocionante" y estábamos ya lo suficiente alegres para aceptar.

Primer partido apostamos que si ganábamos Emanuel y yo podríamos irnos al día siguiente y así acabar con la semana de tradición. A regañadientes aceptaron pero por primera vez las cartas no estaban a nuestro favor y perdimos.

Segundo partido estaba en juego quien preparaba el almuerzo al día siguiente y además limpiaba la cocina. Ganamos

Tercer partido apostamos la cena y quién limpiaba y volvimos a ganar.

Oriana estaba demasiado enojada y bien los quehaceres no eran lo suyo o no le gustaba perder.

Cuarto partido apostamos que si ganabamos ya no compartiríamos habitación y nos ganaron. De modo que Emanuel y yo seguiríamos durmiendo juntos los días que nos quedaran por delante. Estaba decepcionada para que negarlo porque lo que más me interesaba no había podido ganarlo pero aún quedaba juego por delante.

Apostamos un gran desayuno en la cama y ganamos, al menos nuestra suerte estaba presente cuando de comida se tratara.

Así llegamos al sexto partido del cual dijimos que jugábamos ese y máximo uno más y nos iríamos a dormir, al menos yo me retiraba. El juego llegaría a su fin en parejas de ese modo porque solo quedarían tres jugadores.

Ésta vez decidimos apostar dinero: quien ganaba debía pagar una salida al cine y además una cena en un restaurante a elección. Volvimos a ganar. No podríamos irnos de ese lugar pero hambre no pasaríamos ni gastaríamos dinero. Para mí genial.

Dos rondas de tragos más tarde llegó el último juego donde la apuesta sería dicha al finalizar. No sabíamos en qué nos estábamos metiendo. Debí rechazar eso, argumentar que no por algún motivo pero ya el alcohol estaba en mí sistema y la valentía que me daba era algo que solo me hacía aceptar.

Y ésta vez la suerte no estuvo con nosotros.

La expresión de Oriana era de victoria pura y su mirada desafiante me asustó. Sabía que lo que habíamos perdido no sería fácil de cumplir.

Dirigí mí mirada a Ramiro que no demostraba saber que nos pasaría y luego a Emanuel quien lucía bastante relajado apesar de todo lo cual no comprendía.

Oriana y Ramiro se retiraron para "hablar de nuestra consecuencia" y así elegir. Nosotros nos quedamos en nuestro sitio mirándonos a los ojos. Su mirada me decía que me relaje, que nada podría suceder mientras que mí sexto sentido me decía "te arrepentirás"

Varios minutos después los cuales se hicieron eternos ellos regresaron. Oriana lucía demasiado desafiante y habló

-Ya elegimos que íbamos a pedirles y para que vean que somos buenos con ustedes los dejaremos elegir su castigo- que alivio

-Pero claro que entre dos opciones que nosotros les daremos- agregó Ramiro con una gran sonrisa

-¿De que se trata?- pregunté impaciente, mientras antes acabara mejor

-¿Apurada?- interrogó Oriana

-¿Nos dicen o no? Porque sino nos vamos a dormir- apresuró Emanuel

-Que poco sentido del humor tienen chicos. Opción uno: correr desnudos bajo la lluvia- nos dijo Oriana demasiado divertida

-¿Estás de broma? ¿Salir desnudos a la calle? De ninguna manera- dije molesta

-Bueno en ropa interior- nos dijo Ramiro

Miré a Emanuel con terror para que el negara, no me animaría a eso y pareció entender el mensaje claramente.

-No haremos eso, elegimos la segunda opción. Peor que ésta no puede ser- Emanuel habló y lo reconozco tenía razón, que podría ser peor que salir desnudos o semidesnudos a correr bajo la lluvia

-Un beso

-¿Eh? No entiendo- intervino Emanuel

-Un beso apasionado, que se besen ustedes dos. Es algo demasiado sencillo, es eso o correr bajo la lluvia- contestó Ramiro- Miré a Emanuel y asenti. Era solo un beso así no quisiéramos

-Ok, un beso y me voy a dormir- dije yo

Emanuel y yo nos miramos, bajé mí vista a sus labios y me acerque un poco mientras el hacía lo mismo y acababa con la distancia que nos separaba.

Automáticamente cerré mis ojos porque era incómodo tener que besarnos con público y más aún con el hombre que me gusta viendo el espectáculo aunque debo admitir que luego de unos segundos olvidé completamente que ellos estaban ahí. Sus labios eran tan suaves y su sabor mezclado con el tequila era embriagador, además me besó con tanta dulzura y pasión a la vez que no quería acabara. Cuando nos separamos para tomar aire caí en cuentas de lo que acababa de pasar; Ramiro estaba asombrado y Oriana solo sonreía mientras que Emanuel tenía una expresión que no quise descifrar y solo deseé salir corriendo de toda ésta situación por lo que con voz firme dije

-Listo ya cumplimos, ahora con permiso voy a dormir. Buenas noches

Y sin esperar una respuesta subí rápidamente a la habitación.

Tomé mí pijama y me encerré en el baño. El beso se repetía en mí mente y aún podía sentir su sabor. Quise culpar al alcohol pero esa misma tarde había deseado besarlo y además esto me despertó muchas sensaciones que no tuve antes. Más allá de todo esto lo que me intrigó más fue el por qué Oriana pediría que hagamos algo así o Ramiro. Éstas mini vacaciones obligadas están siendo un gran problema.

Lavé mí cara con agua bien fría y mis dientes, me coloqué mí pijama y me metí a la cama. Lo único que faltaba era que Emanuel me encuentre con tan poca ropa puesta luego de lo que pasó y piense mal.

Di más de mil vueltas en la cama pero no logré conciliar el sueño y Emanuel llegó, hizo su rutina de bañarse y acostarse manteniendo la distancia y en silencio cosa que agradecí.