Emma ha pasado casi toda su vida encerrada en un orfanato, convencida de que nadie jamás la querría. Insegura, tímida y acostumbrada a vivir sola, no esperaba que su destino cambiara de la noche a la mañana…
Un investigador aparece para darle la noticia de que no fue abandonada: es la hija biológica de una influyente y amorosa pareja londinense, que lleva años buscándola.
El mundo de lujos y cariño que ahora la rodea le resulta desconocido y abrumador, pero lo más difícil no son las puertas de la enorme mansión ni las miradas orgullosas de sus padres… sino la forma en que Alexander la mira.
El ahijado de la familia, un joven arrogante y encantador, parece decidido a hacerla sentir como si no perteneciera allí. Pero a pesar de sus palabras frías y su desconfianza, hay algo en sus ojos que Emma no entiende… y que él tampoco sabe cómo controlar.
Porque a veces, las miradas dicen lo que las palabras no se atreven.
Y cuando él la mira así, el mundo entero parece detenerse.
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capitulo 23
Narra Alexander.
Me desperté primero que ella y me quede observando su rostro y lo tranquila que se ve.
Me gusta mucho, me hace sentir cosas que no entiendo y me asusta.
Porque ella es demasiado ingenua e inocente sabe casi nada de la vida y yo no quiero darle falsas esperanzas sin estar seguro de lo que siento.
Pero tampoco puedo fingir que no estoy sintiendo, que no muero por estar siempre pegado a ella.
La abrazo con ternura y la atraigo a mi estos gestos son involuntarios a mi persona no soy así, no soy de los tipo empalagosos que respiran para mostrar cariño, no soy de abrazar ni dar besos en la frente lo mio es a lo que vinimos y ya y con mis ex apenas entrelace mis dedos y todo de lejito.
No me gusta que me persigan ni esten encima de mi pero me siento raro si no siento su mirada en mi o si no la tengo cerca, ahora el que la persigue soy yo esto juro nunca me habia pasado con nadie.
Todas las chicas son las que vienen a mi, totalmente diferentes a Emma y creo que eso es lo que me atrae tanto.
Ella se remueve en mis brazos miro el reloj son las 6 de la mañana.
Ya es navidad.
Tengo que buscar su regalo a la joyería de Eric mi amigo, no sabia que regalarle y pensé en eso a última hora después de dar vueltas en los centros comerciales como un loco no soy mucho de regalar.
Menos a mujeres.
Nunca me e sentado a conocer bien a una puedo saber que regalarle sin dificultad a mis padrinos los conozco bien pero a otras personas no es difícil.
Con ella lo fue y no porque no la conociera si no porque no sabia que darle algo que fuera asi de hermoso como ella.
Me levanto de la cama y la veo cómoda como se gira cubriéndose mas con la frazada, sonrió sin poder evitarlo.
Quiero despertarla no me gustaria que mis padrinos entren a mi habitacion y la encuentren o alguien del personal de la casa, no quiero que tenga ninguna idea equivocada.
Yo la estoy respetando demasiado como para que piensen lo que no es.
Pero se ve tan tranquila dormida tan cómoda que se me hace imposible hacerlo.
Busco ropa lo mas abrigada posible ya que saldré a la callé y entro al baño.
Primero lavo bien mis dientes y luego me desnudo para darme una buena ducha de agua caliente solo una persona loca se baña con agua fría en pleno invierno.
Me cambió y salgo del baño, ella esta sentada en la cama con sus rizos un poco alborotado pero no dejaba de verse preciosa.
- Buenos días -me dice con una tierna sonrisa.
-Buenos días princesa - me acerco y beso su frente.
- ¿no vamos a entrenar hoy? -suelta un bostezo.
- tengo que hacer algo afuera pero puedes entrenar tu- ella asiente y se estira para salir de la cama.
Me gusta que sea tan disciplinada con el ejercicio.
[...]
Llego a la Joyería y saludó a Eric.
- Lo tuyo esta listo desde ayer pensé que venías a buscarlo antes- me encogí de hombros.
-Ayer era la cena de navidad y madrina Silvia me tenia de aqui para ya.
-Me imagino, pero mira esta hermosura- de una vitrina atras de el trae una cajita roja de terciopelo el la abre para mi obsevo maravillado lo que hay.
Se que esto es digno de ella.
-Gracias amigo, si me va bien ya te dire la talla para los anillos de noviazgo,compromiso y boda- digo bromeando.
Le paso mi tarjeta.
- puedes pagarlo por adelantado también- dice el en el mismo tono.
- no estamos seguros aún.
- pues yo espero que Emma te diga que si- el repite el nombre que quería que estuviera grabado en el regaló.
Sonrió.
Porque hasta yo deseó eso.
