Touji, con una vida aparentemente normal, comienza a experimentar extraños sueños y visiones, fragmentos de recuerdos que no son suyos, la llegada de asmodeo, ahora un ser oscuro y vengativo, desencadena una serie de eventos que llevarán a touji a descubrir la verdad sobre su pasado y su conexión con el ángel caído.
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Capitulo 23 El regreso de los recuerdos pasados
El sol por fin se había ocultado detrás del oeste apuntando la misma dirección que seguía touji, con una calma misteriosa de pronto la fría noche llegó escuchando el murmullo y la promesa de salvar a su amigo, bajo el cielo estrellado de la noche touji corría con cansancio por las calles con su cuerpo tembloroso sintiendo frío, la lluvía comenzó a golpear el tejado de las casas apagando las pocas luces que iluminaban la obscuridad, el pueblo quedó envuelto en un manto oscuro y silencioso, de pronto touji sintió que estaba en un mundo distinto al no recordar el camino de regreso, la niebla apareció de golpe volviéndose más densa rodeando su cuerpo y escuchando el eco de una voz llamando su nombre.
¿Quién podría estar llamando a su nombre?, la silueta de un ángel paseaba de un rincón a otro susurrando su propio nombre, sus palabras tocaron su corazón pero a la vez sus pensamientos quedaron en blanco, mientras caía agotado de rodillas, un ángel cubriendo su rostro de cabello azúl y ojos color ámbar se acercó lentamente a él.
—Recuerda quien eres—susurró la voz al oído de touji dejando sus esperanzas en él.
—¿Cómo puedo recordar quién soy? si he abandonado a un amigo—las lágrimas corrían por las mejillas de touji culpandose por no ser fuerte.
—Llorar no servirá de nada, no solucionará tus problemas—susurró de nuevo la voz iluminando la oscuridad que había dentro de su corazón en ese momento.
—¿Y si fallo? ¿Y si asmodeo logra conquistar el mundo? ¿Y si consigue destruirlo?—la voz de touji había perdido la esperanza como si se hubiera rendido tan fácil.
—Eres fuerte y lo has demostrado en muchas ocasiones—respondió la voz revelando su identidad.
—Fallé como tú reencarnación y le he fallando a mi amigo—alzó la cabeza touji hacía arriba para mirar la bondad que había dentro de sora.
El inmenso dolor que sentía touji dentro de su corazón se desvanecía, y poco a poco sus recuerdos regresaban recordando su posición como uno de los ángeles más poderosos, finalmente entendió que todo el tiempo había hecho las cosas mal, sora orgulloso de él sonrió extendiendo su mano para apoyar a touji a levantarse.
—Te agradezco por confiar en mi y dejar el destino del mundo en mis manos—dijo touji, con una mezcla de emociones y arrepentimiento.
—Siempre estaré contigo, recuérdalo—respondió sora, mientras su silueta comenzaba a desvanecerse junto a la niebla que los rodeaba.
El cuerpo exhausto de touji yacía debilitado bajo la lluvia golpeando su rostro, al despertar sintió un cuerpo lánguido recordando aquellas palabras de sora resonando en su mente, no podía permitirse el lujo de ser derrotado por los demonios que lo perseguían, con su valentía y determinación para salvar a las personas que tanto amaba parecieron despertar los recuerdos de su vida pasada, cuando comenzaba a comprender la realidad de sus errores una voz conocida se acercó con rápidez rompiendo el silencio.
—Perdón por no haberte comprendido antes—murmuró rin mientras las gotas de las lluvia caían en el rostro de touji aunque por dentro sabía que eran sus lágrimas .
—Todo este tiempo estuve equivocado—dijo touji sintiendo como su corazón pedía perdón por los errores que había cometido.
—Te ayudaré a ponerte de pie—respondió rin mostrando una sonrisa verdadera, aliviada de haber encontrado a su amigo.
Rin extendió su mano hacía touji quien logró levantarse, y juntos se prepararon para enfrentar los obstáculos que se interpusiera en su camino.
—He recordado todo de mi vida pasada—caminaba touji lentamente frente a rin mostrando una personalidad firme.
—¿En verdad eres tú touji?—preguntó rin con una voz alta caminando detrás de él.
Sin responder una sola palabra, touji siguió caminando hacía adelante con el único propósito de llegar a la casa con el molino de viento, ahora que controlaba a la perfección su poder era el momento adecuado para hacer pagar a osamu por su incompetencia, rin sin embargo no lograba comprender el cambio, justo cuando llegó al oeste la lluvía cesó y los golpes sueves sonaban en la puerta rompiendo el silencio.
—¿Seguro que es aquí touji?—contradijo rin con voz de duda al notar que no había nadie dentro de la casa.
—Es como si la casa estuviera vacía—murmuró touji abriendo lentamente la puerta llamando a osamu con una voz que rompía el silencio.
No hubo respuesta alguna, sólo podía escuchar el eco de su propia voz quebrando el espacio vacío.
Touji continúo avanzando con cautela, su mirada reflejado en cada rincón de la casa vacía.
—¿Osamu, donde estás?—llamó touji de nuevo con más urgencia en su voz.
Rin lo seguía de cerca, mirando como su rostro reflejaba confusión, juntos exploraron la casa pero no encontraron a osamu por ningún lado, la pregunta táctica flotaba por su mente ¿dónde estaba osamu realmente?.
—Ya buscamos por toda la casa, pero no encontramos a osamu—intercambió rin una mirada cargada de tensión con touji.
—¿Dónde podría estar osamu? ¿Y porqué desapareció?—se preguntó de nuevo touji escuchando un leve crujido en el piso superior.
Sin perder tiempo subieron las escaleras con rápidez, sus pasos avanzando con sigilo en cada escalón, la puerta de uno de los dormitorios filtraba luz por la rendija, touji habrio la puerta lentamente y ahí estaba osamu sentado firmemente en un rincón susurrando.
—Finalmente te encontramos—suspiró touji con una voz aliviada, pero su expresión cambió al darse cuenta que makoto no estaba con él.
—¿Dónde está makoto?—preguntó rin escondiéndose entre las sombras de touji.
—Llegas tarde, el se lo llevó—respondió osamu con una voz amarga sabiendo que marith prefería a touji.
—¿Quién se lo llevó? ¡Habla o terminaré con tú vida!—gritó touji, su voz llena de odio mientras desenvainaba su espada con un movimiento ágil.
—Asmodeo, y espero que termine con él—dijo osamu con un suspiro profundo.
La mención de asmodeo había abierto recuerdos en touji, recuerdos que poco a poco vinieron a su cabeza, como si el destino ya estuviera sellado.
Osamu se levantó bruscamente, su asiento chocando con el suelo con un sonido de madera quebrando, con su puño cerrado, golpeó la mesa que estaba a su lado así haciendo que los objetos se cayeran, sin decir más dió la espalda y desapareció dejando atrás un silencio, no había rastro de él.
—Osamu escapó sin dejar pista de donde podría estar makoto —miró rin el espacio vacío que había dejado osamu.
—¡Cobarde! ¡Regresa!—gritó touji, su voz resonando en el cuarto vacío, pero dentro de él algo se había roto, un poder de largo tiempo comenzó a emerger.
Cuando el poder lo dominó la habitación quedó sumida en el silencio, touji no era el mismo todo había pasado tan rápido, su rostro se endureció, sus ojos se volvieron blancos y su aura se tornó imponente, su irá y su frustración había liberado su poder al límite suprimiendo sus pensamientos, la voz que susurraba en su cabeza no era la de el sino la de sora forjando ira.
Con ráfagas de viento cortantes, creadas por la misma espada que había desenvainado, destruía la casa paso a paso, su poder era admirable y no dejaba de crecer en cada instante, era como si la furia hubiera despertado una auténtica fuerza incontrolable, sin embargo su espada era un arma de doble filo, mientras más poder desataba más daño le causaba a su cuerpo, touji siendo el recipiente de sora sentía como su cuerpo era destruido bajo la rendición de su ira, y al mismo tiempo era cegado, los gritos fuertes de rin resonaron por toda la habitación destruida, pero touji no entraba en razón, sus pensamientos era consumida por la oscuridad, finalmente la casa se consumió en la destrucción en un abrir y cerrar de ojos, touji se quedó inmóvil y su mirada perdida en la luz de la luna
—¿Eres realmente tú touji?—preguntó rin, resonando su voz entre los escombros que yacia a su lado.
Touji respondió girando su cuerpo levemente, sus ojos se hundían entre las lágrimas que recorrían sus mejillas, y la culpa de no haber ayudado a su amigo susurraba dentro de él.
—Te mataré—susurró touji caminando con fluidez, su voz melancólica reflejaba tristeza bajo la luz de la luna.
Rin retrocedió esperando que el destino decidiera el futuro de su vida.