Almas Rebeldes: La Cazadora Y El Mago.

Aunque con dudas aún, gracias a Mia muchas de ellas han sido disipadas por su compañía y consejos.

Aunque no todos llegaron a ella Tae sabe que tiene el permiso de Mia para continuar, su apoyo, aunque no sea lo correcto y este mal... Es lo que más desea en este mundo.

La noche es fría y aterradora, por eso los guardias hacen turnos para vigilar los alrededores cada noche incluyendo a Kim de quien era turno esta noche, eso quiere decir que es el momento perfecto, en unas horas él cambiará el lugar con otro y tendrá que ir a dormir.

Ahora que las cosas están peligrosas los guardias aumentaron de cuatro en la noche y tres en el día, más seguridad es necesaria.

. . .

Al despertarse Tae se viste como comúnmente lo hace, pieles de animales ligeros, ropa no muy abrigada y la túnica regalo de su madre hace poco tiempo.

No ha pasado mucho tiempo pero terminó por amar aquella prenda oscura no solo por su encantador color y forma sino por que tiene relación con el mundo donde pertenece Aarón.

Alma se viste con ropa de caza y por su puesto su tridente en su espalda, despierta al dormido Aarón con un "Arriba dormilón" para apurarle y salir fuera.

Al principio Aarón se negó ya que ella le había prometido permanecer en la tribu cerca de Alma y Tae pero las cosas cambiaron.

Pero él no lo sabe, por lo que Alma opta por mentirle para lograr su consentimiento rápido.

—Iremos a un laberinto, vamos a ayudar para que permanezcas en la tribu, lo dijo mi padre—. Explica ella.

—¿Laberinto?—. Pregunta Aarón confundido.

Por su puesto, no sabe que es un laberinto solo los aventureros y algunas tribus conocen de ellos ya que son extremadamente peligrosos.

Entrar en un laberinto esta fuera de discusión, las advertencias que hacen los adultos sobre ellos es atemorizante incluso alguien como Kim necesita ayuda para bajar hasta el final de uno de ellos.

Solo se conoce de uno que haya sido completado y aquel que lo hizo ya no se encuentra en esta tribu, la abandonó llevándose el tesoro que ocultaba en su interior.

Armas, oro, joyas, ropas y quien sabe que otras cosas ocultan esos lugares.

Llegar al final no es sencillo pero no es imposible.

Muchos fueron conquistados al rededor del mundo o al menos eso dicen los libros que Alma suele leer, verlo con sus propios ojos es un deseo fugaz que le resulta en extremo difícil.

Pero vive con la esperanza, lo primero en la lista sería llegar a ser la mujer más fuerte en la tribu, el título le pertenece a la madre de Alma.

Sin pena ni gloria, ella murió al momento de dar a luz a Alma un golpe devastador para Als lo que llenó de culpa su corazón.

Pero a Alma no le importa por que no siquiera la recuerda, la curiosidad de como era ella siempre existió solo se sabe que era parecida a su hija y que blandía una espada humana en vez de su bidente.

Debe ser mentira, nadie sabe sobre tal arma humana tampoco se encuentra por ningún lado... Pero Als lo confirma con sus palabras cada vez que habla de ella.

A él nunca le molestó que no usara su arma de nacimiento, al parecer no era buena con su arma pero todo cambiaba cuando usaba esa espada brillante.

¿Y dónde está la espada? Es una pregunta que nunca fue respondida.

Tan pronto ambos están listos para partir al abrir la puerta de entrada una belleza de cabello azul esta frente ellos con una acaudalada túnica de mago.

—¡Tae!—. Exclama Aarón con una sonrisa.

¡Maldición! maldice Alma sin mostrar ningún sentimiento en su rostro, a pesar de aún ser de noche ella parece aparecer en los momentos más inoportunos como si leyera su mente.

—¿Irán a algún lado?—. Pregunta con una leve sonrisa.

—Solo es un paseo antes de volver—. Comenta tan rápido como puede.

—A un laberinto—. Dice Aarón.

Al momento de decir esas palabras tanto Alma como Tae se sorprenden de sus palabras.

No se supone que él lo dijera, ni que Tae las escuchara solo era una excusa barata para no explicar todo y que vuelva a la cueva lo más rápido posible.

De esa forma quedarse a solas con él.

Otro plan que fracasa.

—Los acompañaré—. Dice Tae de una forma firme.

Parece tener una fuerte decisión ni siquiera la palabra "laberinto" la asustó, también podría ser posible qu no crea en las palabras de Aarón ya que puede ser un plan de Alma como el anterior.

—Entonces vamos—. Declara Aarón entusiasmado.

Parece tener una gran curiosidad de saber que son los laberintos, Alma espera que esa curiosidad no se transforme en arrepentimiento.

—De acuerdo... Pero no le cuenten a nadie sobre esto—. Declara Alma intentando asustar a Tae.

—No lo haré—.

—Podríamos morir allí, así que si no vienes nadie te culpará—.

—No, iré, también quiero ayudar a la tribu de esta plaga de bestias, si ustedes van a ser tan valientes y ayudar entonces yo también—. Declara Tae con una mano en su pecho.

—Pero no eres fuerte, ni ágil, ni buena con tu bidente, es mejor que te quedes—. Propone Alma.

Ella cree que es un acto de valentía y confía en las habilidades de Alma, es verdad que ella es mas fuerte que la hija de Kim pero no lo suficiente como para entrar a un laberinto solo los tres.

—Vayamos los tres, ayudaré—. La voz de Aarón suena con confianza.

Una sonrisa en su rostro confirma que no tiene miedo o tal vez es solo un tonto curioso.

Como sea ahora tendrán que ir al laberinto hasta que Tae renuncie y Alma quede a solas con Aarón nuevamente.