Diego Murphy, un asesino implacable y también un mafioso que dedicó su vida al servicio del clan Dark Knight. Incluso recibió el apodo de "El Asesino", cualquiera que se convierta en su objetivo sabe que no tendrá salvación.
Cuando aún era un niño, su padre fue asesinado frente a sus propios ojos. Además, la empresa de su padre fue tomada por la fuerza. Durante el incendio de ese día, todos creyeron que él había muerto. Sin embargo, logró escapar.
Al crecer, Diego se unió a un grupo mafioso para vengar la muerte de su padre y recuperar la empresa que le pertenecía.
Durante una misión para matar a una mujer, ocurre un incidente que lo obliga a convertirse en yerno del asesino de su propio padre. Así, se ve forzado a ocultar su verdadera identidad.
¿Conseguirá Diego vengar la muerte de su padre?
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Capítulo 23
Tras conversar un rato con Jerry, Diego decidió volver inmediatamente a la suite nupcial. Era un hombre muy puntual, y Vanessa le había pedido que saliera de la habitación por una hora.
Tan pronto como llegó frente a la puerta de la habitación, Diego introdujo la contraseña de seis dígitos. La puerta se abrió inmediatamente.
Diego suspiró al oír el sonido de la ducha y la voz de Vanessa cantando. Aparentemente, aún no había terminado de ducharse. El hombre se masajeó las dos orejas, que quizá le dolían de oír la estridente voz de Vanessa cantando. Si alguien estuviera muriéndose, oír a Vanessa cantar así lo mataría más rápido.
"¿Por qué tiene que ser tan ruidosa?", se quejó. Eso le impedía imaginar cómo sería su vida después de vivir con Vanessa; dos personas con personalidades tan diferentes.
Diego vio una botella de whisky encima de la mesa y se sirvió un vaso.
Mientras tomaba el whisky, vio a Vanessa salir del baño, dando saltitos y cantando. La mujer solo llevaba una toalla enrollada en el cuerpo, desde el pecho hasta el muslo.
"Una vez más, abres la puerta. Y estás aquí en mi corazón. Y mi corazón va... ¡Aaargghhh!".
Vanessa gritó al girarse hacia el sofá, al darse cuenta de que Diego estaba sentado allí, tomando whisky.
Para empeorar las cosas, de tan sorprendida, la toalla que llevaba se cayó.
¡Puf!
Vanessa soltó otro grito estridente.
"¡Aaaarrrgghhh!".
El grito de Vanessa fue tan fuerte que algunos empleados del hotel que pasaban por delante de la habitación se esforzaron por no reírse.
"Parece que la señorita Vanessa y su marido fueron directos a la noche de bodas, sin preliminares, por eso está gritando tanto", comentó uno de los empleados, conteniendo la risa.
Los otros empleados asintieron: "Sí, parece que sí".
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Vanessa ya estaba completamente vestida. La verdad es que se sentía muy humillada por el incidente de la toalla, pero tenía que fingir que todo estaba bien delante de Diego. Estaba sentada con él en un sofá diferente.
"No había terminado de ducharme. ¿Por qué has vuelto? ¿Intentabas espiarme?", protestó Vanessa.
A Diego no le gustó la acusación y la negó inmediatamente con su actitud indiferente: "Solo me dijiste que volviera después de una hora. Tú eres la que se ha equivocado, ¿por qué has tardado tanto en ducharte?".
"Pero...", Vanessa dudó, pero necesitaba asegurarse de una cosa, así que respiró hondo. "Pero no lo has visto todo, ¿verdad?".
"¿Ver el qué?", preguntó Diego. A pesar de ser un mafioso, parecía muy inocente.
Vanessa balbuceó al intentar explicarse. "Quiero decir... ehm... ¿has visto todo mi cuerpo?".
"Sí", respondió Diego con sinceridad. No mostró ningún remordimiento por lo que había visto.
La cara de Vanessa se puso roja como un tomate. Tragó saliva, repitiendo la pregunta: "Entonces... ¿entonces lo has visto todo?".
Diego asintió con la cabeza: "Sí".
"¿De arriba a abajo?", Vanessa esperaba que Diego dijera que no lo había visto todo.
Diego suspiró y respondió a la pregunta de Vanessa en un tono irritado, tal vez porque ella seguía repitiendo lo mismo. "Sí, lo he visto todo. ¿Por qué es un problema? Para mí, todo parecía muy normal".
Vanessa se mordió el labio inferior. Se sintió muy irritada por la respuesta de Diego. Era una mujer que cuidaba mucho su cuerpo, tenía unos pechos grandes, un cuerpo de violín y era muy hermosa. ¿Cómo podía decir que su cuerpo era normal?
Dicho esto, Diego se dirigió directamente al baño.
"¿Ha dicho que mi cuerpo es normal?", masculló Vanessa, irritada.
Suspiró varias veces. No hacía ni un día que estaba casada con Diego, y ya la estaba irritando mucho.
"Recuerda, Vanessa, solo son nueve meses. Vale, solo nueve meses viviendo con él. Al menos no te has casado con Jerry".
Para Vanessa, era mejor tener un marido irritante y frío como Diego que un marido como Jerry, que probablemente la pondría en riesgo de contraer alguna enfermedad, ya que vivía cambiando de mujer. El precio a pagar era tener que lidiar con la irritante personalidad de Diego todos los días.
Vanessa aún no sabía si tendría que fingir un embarazo o un aborto espontáneo. Aún no había pensado en ello. Por el momento, solo quería evitar el matrimonio con Jerry.
Pero estaba empezando a resultarle extraño el comportamiento frío de Diego. Incluso cuando la vio desnuda, no mostró ninguna reacción.
Los ojos de Vanessa se abrieron de par en par al tener un pensamiento terrible: "¿Será gay?".
Después de decir eso, se tapó la boca con la mano. Nunca imaginó que se casaría con un hombre gay. Pensándolo bien, tenía sus ventajas casarse con un hombre así. No tendría que temer que Diego la atacara. Eso significaba que, si algún día se divorciaban, sería una viuda virgen.
