Secretos, envidia, poder, dinero y traiciones, son el ingrediente perfecto para un desenlace trágico.
La traición aveces viene de la propia sangre, y la lealtad se paga con ella también.
El día que descubrió la verdad, el mundo de Érika se tambaleó.
La traición de una persona querida, la muerte de su padre y la revelación de que ella era la heredera de aquel secreto familiar tan bien guardado, la empujaron a una nueva realidad, todo es nuevo y peligroso para ella, podrá lograr seguir su vida?
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Capitulo 22 - Pagando!.
Luego de haberlo capturado, los rusos se llevaron a Valdez y lo tuvieron a oscuras, golpeándolo y torturandolo, solo para quebrar su voluntad.
Era en un sótano, donde los rusos mantenían a Valdez, estaba oscuro y apestaba. Las paredes de concreto estaban cubiertas de moho y el suelo estaba cubierto de humedad. Valdez estaba atado a una silla, sus manos y pies inmovilizados. Su rostro mostraba signos evidentes de los golpes que había recibido, la piel hinchada y amoratada, era una prueba del brutal interrogatorio.
Dimitri e Ivan, observaban a Valdez desde una esquina del sótano. A su lado, un traductor esperaba con impaciencia, preparado para traducir lo que los rusos querían preguntar a Valdez. Boris, el líder de los rusos, entró en el lugar con una expresión fría y calculadora, sus ojos clavados en Valdez con una mezcla de desprecio y asco.
—Давай, начнем (Vamos, empecemos) —dijo Boris, asintiendo hacia el traductor.
El traductor se dirigió a Valdez con una voz fría, su mirada era un reflejo de la indiferencia de Boris.
—Boris quiere saber dónde están Javier y Erika —dijo el traductor, sin mostrar emoción alguna.
Valdez levantó la cabeza lentamente, con sus ojos llenos de miedo y desesperación. Su respiración era pesada, cada inhalación era un recordatorio del dolor en su cuerpo.
—Ya les dije, hijos de puta. Javier mató a Erika. No sé dónde está él, no tengo ni puta idea —dijo Valdez, con la voz temblando y los labios partidos.
Boris sonrió fríamente y hizo una seña a uno de sus hombres. Este se acercó a Valdez y le propinó un fuerte golpe en el estómago, haciendo que Valdez se doblara de dolor, un grito casi de agonía había escapando de sus labios.
—Мы знаем, что ты что-то скрываешь. (Sabemos que estás ocultando algo.) —dijo Boris.
—Él dice que sabe que estás ocultando algo —tradujo el intérprete, con su voz sin una pizca de compasión.
Valdez escupió sangre al suelo y levantó la cabeza con esfuerzo, sus ojos mostrando una mezcla de miedo y desafío.
—Ya les dije, no sé nada. Javier está loco, mató a su propia hermana. No sé dónde mierda está —gritó Valdez, aunque sabía que sus palabras no los iba a convencer. Su voz temblaba, pero trataba de mantener la compostura.
Boris dio una señal y otro de sus hombres sacó un cuchillo, pasándolo lentamente por el brazo de Valdez, haciendo cortes superficiales pero dolorosos. Valdez cerró los ojos, intentando no gritar, pero no pudo evitar soltar un grito de dolor.
—Скажи мне правду, где он. (Dime la verdad, ¿dónde está?) —dijo Boris, acercándose a Valdez, con su voz fría y con enojo.
—Él quiere que le digas la verdad, ¿dónde está? —repitió el traductor, su tono más amenazante ahora.
—Ya les dije, no sé nada. ¡La concha de su madre! —dijo Valdez, su voz se escuchaba ligeramente quebrada por el dolor y el miedo. Las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos, pero se negaba a dejarlas caer.
Boris hizo una seña a uno de sus hombres, quien sacó una pistola y la apuntó a la cabeza de Valdez.
—Это твой последний шанс. Говори. (Esta es tu última oportunidad. Habla.) —dijo Boris.
—Él dice que esta es tu última oportunidad —tradujo el intérprete, su voz era un eco de la sentencia de muerte.
Valdez miró el cañón de la pistola, su respiración se aceleró. Sabía que no tenía muchas opciones. Cerró los ojos y murmuró una oración silenciosa, sus labios moviéndose sin sonido. El terror lo dominaba por completo.
—Javier... Javier iba a la casa de un amigo de su viejo. Buscaba una libreta con contactos. Ya se los dije. En mi teléfono está su número puedo llamarlo y entregarlo, lo juro... —dijo Valdez, su era voz apenas un susurro temblando quebrada por el terror y la desesperación. Sus palabras eran un intento patético de salvar su propia vida, traicionando a Javier sin dudarlo.
Boris intercambió una mirada satisfecha con el traductor y asintió. Finalmente, tenían una pista y hizo que saquen el teléfono de la campera de Valdez. Lo encendienron, y encontraron que ahí estaban un contacto con el nombre de "Javier". Boris ya tenía una idea de que hacer para atraparlo. Sin embargo, su expresión no mostraba misericordia alguna.
—Убей его. (Mátalo.) —dijo Boris, sin mostrar ninguna emoción.
El traductor no necesitó traducir esas palabras. Uno de los hombres de Boris levantó la pistola nuevamente y disparó a Valdez en la cabeza, terminandolo de manera rápida y precisa. La sangre salpicó las paredes, por fin, el pago de sus actos le había llegado.
Los rusos se movieron rápidamente, limpiando la escena con una eficiencia aterradora. Tomaron el cuerpo de Valdez, borraron las huellas que los puedan implicar, y lo llevaron a una plaza de la cuidad, dejándolo tirado sin ser vistos. Valdez debía ser una muestra a todos, de lo que le pasaría a quien desafiará a los rusos, además de ser un mensaje para otros policías y políticos.