Trabajar como bailarina en un club nocturno parecía ser mi única oportunidad de salir adelante y llevar una vida medianamente decente, hasta que llegó Dominic a mi vida.
Este hombre que con solo mirarlo traía caos, misterio y sombras, muchas sombras.
Está historia está llena de amor, traiciones, crímenes y violencia.
HISTORIA PARA +18
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23. ¿QUIÉN ES KITTY?
MELODY
Volver al bar había sido como una vuelta a mi realidad, aunque me desagrada trabajar aquí se que es una forma legal de ganar dinero, realmente el ya no cargar con la responsabilidad de cuidar de mi madre podria conseguir un trabajo más "normal" pero no lo quería, tenía tantas metas, recuperar la casa en la que viví mi feliz infancia, el coche de mi sueños, superarme y volver a estudiar. Estaba llena de metas y sabía que trabajando aquí podría lograr todo eso en un corto tiempo sí me lo propongo y ahorro.
—Es bueno tenerte de vuelta —Dijo Julia mirándome satisfecha —Ya lo platicamos pero fui una desgraciada contigo
Limamos perezas hace unos días y aunque reconoció su error y yo el mío, sé que únicamente me llamo porque los clientes dejaron de venir a falta de mi show, pero estaba bien, entendí que en este tipo de trabajos es un ganar, ganar... Yo gano dinero y ella gana clientes, reconocimiento y más dinero que yo. Por lo que acepte volver.
—Iré a prepararme. —Dije secamente.
Camine por el bar aún vacío y vi a Andy en la barra, tenía unas semanas sin verla, aunque mensajeábamos de vez en cuando.
—¡Perra, insolente! —Dijo Andy mientras se acercaba y me abrazaba. —Que bueno tenerte de vuelta
Correspondí a su abrazo y reí. —Es bueno verte, Andy
Hable unos minutos con Andy quien me contó que salía con una chica, ella era lesbiana declarada al cien por ciento y aunque en un inicio se fijó en mi, le aclare que me gustaban los hombres y lo dejo pasar. Realmente ella tiene amoríos nuevos cada semana, no es mujer de una sola hembra.
Camine hasta el camerino y cuando entre, Livie -Mejor dicho, Rose- me recibió sonriendo.
—¡Oh, Kitty! —Dijo levantándose para abrazarme.
—Hola Rose —Le sonreí —¿Cómo va todo?
—El trabajo bien, mi vida personal no tanto. —Arrugo la nariz y volvió a su silla—Colin es un idiota.
—Te apoyo —Ella resopló. —Dime, ¿a qué te refieres? —Pregunté tomando asiendo a su lado. —Digo, a veces puede ser un idiota pero es buen chico
—Estuvimos saliendo unas semanas y todo estaba bien hasta que derrepente tiene esas manitas tontas de dejarme porque no se siente seguro, ¡me dejó a mí! —Chillo mientras se dejaba caer al sofá que estaba a mis espaldas, yo quien la miraba a través del espejo me giré al verla agachar la mirada. —Realmente me gusta, Melody.
—Primero que nada, no puedes llamarme por mi nombre mientras estemos aquí. —Le recordé.
—Cierto, perdona. —Sé disculpo tímidamente. —Pero es un desgraciado, follamos algunas veces y de la nada desapareció... ¡siempre hace eso!
Estaba triste, podía notarlo en sus ojos, ella si quería a Colin y realmente Livie no era una mala chica, era como yo, solo había tenido una mala vida que fue lo que la trajo aquí al mobbs.
—Los hombres son idiotas... A veces.
—¿Problemas en el paraíso? —Pregunto, negué. —¡Yo tengo problemas en el mío!
—Puedo hablar con él, si así lo quieres. —Dije animándola. —No se si funcione pero quizá me escuche.
—¿Harías eso por mi? —Dijo ilusionada, asentí sonriéndole a boca cerrada. —¡Gracias, gracias!
Se abalanzó sobre mi dándome otro abrazo y lo acepté sonriendo.
—¡Ahora, a trabajar! —Le dije.
—Odio trabajar aquí. —Bufo.
—También yo... Ojalá algún día podamos salir de esta vida.
Ella más animada siguió maquillándose y yo apenas comencé. Ojalá sea un buen turno.
Todo había salido espectacular con mi regreso anunciado previamente, el bar estaba lleno y aunque mi show solo duró cerca de seis minutos fue suficiente para llenar el lugar, había consumo de todo tipo en cada mesa, Andy abrumada en la barra no se daba abasto con sus dos ayudantes y las meseras estaban vueltas locas llevando tragos a cada mesa.
Cuando termine de bailar todos los hombres asquerosos aplaudían y observé el suelo dónde había un pequeño montón de billetes en todas las denominaciones, Livie se acercó y comenzó a recogerlos, yo entre al camerino de nuevo, estaba feliz de volver a ganar mi dinero.
Livie entro detrás de mi con el dinero en las manos y me lo tendió.
—¡Es muchísimo! —Dijo ella, emocionada.
—Sí, podré lograr mis propósitos muy pronto. —Dije sonriendo.
—Tenemos que celebrar. —Sonó animada. —Creo que tengo unas cervezas en casa, ¿vamos?
—No creo...
—Anda, no tengo muchos amigos... Bueno en realidad no tengo amigos y creo que me serviría hablar con alguien y a ti también, solo un par de cervecitas.
—¡Solo un par! —Ella asintió satisfecha. —Bien, entonces si me encantaría.
Espere en el bar a qué Livie terminará su turno, envié un mensaje a Dominic diciéndole que iría a casa de la chica un momento, no respondió por lo que supuse que estaba ocupado o dormido. En la madrugada, cuando Livie se desocupó salimos y al ver la camioneta frente a nosotras frunció el ceño.
—Idea de Dominic. —Dije obvia. Ella asintió.
—Bien, porque yo vengo en taxi.
—Sostén mi bolso por favor, estos zapatos me están matando. —Mire mis altos tacones y le tendí la bolsa a Livie quien la tomo.
El chófer comenzó a acercarse a nosotras con intención de ayudarnos con nuestro equipaje, me quite un tacón y cuando alce mi vista para mirarlo ya estaba junto a Livie tomando las cosas de sus manos, seguí en mi asunto cuando escuché un gran estruendo, parecía una explosión o fuegos artificiales.
Fruncí el ceño y cuando alce mi mirada pude ver lentamente como el cuerpo del chófer caía directamente al suelo y se formó un charco de sangre alrededor de su cabeza, puse la mano sobre mi boca aterrorizada. Estaba muerto.
No reaccione, Livie tiro todo lo que traía en sus manos y me tomo del brazo para jalarme dentro del bar aunque ya estábamos a unos treinta metros de la puerta. Pude ver a dos camionetas estacionarse una frente a otra, en una había cinco hombres vestidos con ropa civil disparando hacia la otra camioneta donde solo había dos hombres vestidos con traje de gala... Y justo ahí y viendo a esos dos hombres, pude recordar a los trabajadores de Dominic.
—¡Ah! —Chillo Kitty. Apenas y pude mirarla, un hilo de sangre corría por su brazo. Le habían disparado. —¡Dios, dios, me duele! ¡Tenemos que correr, Melody! —El grito de Livie me saco del trance, tome su brazo sano y cuando quise comenzar a correr para ayudarla, los disparos cesaron y sentí a alguien tomar mi cabello fuertemente y estamparme contra el frío asfalto. Junto a Olivia cayó al chico que identifique como el que nos llevó la comida el otro día, Don creo que se llama, parecía enojado y estaba herido.
—¿Nos las llevamos a las dos? —Preguntó uno.
¿Llevarnos? Carajo.
—Nah, el jefe solo pidió a Kitty, ¿quién es Kitty? —Preguntó el hombre.
Las dos nos miramos aterrorizadas, Livie ya estaba llorando y yo estaba a punto de hacerlo.
—¡Soy yo! -Dijo Livie, la miré confundida. —Yo soy Kitty.
—Curioso. —Rio otro de los hombres mientras caminaba a nuestro alrededor, ambas estábamos tiradas en el asfalto. —Tu mamá va a castigarte cuando se entere de que dices mentiras.
Las risas de los hombres no se hicieron esperar, ella cerró los ojos aterrada de ser descubierta.
—Tú no eres Kitty. —La señaló. —Tú sí.
Se acercó tanto a mi que pude sentir su asqueroso aliento, me alejé rápidamente.
—Eres igual que tu madre. —Negó. —Llevatela a ella. —Me señaló. —Y a él, de algo nos servirá.
—¿Y la otra chica? —Negó.
—Sé la dejaremos de recuerdo a Des.
LE REGALA A SU HIJA SIN IMPORTARLE
LO QUE LE HAGAN ( Y SEGURO ES LA MADRE DE LA CHICA) CON FAMILIA ASI
QUIEN NECESITA ENEMIGOS.
POR LO VISTO LA NIÑA KITTY. VA A TENER
SUERTE POR UN LADO Y PROBLEMAS
POR OTROS. ESE DOMINIC. NO ES UN SANTO, Y TODOS BAILAN A SU ALREDEDOR