NovelToon NovelToon
Celeste

Celeste

Status: Terminada
Genre:Completas / Malentendidos / Matrimonio arreglado / Romance entre patrón y sirvienta / Pareja destinada / Amor eterno / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:265.4k
Nilai: 4.9
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Tercer libro de la saga colores

El Conde Lean se encuentra en la búsqueda de su futura esposa, una tarea que parecía sencilla al principio se convierte en toda una odisea debido a la presión de la sociedad que juzga su honor y su enorme problema con las damas, sin pensar que la solución está más cerca de lo que cree cuando asiste a un evento de dudosa reputación.

NovelToon tiene autorización de thailyng nazaret bernal rangel para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

EN LA HACIENDA

...LEAN:...

Después de un largo viaje llegamos a la hacienda, entramos en mis tierras con el carruaje hasta que estuvimos afuera del patio de la casa.

Bajé del carruaje y ayudé a Marta a salir.

Ella observó todo, las tierras sembradas, la casa cabañal y el bosque se veía más allá.

— ¿Le gusta? — Pregunté mientras entrabamos en el patio, el capataz ya venía, había abierto la puerta de la entrada para dejar pasar al carruaje.

Marta suspiró, maravillada.

— ¿Todo esto es suyo?

— Si, solo esto — Dije con modestia, entrelazó su brazo con el mío.

— Son muy vastas.

— Espere a que vea el lago.

Alzó sus cejas — ¿Tiene un lago?

— Si, justo allí — Señalé hacia la línea de árboles — Podemos ir a recorrerlo en el bote ¿Qué le parece?

— Me encanta — Se rio como niña emocionada.

— Pero será luego.

El capataz llegó a la sombra del patio.

— Mi lord, bienvenido — Saludó con una reverencia.

— Gracias, espero que todo haya ido bien en mi ausencia.

— Por supuesto, todo marcha como siempre — Sonrió, quitándose el sombrero.

— Ella es Marta Roster — Dije y ella me observó sorprendida por haber pronunciado mi apellido con su nombre, aún no se acostumbraba a su nuevo apellido de casada — Es mi esposa.

— ¿Su esposa? — Se sorprendió el hombre, ya esperaba esa reacción — Al fin se casó y con una hermosa señorita — Observó a Marta.

— Un gusto conocerlo — Dijo Marta, sin soltar mi brazo.

— Ella es la nueva señora y si pide algo, cumple — Le ordené al capataz.

— Por supuesto, bienvenida mi señora — Se inclinó el hombre y Marta sonrió.

— Muchas gracias.

Entramos en la casa y Joshua ya estaba allí para recibirnos, con una reverencia.

— Mi lord, bienvenido a casa — Dijo, tomando una postura erguida, había ganado peso y altura.

— Deja los formalismos, Joshua. Eres como mi hermano pequeño.

— Es la costumbre, Lean — Se excusó y me acerqué para darle un apretón de manos.

— Mírate, ya eres todo un hombre.

Se rio — Siempre he sido un hombre.

— ¿Ya no te orinas en la cama?

— Oye, oye — Gruñó, con las mejillas rojas — Tengo diecinueve y nunca he mojado la cama.

— ¿Y la vez que tu madre te cayó a palazos porque la cama estaba húmeda? — Me burlé y él resopló.

— Eso fue porque tú apareciste en medio de la noche con una horrible máscara y me diste tremendo susto — Me recordó, un poco irritado y solté una carcajada.

— Es que no pude evitarlo, tenía que darte una lección por haberme puesto una lombriz en el plato.

Se rio — Es que no pude evitarlo — Copió mi frase.

Joshua desvió sus ojos hacia Marta, quien estaba observando la escena desde lejos.

— ¿Quién es tu compañera? — Joshua parecía embelesado, casi babeando.

— Ella es mi esposa — Dije en alto, un poco celoso. Era ridículo, si Joshua era un hermanito para mí.

¿Qué edad tenía Marta? Frente a Joshua parecían contemporáneos.

Cerró su boca — ¿Al fin te casaste?

— Si, si — Estaba empezando a ser molesto.

— Pensé que morirías soltero, viejo y amargado, bueno, lo último ya lo eres.

— Cállate.

Se rio e inclinó su cabeza hacia Marta — Un gusto conocerla, mi lady, soy Joshua, sirviente, a su servicio.

— Yo soy Marta Ladino... Digo, Roster, muchas gracias — Dijo ella, sonriendo.

Joshua se sonrojó.

— Lleva las valijas a mi habitación — Ordené y se sobresaltó.

— Ya no soy tu hermano.

— No seas manipulador, te pago para servir — Dije, volviendo a mi seriedad y puso los ojos en blanco.

Tomó mis valijas y las de Marta, empezó a subir las escaleras, con más agilidad y fuerza.

— ¿Dormiremos juntos? — Preguntó Marta.

Y la observé — Si, aunque si prefiere dormir en otra habitación, no hay ningún problema.

— No, no — Aclaró, sonrojada — Si quiero dormir con usted.

No pude evitar recordar lo que sucedió en la primera noche del viaje. Marta era sensacional y seductora, algo que jamás creí posible en una chica virgen, pero no me molestaba en lo absoluto. Me sorprendió y recordaba como sentía tenerla sobre mí, agitando sus caderas, frotándose contra mi dureza, aunque hubo tela de por medio, pude sentir lo cálida y húmeda que estaba.

Sus gemidos y jadeos se escuchaban a cada instante, repitiéndose en mi mente. Había colapsado de placer, con un inexperto como yo.

Me endurecí de inmediato.

Aclaré mi garganta.

— Venga conmigo, le presentaré a los demás sirvientes y le enseñaré los espacios de la casona.

Estaba perdida, viendo los retratos familiares, de mis antepasados.

— ¿Ese es su padre? — Preguntó, poniendo su atención en el tercer retrato de la pared, mi padre de pie, con una mano sosteniendo el sombrero que colgaba de a un lado y la otra en el bolsillo de su chaqueta.

— Así es.

— Es idéntico a usted, casi parecido.

— La diferencia es que a él le gustaba llevar barba — Me reí y observó hacia el mío. La misma postura, pero no el mismo conde.

Me incomodé ante su mirada atenta en mi retrato.

— Salió muy guapo ¿Por qué todos tienen la misma pose?

— Es tradición familiar, cuando un conde reemplaza al fallecido, se pinta un retrato similar, es como mostrar que la esencia de los Roster es eterna aunque las generaciones pasen.

Caminamos por el pasillo, hacia la cocina, presenté a Marta a la madre de Joshua y a los demás sirvientes. Le mostré los espacios a mi esposa, el rústico comedor y también el salón.

— ¿Su familia viene muy a menudo? — Preguntó ella, observando todo.

— Nos reunimos todos cuando llega el festival de fin de año — Le conté, caminando por el salón.

— ¿Festival de fin de año?

— Si, se realiza en invierno, en ese tiempo comemos platillos típicos de esa época, mostramos nuestros talentos y hacemos competencias, también es tradición de los Roster.

— Debe ser maravilloso — Se acercó y asentí con la cabeza.

— Lo es, estará aquí en ese tiempo para verlo.

— ¿En serio?

— Por supuesto, es mi esposa, ya es parte de la familia.

— Cierto — Suspiró.

— ¿Celebran el fin de año en Hilaria?

— Por supuesto, pero allí se celebran con caravanas y globos de papel, se escriben cartas pidiendo deseos y los niños reciben obsequios.

— Interesante — Dije, tomando su mano — Me gustaría ir alguna vez, así me da un tour por todo su reino.

Se rió — No conozco casi nada de Hilaria. Apenas y conocía un pueblo con una cascada hermosa.

— Eso es suficiente para mí, se puede disfrutar mucho en una cascada. Iremos cuando no tenga tantos pendientes.

Solo sonrió y salimos del salón.

Esperaba que me dijera más de ella y su familia, Marta no parecía ser de los que se abrían y contaban cada detalle de su vida.

Tenía curiosidad por saber más de su familia y su vida antes de venir a Floris.

Joshua estaba en el vestíbulo, bajando las escaleras y su hermanito estaba corriendo en círculos sobre la alfombra.

La atrapé cuando casi choca conmigo.

— Oye, Julián, no corras — Lo alcé en mis brazos — Vaya, estás más grande y pesado.

— Saluda al tío — Le regañó Joshua.

— Hola — Dijo, con su voz aguda y le dí un beso en la frente.

— Hola, Julián, cada vez más fuerte, pronto vas a alcanzar a tu hermano ¿Quieres ser más fuerte que él?

— Si, si quiero.

Al menos estaba limpio.

— Lo serás, sigue comiendo.

Lo dejé en el suelo.

Marta se acercó y el niño la observó.

— Hola — Dijo él, agitando su regordeta mano.

— Hola, pequeño ¿Cómo te llamas? — Marta se agachó para quedar a su altura.

— Julián — El niño sonrió.

Me sorprendía la facilidad con la que mi esposa se ganaba la atención de los niños.

— Julián, tienes un bonito nombre.

— ¿Cómo te llamas? — El niño hablaba muy claro para su edad, ya tenía cuatro años.

— Yo soy Marta, la esposa de Lean.

El niño sonrió — Eres bonita.

— Por eso la elegí — Le dije al pequeño y Marta se sonrojó.

El pequeño soltó una carcajada.

— Yo tengo cuatro años — Mostró dos dedos con su mano.

— Ya te he dicho que esos son dos dedos, no cuatro — Le reprendió Joshua.

El niño le sacó la lengua y él soltó un gruñido.

— ¡Oye, le diré a mamá que estás irrespetuoso con tu hermano mayor!

— Yo soy grande, como Lean — Dijo el niño, a Marta — Puedes casarte conmigo.

Alcé mis cejas y Marta se rió.

— Claro, pero será nuestro secreto — Le susurró ella — Seré tu esposa, pero que no lo sepa Lean.

El niño asintió con la cabeza, los cabellos rizados se le sacudieron.

— Si, esposa.

— Me voy a poner celoso — Bromeé y ambos se rieron.

— Cuida a lady Marta de Julián, mira que él es todo un don Juan — Joshua se rió.

— No te preocupes, lo haré.

Julián se lanzó en los brazos de Marta.

— Mía.

No pude evitar imaginar a un pequeño así, pero de Marta y mío.

...****************...

Comimos, era tarde y el viaje nos había dejado cansados.

Subimos a mi habitación, que era la de mi padre anteriormente. Como si hijo, heredé todo lo suyo, incluso la habitación matrimonial.

Le abrí la puerta a Marta y ordené a las sirvientas prepararle un baño con agua tibia.

Aquel lugar era más frío que la costa y recordaba que Marta no tenía abrigos, ni nada que pudiera cubrirla.

— De regreso a la costa le pediré a una modista que le haga ropa — Dije, cuando salió ya bañada, con una bata larga y el cabello húmedo, completamente suelto.

— No se preocupe...

— ¿Piensa negarse a eso? No tiene ropa y como su esposo, es mi deber que tenga su armario repleto — La interrumpí y caminó hacia la cómoda para peinarse.

— Es que no me acostumbro todavía al hecho de que soy una mujer casada.

Tomó un peine y se sentó en el banco frente al espejo.

Empezó a peinarse y seguí el camino del peine sobre sus largos mechones.

— ¿Cuántos años tiene?

— Tengo diecinueve — Dijo, observando por su reflejo — De donde yo vengo, eso es de mala educación.

— Aquí también lo es, pero quería disipar una duda. Tenía miedo de que me dijera que tenía dieciséis o quince.

Se rió — ¿En serio le parezco una adolescente?

— No, claro que no.

— ¿Usted cuántos años tiene? — Me observó a través del espejo.

— Veintisiete.

Suspiró — Tenía miedo de que me dijera treinta o cuarenta — Contraatacó.

— ¿En serio parezco tan viejo?

— No, pero el esposo de Roguina tiene treinta y siete y ella es un año mayor que yo.

— Vaya, esa si es una enorme diferencia — Alcé mis cejas — Aunque la edad no importa, siempre y cuando la diferencia no sea tan pronunciada.

— ¿Ocho años es muy pronunciado?

— Pienso que no.

— Yo también.

Me bañé y cuando salí, ella estaba sentada sobre la cama.

Estaba vestido, pero me acerqué y la tomé por sorpresa.

Me senté a su lado y la tomé por la nuca.

Besé su boca, deslizando mi lengua y mis labios a un ritmo rápido.

— Acuéstese — Le ordené y sus ojos brillaron, el sonrojo le llegó hasta el cuello.

Hizo lo que le pedí.

Se acostó sobre la cama.

Quería verla desnuda.

Tomé el borde de su blusón y lo recogí, arrastrándolo hacia arriba, por sus muslos, su abdomen y por encima de su senos.

Tragué con fuerza.

No llevaba nada debajo.

Tenía los pechos pequeños, pero redondos y de pezones anchos.

Su piel era blanca y pulcra.

Su abdomen era plato y sus caderas semi anchas.

Llegué a ese lugar, más abajo de su vientre y sentí la necesidad, latente y fuerte, contra mis pantalones.

Su rostro estaba sonrojado y apenado, era como si la mujer atrevida de la posada estuviera escondida bajo esa timidez.

Tal vez la oscuridad le había dado agallas.

No me disgustaba, al contrario, el contraste era exquisito.

Sus vellos se erizaron y sus pezones se tensaron.

Su respiración se agitó, mientras era observaba por mí.

Me quedé arrodillado a un lado de su cuerpo.

Me observó, temblando cada vez más, jadeando.

Deslicé mis dedos por su mandíbula, luego desvié mi pulgar por sus labios entre abiertos.

Cerró sus ojos un segundo y luego bajé, toqué sutilmente en medio de sus senos.

Quería tocarla, sería la primera vez tocando a una mujer. Así que lo haría con cuidado.

Su cuerpo se sacudió cuando desvié mis dedos a su seno. Era suave y acolchado, toqué alrededor y luego lo tomé por completo, como cuencas.

Presioné y masajeé con cuidado y ella enrojeció mucho más, enterrando las manos en la almohada.

Tomé su areola y se tensó más.

Me incliné y no pude evitar darle atención al otro seno. Besé la punta y gimió.

La atrapé y succione con cuidado.

Observé maravillado su reacción, su cuerpo se sacudió.

Bajé una mano, por su abdomen, hasta su vientre suave.

Gimió en alto cuando mis dedos llegaron allí.

Era suave, delicada, húmeda.

Exploré con cuidado, mientras ella cerraba sus ojos y temblaba.

Toqué arriba, se estremeció con fuerza y supe que ese sitio era más sensible.

Rocé con cuidado y volvió a gemir.

Arqueando sus cejas y abriendo las piernas.

— ¿Está bien?

— Si — Apenas y pudo contestar.

Hice caricias circulares.

— ¿Le gusta así?

Se mordió los labios y me observó.

— Me gusta mucho.

Me incliné sobre ella y la besé.

1
H.M.R
Me encanto
Jackeline Gaido
Cínico cómo los ladrones de mi zona, cuando los atrapan o los matan en el robo, siempre dicen q ellos no le hacían mal a nadie, sólo se dedicaban a robar.
Jackeline Gaido
Sólo falta q sea con la sirvienta Carla, q lo fue siguiendo, y x desquite se metió con Joshua
Aurora Rico
Excelente
Vivi
Preciosa!!! Gracias!!!!
Fransury Jimenez
ese par de amigos dan risa
Berthabel Tapia
maravillosas historias, quede atrapada de principio a fin con cada una de ellas. ¡Felicidades,eres extraordinaria en tu redacción y con una imaginación única! Gracias por compartir tu talento.
Fransury Jimenez
jajaja,van a quedar juntos
Amada Castañeda
Excelente
Berthabel Tapia
jajajaja, está historia es fantástica me ha encantado.
Ely Moreno
me encantó el dibujo, plasmáste lo que yo me imaginaba al leer. felicidades
Ely Moreno
anda pues
elisa desire Segovia
me encantó es muy linda su historia felicidades continúa escribiendo
Mar Gomez
jajajaja
Ely Moreno
que sufrir con este capitulo , pensé que Lean no le iba a creer
Claudia Morales
Excelente
Ely Moreno
acaso será el tal Jaime o Javier qué acosaba a Marta??
Ely Moreno
Excelente
Ely Moreno
llego el infeliz con la familia
María sarmiento
autora. felicidades escribes tan bien q lograste q me enganchará con tus tres historias, son hermosos los personajes con toda esa tasitura q los conforma. sigue escribiendo y creando grandes historias.
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play