Valery creía tener la vida perfecta.
Un matrimonio estable y una familia llena de amor.
Pero la verdad es que no todo era como ella se lo imaginaba, y el castillo de la princesa se derrumbó con un duro golpe de realidad cuando descubrió a su esposo entre las piernas de otra, y para colmo, de una jovencita de 15 años menos.
Ahora deberá levantarse para volver a ser la mujer decidida, fuerte y valiente que se perdió en el camino de aquel desastroso matrimonio.
El destino pondrá en su vida y en la de sus hijos un hombre que hara que tire al tacho de la basura todo lo que cree que es el amor, pues abrirá sus ojos, para que crea en él y vuelva a amar.
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¿Se dará Valery una nueva oportunidad? ¿Podrá volver a amar y confiar?
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DESCÚBRELO
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Capítulo 23
Valery dormía profundamente hasta que de imprevisto un estrepitoso ruido interrumpió su descanso.
—Val, Alba...¿Están en casa?.
Abrió sus ojos lentamente reconociendo aquella voz. Su amada hermana había llegado.
Se incorporó en la cama, y prontamente los pasos se acercaron a su habitación.
—¡Hermanitaaa!—chilló emocionada, de un salto llegó hasta su lado, dejo un beso en su mejilla y con una radiante sonrisa habló —. Linda mañana, ¿No crees?, ¿Me vas a contar que pasó con el director? —subía y bajaba las cejas con una clara insinuación.
—Primero dime qué tal Daniel.
La pelirroja rió con fuerza —. Eres una entrometida. No puedo darte detalles, pero estoy segura que me llamará durante la tarde.
—¿Estás segura? ¿Le diste tu número?
—Por supuesto que no. De hecho antes de irme, le dejé una nota llamándole Julián.
Val abrió los ojos, para luego reírse a carcajadas —. Eres una malvada.
—Lo sé.
—Pero, ¿Si no tiene tu número, como lo conseguirá?
—Eso queda en sus manos.
—Hermana, eres increíble. Espero que no caigas en tu propia trampa.
La pelirroja sonrió socarrona —. ¿Yo?, jaja ni loca... Oye, ¿Y Alba?
—No te lo vas a creer —a continuación la pelinegra le relató la confusa llamada telefónica de horas atrás.
Sofi abrió la boca exageradamente y gritó como una verdadera loca —. ¡Me muerooooooo! ¡Qué emoción!. ¿Lo viste verdad?, era muy guapo. Ese trío de condenados parecen tallados por los Dioses. Cabrones, tienen que robar suspiros dónde sea que vayan —culminó con los brazos cruzados sobre su pecho.
—¿Perdón?, ¿Hueles a celos?.
—¿Qué?, estás equivocada —dijo desviando la mirada —. En fin, vamos a desayunar en lo que esperamos a Alba, luego la someteremos a un interrogatorio.
De esa manera ambas hermanas bajaron hasta el primer piso, la menor de estas, prendió la televisión, el parlante y puso música muy fuerte. Bailaban y reían mientras cocinaban.
Horas más tarde, la presencia de la rubia se hizo presente, apenas piso el antejardín las chicas abrieron la puerta y corrieron hasta ella.
—Albita, te lo tenías guardadito eh —Sofi agarró su brazo y prácticamente la arrastró a la casa, la sentó en el sillón y ella junto con Val la miraron fijamente.
Su rostro estaba completamente limpio, sin una sola gota de maquillaje, su pelo debidamente peinado desprendia aparentemente una fragancia masculina.
—Habla —dijeron al unísono.
La interrogada con las mejillas encendidas, y la mirada brillante llena de sentimientos ocultos, mantenía su mirada en cualquier objeto que llamar su atención.
—¡Que bonito aquel espejo!—exclamó con fingido interés —. ¿Quién lo compró?
La pelirroja arqueó una ceja fastidiada y Val apretó los labios conteniendo la rosa —. Fuiste tú.
Alba volvió la vista a su amiga —. ¿Yo?... mierda —masculló —. Esta bien, voy a hablar. Pero dejen de mirarse así.
—De acuerdo, desembucha.
—¡ESPEREN! —interrumpió con un grito Valery —. Para esto necesitamos un picadillo, ¿Qué dicen?
Las tres se observaron con picardía y corrieron por comida chatarra.
...Minutos después...
—Entonces... te escuchamos —inquirió la mayor de las hermanas con la mano en una bolsa de papas fritas.
La rubia soltó un suspiro y comenzó relatando lo que pasó desde que ellas fueron invitadas a bailar por Aiden y Daniel.
Al cabo de unos minutos la colorina abrió la boca desesperada —. ¡Alba pero que! ¿Por qué lo cacheteaste?
—Estabamos charlando tan bien, que de pronto pensé que me estaba coqueteando, me aterré, demasiado. Creí que así lo ahuyentaría. Pero cuando ví su mirada me di cuenta de que estuvo terriblemente mal —jugueteo con sus dedos—. No he terminado... déjenme seguir.
Continuó con su relato.
A medida que hablaba ambas comían más y más rápido, expectantes y emocionadas, cuáles pequeñas testiguando un cuento de amor.
Finalmente terminó confesando —. Por primera vez luego de mucho tiempo no pensé en el estúpido de mi ex. Me hizo sentir segura, y querida —se levantó de su asiento de un brinco y con determinación exclamó —. ¿Y saben qué?, ya no seguiré siendo la tonta que llora amargamente por una infidelidad de la que jamás fue culpable —recordo las palabras de Cristopher —. Él perdió a una mujer valiosa, y sé que la vida le devolverá esa traición. Ahora, yo, seré feliz. SI, seré como tú Valery, me levantaré y buscaré mi felicidad. Adiós a mi pasado. Lo enterraré para siempre en el olvido.
Valery y Sofi se miraron orgullosas, se levantaron, alzaron sus latas de refresco y brindaron por la nueva Alba.
Las tres se unieron en un cariñoso abrazo.
—Me encanta esta vida chicas —susurró la pelirroja.
—A mi también, las amo, con locura —Val retenía las lágrimas, conmovida.
—No lloren, ¿Qué tal si hacemos una barbacoa?, vamos al supermercado, compramos carne, cerveza y disfrutamos de una maravillosa tarde?
—Siiiiii—exclamaron al unísono.
De pronto una llamada al celular de Sofi interrumpió el momento. Esta lo tomó y vió que era un número desconocido. Enarcó una ceja y contestó.
—Hola —reconoció aquella profunda y ronca voz —. ¿Quién habla? —fingió. Observó a las chicas y guiñó un ojo. Alba no entendía nada por lo que Valery se acercó a su oído y le contó todo.
—¿Tan rápido te has olvidado de mi?
—¿Disculpa? ¿Eres Julián?.
Un gruñido se escuchó al otro lado de la línea —. Soy Daniel.
—¿Daniel?, déjame pensar un momento.... ¡Ah! yaa, ¿Contigo no me fui del club anoche?
—Si, exacto.
—¿Y para que me llamas? —Sofi mordió sus labios a punto de reírse.
—Yo... eeeh... ¿Quieres salir conmigo?
Abrió los ojos junto con la boca, saco el celular de su oído y lo tapo —. ¡Quiere salir!, ¿Qué hago?
Ambas levantaron sus pulgares positivamente.
—¿Leíste mi nota?
—Si, pero, pensé que quizás podríamos vernos una vez más.
—Mmm....lo pensaré. Espera a mi llamado. Adiós Julián.
—Que soy Da...
La llamada fue cortada.
Al otro lado de la línea el hombre resoplaba ofuscado.
—Eres muy mala.
—Lo sé, lo tengo en la palma de mi mano. Si no fuera tan guapo y tan buen amante, créanme que le hubiera cortado de inmediato. Pero bueno.... veamos que pasa. Tal vez una noche de pasión más, no le hace daño a nadie.
Eso creía fervientemente Sofi, sin embargo pronto caerá en su propia trampa.
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