Amaya es huerfana desde que tenía uso de razón, tras recibir una carta, ingreso en un clan de asesinos junto a su compañero, en una de sus misiones lo conoció a el, el hombre que llenaría su vida, de vergüenza y caos, llenando su vida de amor y experiencia jamás vividas.
— cómo puedes ser tan desvergonzado.
El hombre la encerró junto a la pared, sus ojos cayó en los labios, que aún brillaba después del beso que le dió.
— ¿dime quién me obligó hacer esto? ¿No fuiste tú?
El mordió el labio rosado que tanto le gustaba.
— seguías forzando mi resistencia, entonces aceptas las consecuencias.
Ninguno de los dos noto las dos figuras que corrían hacia el.
— papá no te comas a mami
— deja a mamá tranquila, papá.
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cap 23
Primo, ella no tiene la culpa yo le dije que te podía llamar así
Nia tomo su brazo y negó levemente.
— está bien es mu culpa, debí pedirle permiso a la persona primero.
Aria la miro con tristeza.
" Si no fuera por esa mujer, seria la hermana Nia quien fuera mi cuñada"
— primo no voy a disculparme con esa mujer, es horrible y una completa pe**a , te cedujo sin tu permiso y segundo... Segundo... Olvídalo no me agrada y punto.
— mi esposa no necesita agradarle a nadie, con que solo me agrade a mi es suficiente, después de todo seré yo quien pase el resto de mi vida con ella, además deberías aprender a elegir a tus amistades.
Nia, lo miro con sorpresa pero el no le devolvió la mirada.
Los ojos de Nia se llenaron de lágrimas, las cuales rodaron por su mejilla, parecían cristales, la luz del sol llegaba a su rostro lo que la hacía ver más encantadora
— yo, lamento haber venido, sollozo, me retiro
Ella tomó su bolso y salió corriendo.
— primo eres demasiado cruel.
Ariana se levantó y salió persiguiendo a su amiga.
Alejandro masajeo en medio de sus cejas.
— por cuánto tiempo piensan estar viendo los tres ahí.
Amaya tomo los brazos de los niños y se escondió.
Después de haber pensado un poco, simplemente se levantó y fue a observar la conversación de Alejandro y las dos chicas, quien diría que los gemelos ya lo estaban asiendo, los tres se saludaron silenciosamente y se quedaron escuchando hasta que las mujeres se fueron y fueron descubiertos por Alejandro.
Alejandro se levantó del sofá y subió al tercer piso, cuando intento abrir la puerta está estaba bien cerrada.
— abrir
—"..."
El suspiro y empuja fuerte la puerta, la mujer y los dos niños retrocedieron por el fuerte empuje, cuando trataron de sostener con más fuerza el ya la había abierto.
El rostro oscuro de Alejandro miro a las tres personas.
"Y si le echamos la culpa a la niñera"
Pensó aidan, luego miró a su hermano y el Asintió, corrieron y se pusieron detrás de su padre.
— papá todo es culpa de la niñera, dijo que tú no nos regañarías si solo observamos un poco.
Amaya los miro sorprendidos.
— par de traidores.
Ellos se giraron, no pensaban mirarla.
— regresen a sus habitaciones, hablaré con su madre un poco.
— niños, si se alejan no hay postres.
Grito presa del miedo.
— ella no podrá quitarles el postre.
— si que lo haré.
Los niños miraron a ambos y luego se fueron, Alejandro cerro la puerta.
— hermano que crees que le hará papá a la niñera ( aiden)
— quien sabe, no tiene nada que ver con nosotros.
Tomo la mano de su hermano y se alejaron.
Amaya miro a Alejandro sentado en el sofá frente a ella, era bastante guapo, pero en estos momentos, solo esperaba no ser despedida.
— eres una asesina y le temes a una niña de segundaria.
— cómo puede ser, no olvides que en estos momentos soy tu esposa, no una asesina.
El la miro de arriba hacia abajo.
— ¿que?
— no tienes buena resistencia.
Ella se burló.
— ¿disculpa? Puedo decirte que tengo más resistencia que tú.
El se levantó y la encerró en el sofá.
— ¿así? Demuéstramelo.
El sello sus labios, su lengua se introdujo en su boca, recorrió y atrapó a la pequeña lengua escurridiza, chupo y jugo con ella a su gusto.
Amaya trato de igualarlo, pero no pudo seguir el ritmo.
Ella trato de empujarlo, pero no tenía fuerza.
— dete... Detener... Ah.
El se alejo, la dejo respirar, ella trato de recuperar el aliento rápidamente.
— me dijiste que tenías mucha resistencia.
Se burló cerca de su oído, su risa era bastante agradable.
— no te específicaste.
El dejo un mechón de cabello detrás de su oreja, luego Acaricio sus labios.
— simplemente mentiste no tienes resistencia.
Ella se enojo.
— si qué la tengo
El se alejo y se sentó de nuevo, una sonrisa superficial apareció en su rostro, incluso así se veía muy atractivo.
— ven y muéstrame... como es tu resistencia.
Ella se levantó y se acercó.
— jefe no me castigará después ¿verdad?
— por qué, tal vez sea un buen castigo.
— no, no hay buenos castigos.
Ella se sentó en su regazo.
— entonces me prometes que no habrá castigos.
El Asintió lentamente, ella junto sus labios, su beso no fue dominante, de hecho era incluso un poco torpe, pero suerte o no lo satisfizo mucho.
El beso se hizo largo.
Varias personas entraron en la mansión, los niños que estaban en la sala, corrieron llenos de alegría al ver a la persona.
— abuelo.
Los dos lo abrazaron, el anciano sintió de oreja a oreja y Acaricio la cabeza de sus nietos.
— pequeños, cómo han estado
— hemos estado bien.
Dijo aiden tomando la mano de su abuelo y guiandolo al mueble.
— abuelo que te trae por aquí
Pregunto aidan mientras se sentaba a su lado.
— vengo a hacerles compañía por algunos meses, aceptan a este abuelo.
— siii
Respondieron los dos con una gran sonrisa.
— dónde está su padre.
— papá esta castigando a la niñera.
El rostro del anciano se oscurecio, escucho que su nieto al fin se había vuelto a casar, vino a conocer a su nuera, pero este la está engañando con una niñera.
El no era tonto sabía de que clase de castigó hablaba su nieto.
Se levantó.
— iré y le enseñaré uns lección a este sinvergüenza, en qué habítacion estan.
— la habitación del frente ( Aidan)
El anciano subió y abrió la puerta, al ver lo que sucedía cubrió los ojos de sus nietos.
— abuelo que pasa( aiden)
— si, déjame ver ( aidan)
El rostro de Amaya se puso rojo, luego pálido y luego pensó en lo que harían los demás en esta situación, ella fingió desmayarse.