Livius fue el villano de una novela omegaverse. Al ser un Omega, fue despreciado por su familia y la única que le mostró apoyo fue su amiga, de quien se enamora, pero ella prefiere al príncipe heredero, así que herido por esta traición, decide tomar venganza, teniendo un triste final.
Ahora que Dylan, un alma que también carga el dolor del rechazo por ser un omega, ha reencarnado en Livius, decide cambiar su destino, alejándose de todos aquellos que lo despreciaran, pero, para su sorpresa, el príncipe heredero, Maximiliam, siempre busca estar cerca de él, cambiando por completo el flujo de la trama, lo que lo llevara a descubrir su pasado y los secretos que este esconde.
¿Podrá esta vez Livius tener un buen final?
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capítulo 23- ¿cita?
Después de ese día en el entrenamiento, Livius permanecía cerca de Maximiliam, ya no huía como solía hacer y eso al príncipe le da esperanzas, ese día al llegar a la práctica Maximiliam se sienta junto a Livius y este lo saluda con amabilidad.
- Livi...hoy podemos salir de la academia ¿te gustaría ir conmigo a cenar?
- ¿eh? No tengo planes, supongo que esta bien.
Maximiliam muestra una gran sonrisa ante la aceptación de Livius.
- bien, te espero en la salida a las ocho.
- claro...
Las clases continuaron como de costumbre y después cada quien regreso a sus dormitorios, hasta que Livius noto la hora, lo pensó por un momento, pero finalmente decidió salir, Maximiliam ya le esperaba en la salida de la academia, incluso había un carruaje esperando por ello.
- ¿a donde iremos? Hay lugares cercanos para comer.
- iremos al centro, hay un festival.
- prefiero solo comer en un sitió cercano.
- pero no es divertido, vamos, seguro te va gustar.
Pasaron unos minutos hasta que llegaron al centro y tal como dijo el príncipe había un festival en plena plaza, puestos de comidas y de diferentes mercancías cubrían la calle, gente iba y venía disfrutando de la música que se tocaba en la parte central de todo el lugar, habían distintos escenarios, música, teatro y magia, Maximiliam sostiene la mano de Livius al bajar y camina con él hasta perderse en el lugar, el príncipe se veía emocionado por todo, mirando cada puesto y queriendo comprarle lo que sea a Livius, el recorrido duro un poco hasta que finalmente encontraron un sitio para comer, pues ahí podrían tomar asiento, una que otra chica se acercaba a ellos para invitarlos a bailar o a caminar, pero Maximiliam les rechazaba mencionando que estaban en una cita y las chicas miraban feo a Livius.
- no les digas que es una cita, es molesto la manera en la que me miran.
- eso no debe importar, además digo la verdad, estamos en una cita.
- ¿eh? ¿Quien dice? Acepté cenar contigo pero no que fuese una cita...
- pero es una cita, cuando regresemos y me despida te besaré.
Maximiliam sonríe ladino, pero Livius aparta la vista.
- ni lo pienses, no te voy a besar, acabas de comer.
- ¿entonces si no fuese así si podría besarte?
- tampoco.
- que cruel eres. Pero no me rindo fácilmente.
Livius no dijo nada, pero había un leve sonrojo en las mejillas del azabache. Después de la cena Maximiliam le lleva hasta el escenario para ver una obra cómica, aunque era solo el príncipe que no dejaba de reír, mientras que Livius solo frunce los labios, no le parecía gracioso, pero observa a Maximiliam, el chico seguía teniendo esa esencia infantil, sobre todo al reír, levemente se dejo caer contra el hombro del castaño y cerro los ojos, el príncipe se sorprende pero sonríe, pues siente que eso es un avance.
Después de todo eso, ambos regresan al carruaje, al llegar cuando Livius baja camina hasta los dormitorios, estaba silencioso, pues al parecer algunos habían salido también y otros ya dormían, solo estaban los guardias nocturnos que registraban la entrada de los que habían salido, así que ambos chicos firman el registró y se dirigen a sus habitaciones, primero llegan a la Maximiliam pero este pasa de largo para ir con Livius.
- su habitación ya la ha pasado alteza.
- lo se, pero quiero acompañarte a la tuya.
- queda a la vuelta del pasillo, no es necesario.
- pero quiero pasar el mayor tiempo posible contigo.
- que tonto.
Maximiliam toma la mano de Livius hasta que llegan a la habitación del azabache, al detenerse Livius abre y se despide pero Maximiliam le detiene y le da un beso en la mejilla.
- la próxima será en los labios.
Livius no dice nada, solo entra y cierra la puerta, pero estaba avergonzado y su corazón late muy rápido.