Voluntades Inquebrantables

Perspectiva de Mark Fronken:

El cansancio, el dolor, incluso mi brazo que había sido amputado habían vuelto a su estado original.

Sin embargo, el dolor era agudo. Apenas si podía mantener mi conciencia despierta.

Mantenía con sobriedad mi mente, esclareciendola con el arte de la vida. Mi voluntad era fuerte, y podía contrarrestar la voluntad del bastardo.

Pero por alguna razón, cada vez que él activa su voluntad, es imposible doblegarla. Incluso cuando formé la espada etérica, se distorsionó.

"¡Esto es inaudito... inaudito!".

El bastardo volvió a adoptar una posición defensiva. Colocó su pierna izquierda delante y su pierna derecha atrás, levantó sus brazo izquierdo a la altura de su hombro con la palma abierta, su brazo derecho se flexionó hacia atrás y apretó la mano formando un puño.

"A pesar de mi poder, apenas es visible moretones en sus brazos".

"Además, ya usó su poder, no creo que le quede esencia para otro ataque, a menos, que tome la perla".

Aquellos ojos café claro, me decían que no iba a dejarme ganar, había confianza en su mirar. Su cabello castaño lacio no llegaba a más de sus cejas, estaba completamente desordenado.

La rotación me permitió ir abasteciendo con la esencia de la vida en mi entorno. Curarme heridas fatales, tiene su costo, y la amputación me costó una tercera parte de mi esencia.

Mi cuerpo comenzó a desprender el singular aura violeta que es el color distintivo de aquellos que portan la voluntad de la vida.

El aura como neblina sin forma rodeaba mi cuerpo, manipule mi esencia no dejando que se disperse sin más, más bien disminuí el aura apegandola más a mi cuerpo, quedando solo una neblina como flamas amatistas.

Una vez con los preparativos hechos, que a lo mucho me tomó un minuto. Volví a lanzarme al ataque.

Mis ataques eran precisos, pero nunca se acercaban a cortarlo. Los movimientos fluidos del bastardo eran como el agua, mi espada seguía el curso de sus manos.

Expulsé una gran cantidad de esencia con la intención de espantarlo, cosa que funcionó, porque al segundo tropezó con sus pies, y al perder el equilibrio realicé un corte vertical cortando cierta parte de su pecho.

Una mueca de dolor apareció en aquel rostro que miraba la sangre que comenzaba a manchar la camiseta.

No pare por ningún motivo, y volví a lanzarme al ataque, esta vez el pudo desviar mi espada, pero se ganó un golpe desmesurado en su abdomen, justo donde había cortado.

La sangre comenzaba a chorrear de sus boca. Sabía que le habían dado dos perlas, pero hasta ahora no había usado ninguna.

Solté varios insultos, ymiradas mordaces. Él sólo temblaba.

Los gritos de júbilo de las personas era un deleite para mis oídos. Miré el estrado y los Voltwar tenían expresiones preocupadas, mi padre solo sonreía.

"Es hora de acabar con esto".

Intensifique mi deseos de matar. El bastardo abrió sus ojos con sorpresa, y se puso a la defensiva de nuevo.

– ¡Jajajajaja...

– Se ve que no sabes más que defenderte, pero te doy el crédito por cortarme el brazo. Para la próxima escoge con más prudencia tus decisiones –. Dijo esto, volví a atacar.

Con la espada violeta, me dirigí directo a la yugular del malnacido, pero eso, solo sería una finta. Destrozaría el abdomen con una espada nueva.

Cuando estuve a escasos centímetros de su posición, frene a raya con el derecho, mientras lanzaba una estocada a su cuello, sin embargo, a pesar del sudor que le recorría la frente, sus ojos no parpadearon, y su manos no se movían.

Esta vez pasó algo absurdo.

La espada que se estaba formando en mi mano izquierda jamás se formó, y la espada que se dirigía a su cuello se distoriono, sentía como perdía el control de mi propia voluntad en ellas. Sentía una fuerza invisible que rumiaba mi control sobre las espadas, comosi de un ratón se tratase.

Mi mirada que estaba perdida por lo que había ocurrido se centró en la nariz del maldito, estaba sangrando. Además, vi como se llevaba la mano a la boca.

"¡La perla de esencia!"

"¡Es imposible!".

– ¡¿Qué haz hecho?! –. Rugí con impotencia.

No me detuve, a pesar de lo absurdo, y con la espada, aunque distorsionada volví a presionar con mi voluntad para darle forma. Y a solo escasos centímetros de sus cuello, se movió.

La mano izquierda con la palma extendida, se deslizó por el lado sin filo de la espada, agarrando mi mano y jalándome hacía él.

Con el impulso lanzé un golpe a su rostro, el cual también lo esquivó, levantó su barco derecho y puso su mano en mi rostro. A través de sus huecos que dejan sus dedos, pude ver el color amabrino brillante encenderse en los ojos de él.

– ¡Aaaargggh...

El dolor fue agonizante, filosas cuchillas de aire se formaron en ambas manos del bastardo. Mi rostro fue destrozado, mi mano fue despedazada.

No pude ver nada, ya no tenía ojos, mi nariz se estaba cayendo, y ni siquiera sabía si tenía boca.

Sentía como me ardía todo el rostro, y el líquido fluyendo a chorros de ella, al caer de rodillas sentí el espeso líquido en el suelo.

Quería gritar, pero aquello también era una tortura gracias a mi rostro despedazado.

Mi voluntad aún estaba activa, por lo que el proceso de sanación no se detuvo. Por lo tanto, la carne despedazada comenzaba a cerrase, la piel volvía a crecer, pude volver a sentir mi mano.

Cuando quise agarrarme el rostro, un peso yacía en mi mano izquierda, era el pie del malnacido de eso estaba seguro. Sin embargo, un nuevo dolor recorrió desde mis dedos hasta mi cerebro.

Estaban siendo destrozados, como si los estuvieran golpeando con un martillo.

El sonido de huesos quebrándose me ponía a un más ansioso por el dolor del proceso de sanación.

La bulla de las gradas me era indiferente, ya no las distinguía. "¿Abucheos o júbilo?".

El dolor era infernal.

Cuando pude ver con el primer ojo restaurado, una patada me volvió a cegar.

Sentía como me bañaba en mi propia sangre. Era un sentimiento asqueroso, y doloroso. Lo peor de todo, es que no podía parar de sacarme, sino moriría.

La voz calmada y translúcida del Voltwar, me resonó en los oídos como sentencia de muerte: – Un sanador es una sanador, hay que elogiarte por eso, es increíble que aún puedas sanarte a pesar de las terribles heridas que te he infligido –.

"Mierda, debía alejarme".

Intenté desesperadamente poner distancia entre nosotros, aunque a ciegas es difícil saber donde estoy. Apenas quería levantarme una patada me devolvió al suelo. Luego, me volteó y dijo sombríamente: – Espero que sobrevivas a esto –.

Un dolor indescriptible sentí desde mi rostro. "Una piedra, estoy seguro de eso. El maldito soltó una piedra".

Quería que parara, pero aún no podía hablar por elnintwnso dolor de mover los músculos de la mandíbula. Así que tomé la decisión de centrar mi sanación en mi rostro, y dejar aún lado mi mano.

La ira y el dolor danzaban en mi mente. Amenazando con dejarme inconsciente, pero no lo permitiría, no actuando estaba siendo visto por todos, en especial por mi padre.

Cuando porfin pude sentir que había terminado de sanar hasta cierto punto mi rostro, hablé, pero mi voz salió como si hubiera comido algo cortante, mis palabras salían temblorosas y asutadizas: – Te ruego... por favor... ya ya déjame... no quiero morir...

– Pero si tú estabas bien dispuesto a degollarme, incluso me reventaste algún órgano interno, mira como sangro...

Las lágrimas se mezclaban con la sangre mientras rodaban por mi cara hecha un desastre por algunos cortes.

Los vítores de los espectadores eran ensordecedores, insoportables, solo quería desaparecer.

Levanté la vista al estrado, donde todos ahí tenían expresiones dudosas, solo mi padre parecía estar imperturbable por la situación de su propio hijo.

Me encerré y puse mi rostro en el suelo.

***

Perspectiva de Valian:

La velocidad con la que él atacaba era honrosa, por eso utilicé la esencia la capa para fortalecer mis músculos, y poder reaccionar ante esas velocidades explosivas.

Claro, eso solo lo sabría yo.

No me considero un sanguinario, pero cada quien cosecha lo que siembra.

Tuve que forzar mi voluntad menguante a desestabilizar la voluntad de Mark, cosa que no fue nada sencillo, tuve que esforzarme con todo mi ser, eso provocó una reacción negativa a mi cuerpo magullado.

Pero había funcionado, eso es lo que importa.

Nunca tomé la perla de esencia, ni la de sanar. Todo fue una mentira y actuación mía. Pero valió la pena.

Ahora Mark estaba en el suelo rogando por su vida, su rostros estaba horriblemente desfigurado, aunque su sanación estaba activa.

"Ja, la sanación no es toda poderosa".

Lo miré con lástima y le dije con una voz profunda y serena: – Ojo por ojo, diente por diente –.

Su mirada expresaba confusión y terror.

Tomé su cabello y lo jalé hacia el suelo. La sangre se regaba y se extendía, pero estaba seguro de que su vida no correría peligro.

Todos en la arena guardaron silencio.

"Esto me recuerda a mi duelo con Richard, todos guardaron silencio".

La verdad no sentía júbilo ni satisfacción por mi victoria, pero tampoco sentía remordimiento. Más bien sentía paz.

Giré hacia el podio. Mi padre, madre y hermana se veían más tranquilos ahora que el duelo había terminado. Estella y Richard estaban con expresiones cómicas. En cuanto al juez y al padre de Mark, tenían expresiones confusas.

– ¡Ciertamente el duelo ha acabado, la victoria es de Valian Voltwar, los cargos en contra de usted serán levantados y borrados de su historial! –. La voz enérgica sonaba juzgadora. El juez se levantó y se retiró.

Los espectadores gritaron de júbilo por mi victoria.

Unas personas con vestimentas blancas y un sol en sus pechos venían con una camilla y un curandero. Se llevaron el cuerpo de Mark, que parecía muerto, de no ser por el constante subir y bajar de su pecho que decía que aún respiraba.

Me di la vuelta, y vomité sangre.

– Bueno esto es mejor que tener destrozada la cara –.