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Mi Cuñado Ahora Es Mi Esposo

Mi Cuñado Ahora Es Mi Esposo

Status: En proceso
Genre:Romance / Venganza / Amor tras matrimonio / Posesivo / Arrogante / Reencuentro
Popularitas:29k
Nilai: 5
nombre de autor: AMZ

Serena estaba temblando en el altar, avergonzada y agobiada por las miradas y los susurros ¿que era aquella situación en la que la novia llegaba antes que él novio? Acaso se había arrepentido, no lo más probable era que estuviera borracho encamado con alguna de sus amantes, pensó Serena, porque sabía bien sobre la vida que llevaba su prometido. Pero entonces las puertas de la iglesia se abrieron con gran alboroto, los ojos de Serena dorados como rayos de luz cálida, se abrieron y temblaron al ver aquella escena. Quién entraba, no era su promedio, era su cuñado, alguien que no veía hacía muchos años, pero con tan solo verlo, Serena sabía que algo no estaba bien. Él, con una presencia arrolladora y dominante se paro frente a ella, empapado en sangre, extendió su mano y sonrió de manera casi retorcida. Que inicie la ceremonia. Anuncio, dejando a todos los presentes perplejos especialmente a Serena.

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Capitulo 22

Roger no apartaba los ojos de ella, como un depredador que descubre una presa inesperadamente valiosa. Su sonrisa se ensanchó mientras sujeta aún su brazo.

—Con que eras tú… —dijo, con voz baja pero cargada de triunfo—. Mi prometida. Vaya, vaya… y pensar que has estado fuera de mi vista por tanto tiempo.

Se inclinó un poco hacia ella, estudiando cada detalle de su rostro.

—¿Por qué demonios tarde tanto en acordarme de tí? —prosiguió con un dejo de irritación—. ¿Sabes lo aburrido que he estado? Tantos días iguales, la misma rutina, la misma gente… —su mirada descendió a su boca y luego volvió a sus ojos—. Y de pronto apareces tú.

—Dios mío, este maldito loco— pensó Serena mientras intentaba apartarse, pero él no la soltaba. Un nudo helado se formaba en su estómago.

Roger rió suavemente, una risa hueca que la erizó.

—¿Por qué no nos divertimos un poco? —preguntó, y antes de que ella pudiera responder, la rodeó por la cintura y la atrajo bruscamente hacia su cuerpo.

Serena se tensó, con la respiración entrecortada. El contacto la atravesó como un golpe; se sintió invadida, atrapada. La repulsión y el miedo se mezclaron en un grito que le brotó sin control.

—¡No me toques!

Roger se detuvo, sorprendido por el tono de su voz. Por un instante, sus facciones se endurecieron, y sus ojos, antes brillantes, se oscurecieron con una ira contenida.

—¿Qué dijiste? —su voz se volvió un susurro peligroso.

El corazón de Serena latía con tanta fuerza que creyó que se le saldría del pecho. Buscaba desesperadamente una salida, cualquier salida.—No pude ser... ¡qué! hago, que hago!— Y entonces, una idea desesperada cruzó su mente, fingir.

Respiró hondo, cerró los ojos con fuerza y dejó que sus rodillas cedieran bajo su propio peso. El cuerpo se le aflojó y cayó, fingiendo un desmayo.

Por un segundo, creyó que había funcionado. Que él la dejaría ahí, la tomaría por inútil y se iría. Se preparaba mentalmente para abrir los ojos y huir en cuanto escuchara sus pasos alejarse.

Pero no fue así.

Sintió cómo unos brazos la levantaban del suelo con facilidad. El calor del cuerpo de Roger la envolvió, sofocante.

—Parece que mi prometida es débil—murmuró él, con una sonrisa torcida muy cerca de su oído.

Serena contuvo la respiración, su corazón retumbaba con violencia. No se atrevía a abrir los ojos.

Roger avanzó con paso seguro hacia la mansión principal, cargándola contra su pecho como si fuese un trofeo. La noche, cómplice muda, los envolvía en sombras, mientras Serena luchaba por mantener la calma y pensaba frenéticamente qué hacer cuando llegaran allí.

La puerta de la mansión se abrió de par en par con un golpe brusco. Roger entró cargando a Serena contra su pecho, su voz retumbando en los pasillos silenciosos de la madrugada.

—¡Alguien traiga al médico! ¡Rápido! —vociferó con desdén, como si su orden fuera ley inquebrantable.

Las lámparas comenzaron a encenderse una a una cuando los criados, adormilados, salieron de sus habitaciones. El eco de los pasos y el murmullo de voces alarmadas llenó la estancia. Roger depositó a Serena en uno de los sillones de la sala principal.

Los gritos despertaron a la Condesa Julia, que apareció en el umbral de la escalera, su bata de seda ondeando mientras descendía con un gesto severo en el rostro. Sus ojos se entrecerraron al ver el espectáculo: Roger de pie junto al sofá, y sobre este, la delgada figura de Serena, recostada como si la vida se le hubiera escapado del cuerpo.

Julia se detuvo un instante, incrédula, hasta que su voz cortó el silencio con frialdad.

—¿Qué significa todo este escándalo, Roger?

Él la miró, exasperado, casi acusándola con la mirada.

—¿Por qué nunca me dijiste que mi prometida era tan hermosa? —soltó, con una mezcla de reproche y deslumbramiento en la voz.

Julia parpadeó, confundida. Por un momento no entendió si Roger hablaba en serio o si simplemente estaba borracho. Luego, la incomodidad dio paso a un brillo frío en sus ojos al percatarse de que finalmente, después de tantos intentos fallidos, Roger había notado a Serena. Era lo que siempre había deseado, que él la reconociera y, con ello, aceptara consolidar ese matrimonio que elevaría su nombre.

Pero no mostró satisfacción alguna. Solo enarcó las cejas y con voz helada desvió la conversación.

—¿Qué pasa con ella? —preguntó, señalando con un ademán desdeñoso a Serena.

Roger bajó la vista hacia la joven que fingía seguir inconsciente, su respiración leve, sus labios entreabiertos y su semblante que le ayudaba un poco ya que estaba tan pálida por el mal momento que estaba pasando, que hacía su desmayo más creíble.

—Se desmayó, nada más. —dijo con indiferencia, aunque su mirada seguía fija en ella con un interés nuevo.

Julia bufó apenas, con una mueca de desprecio.

—Niña inútil —susurró, pero luego, con astucia, corrigió en su interior: no, no era inútil… quizás todo era una farsa, un truco femenino para atraer la atención de Roger. Y si ese era el caso, entonces había resultado perfecto.

Mientras tanto, Serena estaba desesperada, rogando en silencio que nadie descubriera su engaño y esperando la oportunidad para escapar. Sus músculos se mantenían rígidos bajo la débil fachada de la inconsciencia, y el miedo la atenazaba cada vez que sentía la mirada de Roger sobre ella.

El médico llegó poco después, cargando su maletín. Se inclinó junto al sofá y, tras unos breves exámenes, acercó a las narices de Serena un pañuelo empapado en alcohol.

El olor penetrante le quemó los sentidos y no tuvo más opción: abrió los ojos bruscamente, fingiendo desorientación.

—Despierta, niña —dijo el médico, en tono neutro.

—¿Qué… qué sucedió? —musitó Serena, obligándose a sonar débil.

—Perdiste el conocimiento. ¿Sientes algún malestar? —preguntó él.

Serena, conteniendo el temblor, mintió sin dudar

—Un mareo… dolores de cabeza… últimamente me siento agotada.

El médico asintió, convencido.

—Reposo —dictaminó—. Nada de esfuerzos innecesarios.Parce que estás anemica, estas tan pálida, una buena dieta mejorará esto.

Mientras hablaba, Serena no se atrevió a mirar ni a Roger ni a la Condesa. Sentía sus miradas como cuchillas sobre su piel.

Cuando el médico se retiró, Serena se incorporó lentamente, se inclinó en una reverencia ligera y murmuró con voz suave.

— Disculpen las molestias y gracias… por su ayuda. Les deseo buenas noches.

Con la cabeza gacha, comenzó a retirarse, rogando internamente llegar hasta el anexo antes de que alguien se interpusiera.

Pero apenas dio unos pasos cuando la voz de Roger la atravesó como un látigo.

—¿Adónde crees que vas?

Serena se detuvo en seco. Cerró los ojos un instante, conteniendo la respiración, antes de girarse lentamente.

—Regreso al anexo… —respondió, sin atreverse a mirarlo directamente.

Roger avanzó hacia ella con pasos seguros. Se detuvo a escasos centímetros, inclinándose lo suficiente como para invadir su espacio.

—No es necesario que vuelvas a ese lugar miserable —dijo con voz grave—. Eres mi prometida. Debes estar bajo el mismo techo que yo.

Serena sintió cómo un escalofrío helado le recorría la espalda. El pánico le crispaba la garganta, pero intentó resistir, balbuceando con voz tensa.

—Estoy bien en el sitio en el que he vivido hasta ahora…

No terminó la frase.

La Condesa intervino con la misma soberbia de siempre, cortando cualquier objeción.

—Deja de decir tonterías inútiles, Serena. Haz lo que se te dice.

Su voz resonó con autoridad aplastante. Acto seguido, llamó a una doncella con un ademán seco.

—Guíala a una de las habitaciones libres. Desde hoy, se quedará aquí.

El corazón de Serena se hundió. Quiso protestar, pero sabía que en ese momento era completamente inútil. Guardó silencio, y con los labios temblorosos siguió a la doncella, sabiendo que había caído en un lugar del que sería difícil sino imposible salir.

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ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Hay nooo que angustia, Selena vive con una bomba de tiempo en la espalda
RiYue87🇻🇪
maldita vieja tonta, esa gente de alcurnia jamás la va a aceptar y va a culpar a serena de eso x dios 😒
Mitsuki G
En verdad este Shakan es buen amigo por qué supo moverse algo me dice que hay algo detrás de el no es alguien simple pero supo dónde estuvo y le confirmo que la ayudara a escapar me preguntó si su plan sigue igual en la noche de bodas cuando ya no es vigilada lo hará aunque me muero de ganas ver a Razhiel regresando al saber que Serena está apunto de casarse y que deje a ese ambicioso solo sin conocer a su cadena por qué es eso la hermana del principe una cadena de perro pero Razhiel fiel a Serena espero que cuando lo vea no lo rechace su mejor primer amigo
Elizabeth Yepez
ojalá serena logre huir
RiYue87🇻🇪: no va a huir en la boda aparece su cuñado para convertirla en su esposa x eso el título y lo dice en el primer capítulo 🤔 o eso entendí 🤪
total 1 replies
Rosa Pandui
Santo Dios,,pobre niña
Rosa Pandui
Es el inicio de una historia muy interesante
Elizabeth Yepez
pobre serena tener que casarse con ese pervertido
Yoraima Jaimes
Ojalá que Shakan la encuentre
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Hay nooo que asco de tipo ese Roger
Mitsuki G
Por lo menos Serena logró evitar que ese desgraciado intentará abusar de ella en ese momento ya que al ver a todas esas usadas dónde ve le interesa a Serena al verla pura no como las otras más usadas que nada me alegro saber que ese tipo no la tocara hasta la boda por lo menos con lo que vimos al inicio ese tipo no pudo hacer nada por qué Razhiel llegó a tiempo quien sabe si matandolo quien bien lo merece es un parásito en la sociedad y me alegra más que esa princesa que es buena se lo quede que busque alguien más que le compre su familia este Razhiel no es para ella
Blanca Ramirez
excelente historia
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Si condesa en un par de semanas dejaras de respirar junto a tu engendro. Hay como los odio y pensar que en estos tiempos hay gente peor que esas dos escorias
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Esa dulzura y ternura de la princesa va a durar poco apenas la rechacen va a sacar su verdadero ser, bruja monte hagas ilusiones las cosas son como son
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Que Dios cuide a la pobre Selena y espero una muerte cruel para la.condesa y su engendro
Yoraima Jaimes
pobre serena
Fattim.AR.
lamento decirle esto princesa, pero Raziel ya está apartado para Serena, así que no se haga ilusiones. 😺
Mitsuki G
Hay no pobre Serena esa bruja supo hacerlo bien la tiene encarcelado en esa habitación para que no vaya a huir que mal por ella ya que terminó en una prisión donde tiene sus perros guardianes de la bruja cuidandola ya vimos como llegó a esa boda por que la bruja le impidió la oportunidad de huir y lo mejor aunque no para esa princesa mimada hueca que piensa que todo es color de rosa y creé que su hermano le busco marido por cariño es más que nada amarrar a Razhiel no por que piense en su felicidad pero me da gusto que si no se ve mala la princesa pero tendrá que esperar a otro que le compré sus padres ya que Razhiel tendrá que apurarse para salvar a Serena y ser el esposo nada más de ella si la princesa sigue necia sera la concubina despreciada
Leonor Galillejo
buen trabajo
Elizabeth Yepez
pobre serena ahora sí no va a poder escapar de horrible pesadilla
Elizabeth Yepez
no puede ser ya no va a poder ir a trabajar y como va hacer para irse y con la escoria del prometido
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