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Atrapados

Atrapados

Status: En proceso
Genre:Terror
Popularitas:274
Nilai: 5
nombre de autor: Alberto Jose Sayago

16 extraños han sido abducidos para ser parte de un juego mortal, a manos de un fanático peligroso quién quiere recrear los escenarios macabros de sus series de terror y thriller favoritas ¿quién sobrevivirá a las reglas absurdas del autoproclamado Señor Cornamenta?

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la fiesta de la noche anterior

Neo no se había fijado hasta ese momento del gran reloj digital que se alzaba por encima de la silla del señor Cornamenta. Marcaba un minuto exacto para antes de las 6:20 p.m.; lo que Indicaba que debían haber estado, al menos, un cuarto de hora deliberando. Se le hacía llamativo el hecho de que el cornudo no se hubiese pronunciado hasta el momento, exigiéndoles comenzar de una vez con el juicio. Los hombres encapuchados permanecían expectantes e imperturbables, solemnemente reposados en sus asientos. La docena de miradas frívolas no arrojaban ningún tipo de emoción a través los agujeros en los sacos que cubrían sus cabezas. Si no hubiese sido por los vitores, minutos atrás, Neo habría pensado que eran estatuas.

El hombre ocupando el trono debía tener la sangre demasiado fría como para mantener la misma posición durante todo ese tiempo, o eso pensó Neo, pues no le había visto realizar ni el más mínimo movimiento. Con aquella máscara de ciervo se veía menos humano que, incluso, a sus propios lacayos.

Neo alzó la cabeza, y vio cómo el cielo ya se había tornado violáceo, con unos leves toques de índigo trazándose a lados opuestos. Aquello le hizo recordar, súbitamente, al mero instante en el que había sonado el anuncio del Señor Cornamenta, exigiendo la absoluta presencia de los habitantes en el hotel al frente de las puertas del ascensor. No había necesitado revisar el reloj del restaurante para corroborar que lo que decía Sky en ese momento era cierto: las agujas marcaban las 4 en punto. Él también se había sorprendido, pero el miedo que le había recorrido por sus intestinos debido a la expectativa de tener que enfrentarse a un juicio mortal le había hecho olvidar ese dato. Sin quererlo, el cornudo quizás les había proporcionado una pista más para el acertijo que tenían enfrente. Observando la oscuridad que se cernía sobre la cúpula, Neo entendió que si algo había estado erróneo, entonces no había sido la alarma del Señor Cornamenta. Llegado ese minuto de comprensión, plasmó sus pensamientos en la pequeña libreta que sacó del unos de sus bolsillos.

Tyrone movió su silla para estar de cara a sus compañeros, dándole la espalda al juez, quién no se inmutó con aquel acto. El moreno tomó la palabra.

–Lo he estado pensando, y creo que, antes de señalar a nadie con el dedo, lo más lógico sería intentar establecer una cronología para antes y después del descubrimiento del cadáver. Yo no he estado particularmente inmiscuido con el grupo, por lo que hay todavía mucha información que desconozco, pero que sé puedo obtener de parte de ustedes –se reclinó en su asiento y entre cruzó los dedos mientras apoyaba los codos sobre sus muslos– así que la pregunta más sensata a hacer en estos momentos es: ¿Cuándo fue la última vez que vieron a… –le echó un vistazo a su libreta– la chica ENFJ.

La interrogante no había tenido un destinatario en concreto, así que leves murmullos comenzaron a crecer, mientras miradas en búsqueda de compresión surcaban los rostros de sus compañeros. Tuvieron que pasar varios segundos antes de que Blonde dijera finalmente:

–Creo, que las últimas personas que llegamos a ver a Olivia con vida, fuimos Esmeralda, Neo y yo– todos voltearon a verle, mientras él se paseaba el pelo castaño con sus dedos– lo sé porque los tres la escoltamos hasta su habitación después de la fiesta.

Tyrone asintió levemente, como si ya hubiese sabido de antemano parte de lo que hablaba la el grandulón; y lo confirmó después de explicar que había escuchado acerca de ello en la conversación que habían mantenido Cobalt, Helio, Rosa y Violeta, en el desayuno. Como Tyrone no solía frecuentar el restaurante, y también había dejado en claro que iba a seguir por su cuenta en lo que restara del confinamiento, ninguno de los chicos se tomó el atrevimiento de invitarlo a la reunión. Fue por eso que el moreno se había quedado la noche anterior entrenando en el gimnasio, ajeno al encuentro que se estaba dando en la salita de empleados.

–¿Por qué tuvieron que escoltar ustedes tres a ENFJ a su cuarto después de la fiesta? –dijo Tyrone, recorriendo los rostros de Blonde, Esmeralda y Neo, respectivamente– ¿Se encontraba ella indispuesta o demasiado alcoholizada para encaminarse ella sola a su habitación?

–No, no –comenzó a decir Esmeralda– no se trata de eso. Lo que pasa es que Olivia se quedó dormida durante la reunión –jadeó ella– La pobre debió estar tan cansada… la dejamos recostada en el sofá, y yo misma busqué una sábana afuera, en la sala de mantenimiento, y la arropé.

–¿Cuándo sucedió eso? –Inquirió Tyrone. Sus ojos oscuros la miraban con detenimiento, como si quisiera ver más allá de lo que la chica expresaba en su rostro.

–N-no sabría decirlo –confesó ella, quién se vio algo intimidada por el moreno.

–Yo creo que tuvo que haber sucedido a eso de las once –interrumpió Cobalt– lo sé porque yo me retiré poco antes de la 1:48 a.m., y si no me equivoco, Olivia ya debía tener un aproximado de dos horas acurrucada en el mueble echando la siesta.

–Tengo entendido en que fuiste el primero en irte de allí –comentó Tyrone, arqueando una ceja. Su mirada juzgadora contenía la misma fiereza de la de un león– ¿Qué te motivó a hacerlo?

Neo se preguntó si el moreno usaba ese tono acusador a propósito o si acaso le salía de manera natural, pero lo cierto era que incomodaba a sus compañeros. Desde su posición, podía ver cómo Cobalt perdía ligeramente la compostura, como si hubiese sido descubierto ante una fechoría. Aunque Neo creyó que cualquiera se hubiera sentido intranquilo al ser interrogados con la severidad que usaba Tyrone para formular sus preguntas.

Cobalt, lleno de nerviosismo, trató de explicar que él se había marchado antes de lo previsto porque ya se sentía algo indispuesto del estómago debido al alcohol; y viéndose, además, profundamente mareado, decidió que ya había tenido suficiente por esa noche. Al salir de aquel ambiente, después de despedirse del resto, se dirigió al Lobby del hotel para tomar uno de los ascensores. Confesó que no se había creído capaz de subir por las escaleras en ese estado. Aún así, a pesar de la sensación de que todo le daba vueltas, había logrado divisar la hora en el reloj de pared antes de abordar el elevador.

Dichas esas palabras, Julio comenzó a relatar lo que había sucedido después de que Cobalt abandonara la salita. Neo se sonrojó terriblemente al escuchar cómo se había quedado él, junto a Germán, con una botella de ron para ellos dos solos. Debía reconocer que no recordaba nada de ello, y no le sorprendió el por qué había despertado esa mañana tal cuál un vagabundo. Julio describió que entre él y Germán, el rubio había sido quién se había descompuesto con más facilidad, al punto en el que había terminado vomitando sobre la mesita de té. Aquel evento lo había obligado a limpiar el desastre, y en cierto modo, había sido la principal razón para dar fin al encuentro. Julio comentó que desde su perspectiva, el resto de sus compañeros ya se veían demasiado embriagados como para que cada quién se retirase por su cuenta; quizás, con la excepción de Esmeralda. La chica se mostraba tan risueña como los demás, pero aparentemente, un poco más apegada a la tierra también. Había sido ella quién le había pedido a Blonde que se encargara de llevar a Olivia a su habitación, mientras que Julio les había sugerido a ellos que tomaran el ascensor dentro de la sala de mantenimiento, para que se les hiciera más fácil transportar a Olivia.

Julio se quedó con el resto y los condujo hasta el lobby con la intención de hacerlos subir al ascensor. Sabía que no podía dejarles a los otros 3 la tarea de escoltar a Germán a su cuarto, así que entre él y Sky se echaron un brazo al hombro, y lo ayudaron a andar. Similar a como había hecho Cobalt, Julio le echó un vistazo al reloj y pudo notar que las agujas marcaban las 3:12 a.m.

–Tomando en cuenta lo dicho por ENTJ, la hora estimada desde la última vez en la que se vio a ENFJ con vida se encuentra en el rango de las 3:12 a 3:20 a.m. –Expuso Tyrone– lo que nos ayuda a aproximar el momento justo en el que se cometió el crimen. Sin embargo, creo pertinente que ESTP, ENFP e INFP nos expliquen de manera detallada lo que sucedió desde que salieron del ascensor hasta que abandonaron la habitación de ENFJ.

–Yo llevaba a Olivia en brazos –comenzó a decir Blonde– simplemente entramos a su cuarto, y luego yo la recosté en su cama. De ahí, cada quién se fue a dormir.

–Me parece que faltan detalles en tu historia –interrumpió Úrsula, quién se veía sedienta por hacer las preguntas que Tyrone no había logrado formular todavía– No has mencionado nada sobre la llave de la chica ¿Qué hicieron con ella?, ¿Quién abrió la puerta?, ¿Quién la cerró al salir?, ¿Por qué esa misma llave estaba colgada en el llavero pegado al lado del ascensor en la sala de mantenimiento? La cuál, les recuerdo, fue el lugar dónde se encontró a Sol cubierta de sangre –su voz era demandante y enérgica, cargada de mucha impaciencia y expectación.

–INTP tiene razón –rodeó los ojos Tyrone– lo que ella dice sigue siendo bastante cierto –dijo de mala gana– ¿Usaron la llave de ENFJ para ingresar a la recámara?

Neo no recordaba bien cómo había sido. Él sólo sabía que se las habían apañado para adentrarse sin tantas dificultades.

–Y-yo –se escuchó la voz quebrada de Esmeralda– ¡Dios! –exclamó ella súbitamente– ¡la puerta no tenía el seguro! ¡No lo tenía! –Se llevó las manos a la cara, con una expresión de horror que podría haber espantado al más incauto– ¡Y yo no me di cuenta…! ¡¿Cómo no me di cuenta?!

–¿De qué no te diste cuenta? –preguntó Tyrone con serenidad.

Pero Esmeralda dejó de hablar. Seguía mirando entre sus dedos, con la mirada absorta apuntado hacia el suelo. A Neo sólo se le pudo ocurrir una cosa de aquello que podía haber estado pasando por la mente de la muchacha.

–No nos dimos cuenta de que la puerta no tenía seguro porque, en principio, no hicimos el intento de buscar la llave antes de ingresar –fue apenas al terminar de decir esa frase cuando comprendió la gravedad de la situación– y no se nos hizo extraño que pudiésemos entrar con tanta facilidad, lo que significa que para ese momento… –su voz se fue apagando hasta quedar en un susurro– el asesino ya podía haber estado dentro de la habitación cuando la dejamos allí…

Neo sintió como si algo se hubiese roto dentro de él, y el tiempo se detuvo por un instante. <>, dejó escapar con sumo remordimiento en medio de un suspiro, atónito por sus propias palabras, incapaz de soportar la horrible verdad: ellos la habían matado, no había duda; dejada a merced de un asesino cruel y despiadado, su descuido les había costado la vida de Olivia. Ahora podía entender el desespero en el rostro de Esmeralda. La chica debía haber llegado a la misma conclusión que él, y ciertamente no había forma de huir ante el peso de la culpa ¿Cómo pudieron permitir que su amiga quedara sola y expuesta en un lugar que no era seguro para ella? La puerta había estado abierta, libre para cualquier intruso, ¿En qué estaban pensando?

–¿Cómo que no se les hizo extraño que la habitación no estuviese asegurada? –Interrogó Úrsula en un tono de reproche– ¿En una situación tan precaria cómo esta dónde el menos pensado te puede apuñalar por la espalda?

–Creo que yo tengo una respuesta para eso –interrumpió julio, quién le lanzó una mirada de soslayo a Sky– Algo similar nos ocurrió a nosotros anoche cuando fuimos a dejar a Germán en su habitación…

Julio comenzó a relatar lo que había sucedido al llegar a la primera planta. Cómo el rubio era quién se encontraba más cerca de un coma etílico, fue hacia su cuarto a dónde se dirigieron primero para dejarlo recostado en su cama. Julio explicó que ellos al estar frente a la puerta, Sky había extendido la mano para girar el picaporte de la puerta esperando a que esta abriera. Sin embargo, cuando ella notó que aquello no estaba dando resultados, intentó forzar la manilla. No fue sino hasta que Julio le recordó que necesitaban la llave de Germán que pareció recobrar la compostura. La pelirroja, al estar bajo los efectos del alcohol, había actuado por mero instinto, incapaz de razonar en lo que estaba haciendo.

–¿Entonces cuál es tu punto? –le preguntó Úrsula arqueando una ceja– ¿Qué los otros 3 no prestaron atención al detalle de la puerta porque estaban alcoholizados? ¡Eso no es más que una falacia!, ¡una pobre excusa para justificar la idiotez de algunas personas!

–Sin embargo –aseveró Julio sacudiendo la mano como si hubiera estado tratando de espantar una mosca– fue lo que sucedió. No me sorprendería si el caso con la entrada del dormitorio de ENFJ fuese el mismo.

–si habláramos de una sola persona –comenzó a decir Tyrone tranquilamente– tendría sentido sospechar de él o ella, pero la realidad es otra. Más de una persona se emborrachó, a más de uno de ellos le sucedió este error, por lo que se puede catalogar como un fallo humano. Además, INTP, ¿Nunca has bebido alcohol? Yo, en particular, he hecho cosas realmente estúpidas estando bajo su influencia, y me parece de lo más normal.

–¿Crees tú que nunca me he expuesto a esos límites?, –espetó Úrsula irritada– ¿Crees tú que nunca he puesto a prueba mi cuerpo? Podré estar muy mareada, puede mi lengua estar completamente adormecida, puede mi estómago estar tan revuelto que las ganas de vomitar sean imposibles de reprimir; pero siempre sé qué estoy haciendo y lo que está sucediendo a mi alrededor ¿Pero que más podría pedir yo de gente con mentes tan débiles como ustedes?

–El hecho de que seas más frígida que una monja y no sepas divertirte no es nuestro problema –exclamó Rosa por todo lo alto– No eres mejor que nosotros por eso, no eres más que nadie aquí. En otras palabras, tú y la nada son una misma cosa.

–¡Entonces debes estar loca por hablarle a la nada! –Gritó Úrsula ofendida.

–¡Bruja! –le respondió Rosa mientras se levantaba de su asiento con la intención de acercarse al lugar dónde se encontraba Úrsula.

–¡Basta ya! –Exclamó Tyrone, mientras extendía los brazos hacia los lados con las palmas de sus manos expuestas– ¡Es suficiente! Rosa, devuélvete a tu asiento. Tú, Úrsula, si vas a abrir la boca, di algo que sea productivo. A nadie le interesa cómo actúe el alcohol dentro de tu cuerpo. Tus comentarios no suman nada a nuestra conversación.

Neo creyó ver cierta sonrisa de satisfacción en el rostro de Tyrone mientras él decía aquellas palabras. Se le ocurrió que quizás, el moreno estaba esperando el momento justo para descargarse con Úrsula.

–Necesitamos progresar, no podemos quedarnos estancados en este punto –continuó diciendo el fiscal– ¿Qué hicieron ustedes tres cuando dejaron a ENFJ en su habitación?

–Creo haber dicho que cada quién se fue a dormir –replicó Blonde de mala manera.

–¿No notaron nada más dentro del cuarto? Cómo dice INFP, es probable que para ese momento se encontrara el asesino allí con ustedes.

–Antes de salir, cerré la puerta con seguro –comentó Blonde distraído, con la mirada fija en el techo– pero con respecto a eso que dicen ustedes de que el asesino ya debía estar ahí con nosotros… lo he estado pensando, y lo veo poco probable. A menos de que me logren explicar cómo le hizo para adentrarse…

–Con la llave –respondió Helio, quién no había tomado palabra hasta ese momento. Se le habían marcado sendas ondas en la frente, muestra de la incredulidad ante la pregunta del grandulón– La llave de ENFJ fue encontrada en la escena del crimen, lo que significa que el homicida en este caso hizo uso de ella.

–De acuerdo, de acuerdo –levantó Blonde las manos en señal de derrota– anda y dime ahora, ¿cuándo obtuvo el asesino la llave de Olivia? –expresó en tono sarcástico.

–No veo lo raro aquí, Blonde –interrumpió Violeta– es obvio que le robaron la llave a Olivia cuando se quedó dormida. De hecho, ahora que lo pienso, es raro que le haya pasado eso de un momento para el otro cuando ni siquiera era tan tarde. Lo más seguro es que le hayan echado algo en la bebida o la comida.

–Pero, ¡eso no es posible! –inundó el espacio la voz suplicante de Esmeralda, quién parecía haber salido de su estado de shock– nosotros tres –señaló rápidamente a Neo, Blonde, y así sí misma– subimos a la habitación de Olivia, y la puerta ya estaba abierta. Y… y todos subimos a la vez, ¿Recuerdan? –parecía desesperada por refutar aquella idea.

–No todos –Comentó Cobalt con nerviosismo se pasaba la mano por la nuca– ya había dicho que yo me retiré unas pocas horas antes de que acabara la fiesta por completo. Y lo digo porque sé por dónde van los tiros –dijo de repente recuperando la seguridad en su voz– y no, no lo hice yo. Jamás le causaría daño a ninguna persona, y mucho menos a alguien como Olivia. No tengo pruebas, pero sé que mi inocencia saldrá a la luz entre más conversemos sobre este caso.

La seriedad en la voz de Cobalt tomó por sorpresa a más de uno. No le había dado la oportunidad a sus compañeros de culparlo directamente, y la tensión en su cuerpo demostraba que no la estaba pasando bien siendo ahora una cara posible para el criminal que le había arrebatado la vida de Olivia. Neo no le creía capaz de algo semejante, y probablemente no lo era, pero en una situación de vida o muerte como aquella más de una cabeza podía rodar si no encontraban al verdadero culpable. Sabía que el proceso de eliminación era cruel, pero necesario.

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lyaa
Se ve interesanto, espero que pronto haya más capítulos. ❤️
Asseret Miralrio
😍Por favor autora, me encanta tu forma de escribir, ¡quiero leer más!
🏹💕mycupidaneko💘🐈
Necesito más para leer
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