La Otra

--¿Qué?

--Si, lo que escuchas niña yo soy su esposa y tú solo eres... La amante.

--No, eso no es verdad.

--No hay peor siego que el que no quiere ver, mira.

(Extiende su mano y me enseña su sortija de matrimonio junto a la de compromiso, pero ¿Eso que? No tiene nada que ver)

--Aun así, no creo que él esté casado ni contigo ni con nadie así que fuera de mi casa.

--Tu casa, ja, que boba eres si esté departamento lo adquirió él, con su dinero por ende como su esposa la mitad me pertenece, así que la que se tiene que salir de aquí eres tú.

--LARGO DE AQUÍ.

--Eres una tonta, pero si, me voy yo tengo una vida muy ocupada y tengo muchas cosas que hacer, que estar aquí para que tú abras los ojos y te des cuenta de que tu relación con mi esposo no llegará a ningún lado.

--Ya dije que se largue de aquí.

--Antes de irme, ¿Qué te dijo de mis queridos suegros?

--Que le importa.

--A ellos no les va a gustar que se haya enredado con una campesina estúpida muerta de hambre.

--¡LARGO!

(Le abro la puerta para que saliera y se fue, pero la forma en que se fue es como si hubiera ganado la guerra, guerra que no sabía que había y ahora que hago. Le marco a su celular y suena, pero lo apaga después y yo con esta incertidumbre de no saber si es cierto o no. Maldita sea, que feo es estar sin saber nada, sin saber la verdad de lo que realmente está pasando, caigo al suelo y me vienen esos pensamientos cuando él no quería ir a ningún lado porque estaba cansado y nos la pasábamos en mi casa, después me invitaba a lugares que según él eran de otro nivel y al llegar eran sitios prácticamente abandonados y él los describía muy bonitos, ¿Será cierto que ella es su esposa? Mis lágrimas salen amargamente y un dolor inmenso me invade toda completa, pero más me duele el corazón, ella vino a destrozar todo. Me levanto y al igual que traje mis cosas las echo a bolsas de basura y también en una pequeña maleta que es en la que traje las primeras cosas, dejo todo esto como estaba antes de que yo llegara, me lavo la cara y salgo a toda prisa no sin antes dejar la tarjeta de acceso en la mesita de la entrada y el control del portón se lo doy a Gonzalo, todo extrañado lo recibe y solo me agradece y salgo de ahí lo más rápido que puedo. Hoy no tengo ganas de ir a la universidad así que me voy al departamento de mamá Cris, mamá Cris no nos habló de cuando nos rompen el corazón, ella nunca dijo nada de esa clase de dolor y al entrar corro a mi cuarto a seguir llorando y lamentándome por mi decisión, ¿En serio seré tan estúpida que me deje engañar por él? Tal parece que si pues ahora estoy aquí sufriendo por él, por lo que me hizo, tan feliz que era anoche y esta mañana antes de salir del cuarto, pero esto no iba a durar si es que él está casado con ella. Recuerdo que me puede localizar con mi teléfono y lo apago, ahora quiero estar sola, quiero meditar lo que voy a hacer después, me quede dormida y justo me despierto para ir a trabajar, me alistó y me pongo guapa para ir a trabajar el mundo se puede caer, pero las obligaciones están primero y nadamas al llegar las víboras empiezan)

--Zulema y Hannah hoy no tengo humor para sus pendejadas, si quieren joder a alguien vean a quien porque si hoy tratan de meterse conmigo les va a ir mal... (Se sorprenden y se van a sus lugares cada una y que bien no tengo ganas de lidiar con ellas, no hoy por favor)

--Hola ¿Todo bien?

--Sí.

--¿Segura? Por lo general siempre aguantas las indirectas de ese par y ahora no.

--Solo no estoy de humor.

--Ok.

(Me pongo manos a la obra y estropeé el pelo de una clienta tuvimos que disculparnos y mi jefa solo me vio con cara de desaprobación, creo que no debí haber venido a trabajar)

--Creo que es mejor que me retire yo no me siento muy bien.

--Está bien y tomate mañana también ya tengo una chica y mañana vendrá para entrevistarla.

--Ok, nos vemos luego.

--Hasta luego.

(No debí haber venido, no debí haber salido de la casa en primer lugar hoy todo fue de mal en peor y para colmo si esa chica hace bien su entrevista también me quedaré sin empleo, este día no puede ir peor, tengo que comprar algo para comer porque no he comido nada en todo el día y al llegar a casa está tan silenciosa, tan vacía y yo estoy sola en ella. Termino de comer y me voy a dormir por suerte mañana es sábado y no hay clases y puedo dormir todo lo que quiera. Al día siguiente me levanto al baño y recuerdo que tengo mi teléfono apagado, pero si lo enciendo él puede llamarme y por ahora no quiero escucharlo y mucho menos verlo. Salgo del cuarto y escucho ruido de la puerta ¿Serán mis hermanas? Me escondo y si la primera en entrar es Liz con su barriga apenas abultada y la sigue dina detrás de ella)

--Hola

--Paola te estuvimos buscando por todos lados y creímos que estarías aquí.

--¿Cómo empezaron a buscarme?

--Gabriel nos lamo muy alterado diciendo que te intento llamar después de que tú le marcaste y que tenías el teléfono apagado y que no contestaste en un largo tiempo.

--Hermana Gabriel está muy asustado igual que nosotras está buscándote por todos lados.

--Hasta fue a tu trabajo y tu jefa le dijo que ya no vas a trabajar ahí ¿Qué pasó?

--Primero necesito que me abracen.

(Me rodean para abrazarme, necesitaba esto, necesitaba sentir sus brazos, saber que estoy segura, que ellas están aquí para mí para protegerme y ayudarme en lo que puedan)

--Habla por favor que nos estás asustando y a Liz no le hace bien todo esto.

--Tenían razón, todo este tiempo ustedes tenían razón... En todo.

--¿Qué pasó?

--Gabriel es casado.

--Maldito hijo de la gran puta, pero que lo mato o le corto él pitó de eso estoy bien segura.

--¿Cómo lo averiguaste?

--Ayer en la mañana ella estaba muy campante sentada en la mesa del departamento y me lo dijo.

--¿Te enseño pruebas?

--No, pero todo concuerda, todo.

--Hermana lo siento.

--No queríamos esto para ti, pero era muy evidente y no quisiste hacernos caso.

--Estaba enamorada y cegada al mismo tiempo y hoy esté dolor que siento es horrible.

--Hermana no quisiera que pasaras por esto, pero tal vez debías hacerlo para que aprendieras algo.

--Él me subió al cielo en un segundo y luego me llevó hasta el infierno y estoy esperando que eso termine ya duro demasiado.

--Hermana este dolor va a durar un largo tiempo, hasta que tu corazón sane y esté dispuesto a darle cabida a alguien más, pero de ahora en adelante tienes que ser más precavida para no entregarle tu corazón a cualquiera.

--Duele mucho.

--Lo sé y te seguirá doliendo un buen rato.

--No, no voy a aguantar tanto.

--El estúpido ese me va a escuchar, verás que lo voy a poner en su lugar, de que lo mato, lo mato.

--Liz, tranquila no te hace bien alterarte.

--Pero él lastimó a nuestra hermana.

--Y pagará por eso te lo aseguro, por ahora solo nos queda estar con ella en lo que necesite y ayudarla a salir de esto.

--Me arrepiento de no haberlas escuchado en sí momento.

--Como ya lo dijiste estabas ciega de amor por él, cualquier cosa que te dijeran no la habrías escuchado, de nadie.

--Cuando ella se presentó en el departamento y la vi, no puedo compararme con ella, ella es hermosa con clase, buen porte, tuene cabello largo y negro, ella es hermosa nada que ver conmigo.

--Eso no quiere decir que tú no seas hermosa, cada una de las mujeres son hermosas a su manera.

--Si, tal vez su belleza era por fuera y por dentro esta podrida.

--No lo sé, pero ella es muy bonita y si ella es su esposa ¿Por qué me busco a mí? ¿Por qué yo?

--No te atormentes pensando eso, tal vez nunca lo sabrás.

--¿Y por qué el muy maldito te estaba buscando muy preocupado según él?

--Tal vez aún no sabe que su esposa vino a verla y se lo contó todo.

--Tal vez.

--No quiero quedarme aquí, así como ustedes me encontraron él también puede venir y por ahora no quiero verlo.

--Vamos yo sé a donde podemos ir.

--Gracias.

--¿Tus cosas? ¿No me digas que las dejaste en su departamento?

--No, están todas en mi carro.

--Que bueno que recogiste todo.

--Entonces yo me llevo tu carro y tú vendrás conmigo, Liz que se lleve mi carro. Liz te seguimos.

--Ok vamos a casa de mi abuelo, sé que ahí estaremos bien y nadie la va a molestar.

--Gracias hermanas no sé que aria sin ustedes.

--Nosotras te vamos a cuidar tu tranquila.

(Me subí a mi carro en la parte de atrás, no tenía ganas ni de abrir los ojos, menos de caminar, pero aun así camine asta llegar a mi carro me acosté, mientras Diana conducía, espero no encontrármelo nunca y que se largue por donde vino, maldita sea la hora en que lo conocí).

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