Los primogénitos de Luriel y Anahí deberán tomar decisiones que afectan a sus corazones y a las leyes de su pueblo. El amor en la Aldea representa el vínculo que los une y los protege de todo el mal que los acecha. Podrán prevalecer sus corazones para mantener la paz o deberán elegir sacrificar el amor por la Aldea.
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Que no la lastime
Guaci caminaba por delante de Iván y le iba avisando de los desniveles en el suelo… eso le provocaba una hermosa sonrisa a Iván mientras la seguía obedientemente.
- ¿Te pesa mucho la fuente…? – pregunto girándose para verlo
- Para nada… - le sonrió y no pudo evitar recorrer su rostro con la mirada
- ¿Tu pie te dificulta caminar? – se detuvo por completo para prestarle atención
- Es un prototipo de prótesis… - le hablaba suavemente – está conectado neurológicamente a mi pierna… se adapta al suelo y se acomoda según el movimiento que haga…
- ¿Te duele…? – ella también comenzó a mirarlo y alternaba entre sus ojos y su boca inconscientemente.
Se le agolpaban en su mente esas imágenes de ella besándolo. Podía recordar hasta la textura de su barba… su aroma… la suavidad de los besos que le devolvía…
- Al principio si… -dijo con voz ronca y como ella lo miró confusa porque ya no recordaba lo que le había preguntado sonrió y agregó mirándole directamente la boca – la prótesis me dolió al principio… sentía los dolores de la amputación y las sensaciones fantasmas del pie…
Se miraron nuevamente a los ojos y se quedaron tanto tiempo ensimismado uno en el otro que hasta el aire comenzó a faltarles…
- Lamento haber sido tan descortés contigo… - lo vio acomodar la fuente al costado de su cuerpo y acercarse un poco más a ella – simular una discapacidad es algo muy tonto… pero no supe que hacer…
- ¿Por qué te afecto tanto…? – le hablaba y su aliento le rozaba el rostro - ¿te molesta mi presencia? ¿te doy asco? ¿te ofendo de alguna manera? – ella negaba lentamente sin poder levantar el rostro – eres una joven muy bella – le corrió suavemente un mechón de cabello que le tapaba el rostro – no deberías entristecerte por nadie…
- ¿De verdad regresas a la ciudad a buscar a esa chica que conociste…? – recién entonces se atrevió a mirarlo y lo vio asentir sonriéndole con ternura
- ¿Te molestaría si acepto el ofrecimiento de tu padre de enseñarme sus costumbres…? – preguntó con voz ronca y aguantó la respiración mientras ordenaba sus pensamientos – esa chica se había separado de su novio cuando la conocí… tal vez lo perdonó y regresó con él…
- Sería muy tonta si hace eso… - volvió a agachar la cabeza – mi ex novio llega la semana que viene… tenemos que hacer un trabajo de investigación a cargo de mi abuelo…
- ¿Lo sigues amando…? – dudaba al preguntar
- No sé lo que siento… - contestó confundida – siento tanto rechazo, tanta bronca por lo que me hizo…
- Tal vez cuando lo vuelvas a ver…
No pudo continuar porque Guaci se había puesto en puntas de pie y lo había besado como lo había hecho esa noche, tomándole el rostro con ambas manos. Con su brazo libre Iván la atrajo hacia su cuerpo, podía sentirla temblar suavemente y amoldarse a su abrazo… era tal cual como él la recordaba y esta vez no estaba drogada…
Nuevamente, al ímpetu de ella, él le correspondía con suavidad, cuando ella sintió que su boca la acariciaba mientras la recorría, ambos sabían a guayabas y nunca le había parecido tan dulce un beso como en ese momento. Por un momento su atención en ella lo distrajo del equilibrio que estaba haciendo con la fuente en su cadera y el sacudón que dio para evitar que cayera su contenido, lo obligó a dejar de besarla…
- No podría explicarle a tu padre el motivo por el cual dejé caer la comida… - sonrió con un brillo especial en la mirada – no sé por qué fue ese beso… pero gracias… - la vio avergonzarse – no te preocupes que nadie lo sabrá.
- ¿Por qué me guardarías el secreto? – seguía sin mirarlo
- Porque me gustaría poder volver a besarte y así sabrás que lo podrás volver a hacer cuando quieras…
- ¿Te vas a dejar besar cuando yo quiera…? – Guaci no pudo evitar reír al mirarlo
- Mejor que tú lo decidas… porque si fuera por mí, te besaría todo el tiempo… - le acaricio suavemente el labio inferior con el pulgar antes de indicarle con la cabeza el camino – mejor seguimos…
- Esa chica que estás buscando… - volvió a bajar la vista - ¿la besaste o te besó ella?
- Me besó ella… - dijo en un susurro - pero no sé si lo quería hacer en realidad porque la habían drogado…
- ¿Y tuvieron sexo…? – su voz apenas salía
- No… - dijo mientras la atrajo nuevamente contra él – nos acariciamos y nos desvestimos… bueno… ella nos desvestía a los dos… - dijo con una risita cómplice – pero solo durmió en mi cama… - ella recién entonces levantó el rostro hacia él – yo me conformé con mirarla, conozco cada cicatriz de su cuerpo… - ella agrando los ojos asustada – conozco tu lunar en el hombro… tu cicatriz de media luna en la rodilla y la cicatriz de 10 centímetros en tu muslo cerca de la cadera… sé que duermes de costado con tus manos bajo el rostro como si estuvieras orando… y sé que roncas por momentos antes que cambies de posición…
- ¿Sabías que era yo…? – estaba avergonzada
- Lo supe hace un rato… - le dio un beso suave en la frente – cuando Araí se sentó en tus piernas te corrió el vestido y vi la cicatriz… y entonces todo tuvo sentido… - le levantó el rostro suavemente – te avergonzaba pensar que habías tenido sexo con un desconocido… pero no lo has hecho… y si crees que te gustaría conocerme mejor a pesar de no tener familia o usar una prótesis, puedo aceptar el ofrecimiento de tu padre… - ella volvió a sonrojarse – puedo pedir mis vacaciones del ejército y hacer todo lo posible para que quieras seguir besándome…
- Creo que eso me gustaría mucho… - dijo con una sonrisa encantadora
Cuando estaba a punto de besarla, escucharon la voz de Karai y Camila que se acercaban riéndose a carcajadas, así que comenzaron a caminar pero sin apresurarse mucho.
***
Cuando Karai le tendió su mano a Camila, ella no dudó en tomarla, no porque tuviera miedo, sino porque tenía muchas ganas de poder tocarlo.
Cuando la había besado esa mañana en el rio, le había dicho que era porque ella no dejaba de hablar… sin embargo su forma de mirarla durante el picnic le había ilusionado y ella tenía una cabecita loca y soñadora por lo que le fue muy difícil dejar de mirarlo embobada. Era el hombre más bello que había visto y desde que la había besado, ella no podía dejar de pensar en él.
Ahora caminaba a un paso detrás de él mientras que él le iba avisando de los troncos y los desniveles.
- ¿Se van mañana? – preguntó Karai sin voltear a verla
- Si… - la voz le salió entrecortada –los chicos tienen que volver a trabajar…
- ¿Y vas a volver? ¿No vas a pasar las vacaciones con tu abuelo? – no quería sonar ansioso, pero al no escuchar una respuesta se detuvo y giró a verla – me gustaría poder conocerte mejor…
- Mi abuelo no va a dejar que me quede yo sola, porque él no me puede cuidar… - le sonrió avergonzada – y ya sabe que soy de escaparme y molestar a los hombres…
- En este momento no te imaginas lo que me arrepiento de haberme quejado de ti… - y sonriendo agregó - ¿hay otros hombres a los que acostumbres a acosar…?
- Si… - dijo sonriendo con picardía – pero tú eres el primero con el que me sale bien…
Cuando Karai estaba tratando de asimilar que ella se comportaba así con otros, ella le tomó el rostro y lo acercó a su boca, por unos breves segundos pareció como que Karai no correspondería al beso, pero esa duda solo existió hasta que ella separó los labios… Fue menos de un centímetro la distancia que nuevamente desapareció cuando él la besó vorazmente. Los labios de Camila eran suaves y lo incitaban a no dejar de besarlos nunca, respondían a su intensidad como si se hubieran besado toda la vida.
- Menos mal que ya eres mayor de edad… - le susurró sobre los labios – así no me siento tan depravado contigo…
- Perdón pero la depravada soy yo… - le contestó mientras se separaba de él – te he obligado…
- He querido besarte desde el momento en que te sorprendí espiándome… - le sonrió mientras le acariciaba suavemente la mejilla – pero esa bikini roja… fue la mayor tentación de mi vida… ¡eres hermosa! – tomándole nuevamente la mano agregó – mejor seguimos…
Caminaron un poco más y de pronto Karai le hizo señas que se agachara y que se quedara en silencio… Le separó un poco unos arbustos y le señaló que mirara hacia un sector hacia donde doblaba el sendero. Allí estaban Iván con Guaci, y justamente Iván la atraía y la abrazaba de una manera muy romántica
- Menos mal que mi hermana no lo quería ver… - dijo Karai tratando de aguantar la risa – si lo hubiera querido, los hubiéramos encontrado haciendo el amor directamente…
- No seas malo… - Camila tampoco podía dejar de reír – ya no entiendo nada… Iván estaba loco por esa chica de la ciudad…
- Creo que era mi hermana esa chica… - le sonrió en complicidad – ella se comporta raro con él porque ya lo conoce… solo espero que no la lastime… porque su anterior novio era un patán…
- Mejor hagamos ruido porque van a llegar los demás y nos van a encontrar espiándolos…
Comenzaron a reír y le dieron unos segundos antes de incorporarse de su escondite y continuar caminando.