Los Últimos Descendientes Del Imperio

Yamileth y Jimmy habían sido una pareja que se apoyaban el uno al otro, confiaban el uno en el otro, y aunque cada uno seguía sus propios intereses y proyectos se complementaban y buscaban pasar momentos especiales juntos; tuvieron una relación de dos años, desde sus 16 hasta sus 18 años, la espontaneidad de Yamileth y la timidez inicial de Jimmy era el contraste de su relación cuando la misma iniciaba.

Cuando Yamileth fue a su preparación para las olimpiadas, ellos decidieron seguir manteniendo la relación a distancia; hace diez años lo normal era llamarse por teléfono y escribirse carta; en una oportunidad Yamileth viajó de regreso a su ciudad natal, para encontrarse con Jimmy, como sus familiares ya no vivían allí y su amiga Ariel tampoco (sino que se había ido en un viaje de protección a los animales por el África), se quedó en un hotel; como no disponía de mucho tiempo, decidió solo reunirse con Jimmy.

Esa fue la última vez que se vieron como pareja, y fue la vez que prometieron que cuando terminaran las olimpiadas se casarían aún siendo tan jóvenes, Yamileth se cuestionó por mucho tiempo por qué tuvo ese impulso por contraer matrimonio cuando sus planes nunca fueron ser una joven mujer casada.

Pese a esa promesa de matrimonio, Jimmy jamás cuestionó la carta recibida y creyó que Yamileth había terminado así sin más, dejando atrás por todo lo que habían pasado juntos; ahora se sentía culpable de haber creído eso, ahora había descubierto que Yamileth nunca había terminado con él.

Yalitxa se sintió muy mal cuando Jimmy recibió la supuesta carta de Yamileth, ella estuvo allí cuando él tuvo el corazón destrozado, trató de animarlo de muchas formas, trató de mantenerlo ocupado y que no pensara en todo lo que había pasado, hasta trató de que tuviera una cita con una chica linda que recién había conocido, pero nada resultó como ella planeó, finalmente con la tristeza más profunda, ellos terminaron bailando a la luz de las velas que ella había preparado para la velada con otra que se cansó de esperarlo, Jimmy no había llegado a tiempo por haber estado combatiendo.

Cuando ellos estaban bailando, Yamileth se apareció en la puerta del lugar, huyendo de un enemigo que la estaba persiguiendo, cuando vio la escena, Sefra se encargó de decirle “Jimmy jamás cumplirá su promesa, ya se olvidó de ti, y empezó a salir con Yalitxa, te traicionaron, te engañaron, y tus amigos lo saben, pero no les importó, tal vez Ariel hubiese protestado por tal vileza, pero ella está en África, apenas tu amiga querida se fue, ellos ya no tenían que disimular…”, Yamileth estaba muy alterada emocionalmente, no podía creer lo que Sefra le decía al oído, pero lo que veía era evidente, Yalitxa y Jimmy bailando una canción romántica a la luz de las velas, entonces su corazón se rompió y salió lo más pronto que pudo del lugar.

Han pasado muchos años, y recién se enteran que la carta era una mentira, que Yamileth nunca terminó con Jimmy, y que Yalitxa y Jimmy jamás traicionaron la confianza de Yamileth; en la práctica habían seguido sus vidas, pero ese dolor no había terminado de sanar, claro que para ambos en diferentes formas.

Yamileth se quedó en silencio abrazada de Alnair, no habían más lágrimas y no podía desatar todo lo que tenía dentro porque pensaba en Alnair, para todos tenía un matrimonio perfecto, aunque ella no fuera lo que todos suponían, no podía decir todo lo que pasó por esa mentira, los amigos que resultaron lastimados, la decisión tomada, como confesaría a todos lo que tuvo que hacer, así que respiró y trató de calmarse.

Por otro lado, Jimmy se había sentado y quedado callado por la revelación, qué podía hacer ahora las cosas estaban hechas, se preguntó porqué Yamileth necesitaba ayuda, qué había podido pasar, él no había podido ayudarla por toda la mentira, su mirada reflejaba una profunda tristeza, ya nada podía hacer ahora, ella parecía tener una vida hecha, una vida acompañada de alguien que ya no era él.

Ariel preguntó: ¿Por qué les mintieron así a ellos? ¿Con qué objeto? Alguna de ustedes puede responder. Se siguen quedando calladas, no entiendo porque lastimar así a mis amigos.

Kafor dijo: Tranquilízate Ariel.

En ese momento, Yamileth y Alnair se pararon…

Yamileth solo dijo con voz serena: Voy a ir a casa, mañana nos vemos.

Alnair, como si nada hubiese pasado, dijo: Por ahora debes permanecer aquí Jimmy, por tu seguridad no lo olvides. Richmer te quedas acá también, por cualquier imprevisto.

Richmer respondió: Sí, yo me encargo.

Yamileth y Alnair se teletransportaron a su casa, que realmente estaba muy lejos de ahí.

Ariel dijo: Ni se les ocurra irse a ustedes, necesitamos respuestas.

Mera: Nosotros no tenemos por qué responderte.

Ellas trataron de irse, cuando escucharon…

Ymir ordenó: Esperen.

Yuna: No podemos responder las preguntas.

Jimmy preguntó: ¿Quién es Sefra? ¿Dónde está?

Mera: Era una de nosotras, y ella murió.

Kafor sorprendido cuestionó: ¿Qué dicen? ¿Cómo que murió? ¿Cómo es posible eso?

Yuna: De verdad Kafor, no podemos responder.

Mera: Tenemos que irnos.

Ymir volvió a ordenar: No se vayan.

Las claridexas no podían ignorar las ordenes de Ymir, después de todo ellas estaban al servicio de la familia real de Andovia…

Ymir expresó: Ustedes siguieron a Ann (Yamileth) por ser quien es, ¿verdad?. Por ser la hija de los últimos reyes de Andovia.

Mera: Sí, señor.

Ymir dijo: Y saben quién soy, ¿verdad?

Yuna: Sí, señor.

Ymir cuestionó: Entonces, respondan ¿Por qué le mintieron a Ann (Yamileth)? ¿Quién es Sefra, por qué murió?

Mera: Señor, nosotros no le mentimos, fue Sefra, y ella murió, pero por favor no pregunten por su muerte.

Yuna: Nos puede costar la vida, revelar eso, por favor Señor, no nos pida eso.

Kafor aseveró: Es casi imposible matarlas, y solo mueren después de los mil años. Quiere decir, que a ella la mataron.

Las Claridexas agacharon la cabeza, querían irse y no responder, pero el príncipe de Andovia, les había ordenado prácticamente quedarse.

Ymir preguntó: ¿La mataron? Respondan.

Mera: Sí, señor, la mataron.

Ymir cuestionó: ¿Cómo matar una claridexa?

Yuna: Por favor, señor, no nos pregunte más.

Jimmy consultó: ¿Tu conociste a Sefra, Richmer?

Richmer respondió: No, pero deberían dejarlas ir. A Ann (Yamileth) no le va a gustar nada, que las hayan retenido. Creí que ustedes solo obedecían a Ann (Yamileth) y a Alnair.

Yuna: Obedecemos a la familia real de Andovia, incluye a Ann, Ymir, Zaniah y Alnair.

Richmer dijo: Alnair, no es hijo de los reyes de Andovia.

Mera: Pero es el esposo de la princesa Ann.

Ymir afirmó: Matar una claridexa, sería como un atentado a la familia real de Andovia, si alguien es capaz de atentar contra nosotros debemos saberlo.

Yuna: (Nerviosamente) Señor…

Zaniah, sospechando con esa clásica intuición, preguntó: ¿Fue un guerrero Excelsior, quien la mató?

Mera: No lo sabemos.

Las claridexas agacharon la cabeza, y todos se quedaron mirando el uno al otro, sus amigos hubieron podido matar a alguien que no era un enemigo, ¿eso era posible?, los carismáticos Yamileth y Alnair podrían ya no ser los que ellos conocieron en el pasado.