Maite es una chica de quince años que se enfrenta a una dura decisión, dejar a su sobrino en un orfanato, o cuidarlo como si fuera su hijo.
Un incidente con una cartera haría que su vida cambie de un día para otro, provocando no solo una nueva oportunidad de trabajo para que mejorar su condición de vida, al igual que el niño que la llama mamá, sino que también hará que cruce caminos con un hombre que tiene mucho que ver con él.
No obstante, sus personalidades y formas de ser son tan opuestas que el llevarse bien será algo difícil.
¿Podrá surgir al más allá que solo la conexión que los une con respecto a su hijo?
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Capitulo 22
Una hora después, Maite está frente a la villa de Patricia.
— Gracias por traerme señor.
— De nada.
— Buenas noches. Descanse. — Ella se baja del auto y entra a la casa.
A la mañana siguiente, Patricia se levanta temprano para saber todo sobre Maite, ella abre su computadora, revisa su correo y empieza a leer toda la información.
"Sus padres murieron en un incendio, tenía una hermana llamada Carolina..." Patricia frena en esa parte. Ella revive los recuerdos del pasado. La novia de su hermano también se llamaba así.
— No pueden ser la misma persona. Hay muchas mujeres con ese nombre. — Ella continúa leyendo. Al terminar la información se queda boquiabierta.— Si es la misma. Daniel no es hijo de Maite. Es hijo de su hermana.
...
Maite y Daniel están desayuno cuando una sirvienta la llama, le dice que la señora quiere verla en su despacho.
— Amor termina de comer y luego me buscas.
— Si mami. — Maite se va al despacho, encuentra a Patricia saliendo de el. Se ve muy ansiosa.
— Buenos días señora. ¿Me llamo?
— Maite. — Ella le habla con un tono poco habitual. Luego se queda callada sin saber cómo continuar su pregunta.
— ¿Señora sucede algo?
— ¿Por qué no me dijiste?
— ¿Decirle qué? — Maite se empieza a preocupar, recuerda lo que sucedió con Leandro y piensa que ella está molesta por eso. — Señora yo puedo explicarlo.
— No me expliques nada. Lo que hiciste no tiene nombre.
— No hice nada. El señor Leandro fue quién se equivocó, nos confundió y por eso me abrazo, pero fue solo eso. Le juro que entre el y yo no hay. Y no habrá nada.
— ¿Qué? — Patricia ahora parece muy molesta, confundida e incluso celosa. Ella ve bajando a su esposo y no pierde tiempo para reclamar. — ¿Cómo pudiste abrazarla? — Pregunta ella muy enojada. Leandro observa a Maite.
— Ya intenté explicarle que fue un error. Señor por favor dígale.
— Amor, Maite dijo la verdad, llegué y la ví con el vestido que me habías enseñado, además llevaba el cabello cómo lo tenías en la tarde, por eso imaginé que eras tú, te juro que a ella ni siquiera la veo como mujer. Tu eres la única para mí. — El le toma ambas manos. — Pati debes creerme. Nunca te he mentido, ni te he faltado. Te respeto muchísimo, y sobre todo te amo. — Leandro no tartamudea en ninguna de sus palabras. Maite se siente muy conmovida. Ella hubiera deseado que a su hermana la amaran tanto como Leandro ama a Patricia. — ¿Me crees amor?
— ¿Por qué no me lo dijiste?
— Por qué no es importante. Y pensé que te molestaría, odió hacerte enojar. — Patricia lo abraza y le da un beso en los labios.
— Yo odió imaginarte con otra. Te amo Leandro.
— Y yo a ti mi vida. — Maite se siente cómo un mal tercio. Por fortuna alguien llega a salvarla.
— Mami. Ya terminé de comer. — Dice Daniel a su lado.
— Señora Patricia, señor Leandro, ya me voy. Y lamentó el malentendido. Por favor discúlpeme.
— No te preocupes. Yo también lamentó mi actitud. — Dice Patricia.
— Está olvidado. Con su permiso. — Ella toma la mano de Daniel y se va.
Patricia se queda con Leandro, el le pregunta cómo supo sobre lo que pasó con Maite.
— Ella me lo dijo.
— ¿Ella te dijo?
— Le reclamé por algo y malinterpreto las cosas, pensó que le reclamaba por el abrazo. Aunque no era así.
— ¿Y que era?
— Maite es hermana de Carolina.
— ¿Carolina?
— Si. Carolina, la novia con la que David se quería casar.
— ¿David se quería casar?
— Fue hace cuatro años. El estaba muy enamorado de ella, pero por intrigas de mis padres, y mías también, se separaron.
— ¿Intrigas tuyas?
— Es difícil de explicar. Ahora lo entiendo todo. Pero antes no lo hice. Aparentemente Carolina era una buena chica, se escapó del orfanato y falsificó documentos para poder trabajar y mantener a Maite. Quedó embarazada de mi hermano y murió después de dar a luz.
— ¿Dices que Maite no es la madre de Daniel?
— No. No lo es. Todo tiene sentido. Por eso Maite odia al padre de su hijo sin saber quién es.
— ¿Y que piensas hacer ahora?
— Por nada del mundo ella se puede enterar. No hasta que esté completamente enamorada de David.
— ¿No crees que eso es injusto?
— Se que lo es. Pero mi hermano está empezando a tener sentimientos por ella. Yo sé que pueden ser felices.
— ¿Y que va pasar cuando ella se entere de la verdad?
— Para entonces ella va estar enamorada, lo va perdonar.
— Lo dudó. David lastimó a su hermana, ella misma te dijo que lo odia. No puedes amar a alguien que odias.
— Si se puede. Ella sabe que odia al papá de Daniel, pero no sabe quién es el. Tengo una ventaja.
— No puedes hacer eso Patricia. Es injusto. No estoy de acuerdo.
— ¿Por qué?
— Por qué ella es una buena persona. No merece lo que le quieres hacer. Cuándo sepa la verdad, ella sufrirá mucho.
— Tienes razón. Pero tengo que hacerlo. Es por el bien de mi familia, por el bien de nuestro matrimonio.
— No Patricia. Tu familia ya tiene el heredero que quiere. Nuestro matrimonio ya no corre peligro. Basta con que les digas sobre la existencia de Daniel.
— ¿Sabes lo que mi familia hará si se enteran? Ellos le querrán quitar el niño a Maite.
— No serian capaces. Tal vez Maite no es su madre biológica, pero ella lo ha cuidado, educado y alimentado todo esté tiempo, además de ser su madre legalmente, y la familia más cercana de Carolina.
— Tu no conoces a mis padres. Ellos son capaces de eso y más.
— Yo soy abogado, y conozco las leyes.
— Bien sabes que con dinero se puede pasar por encima de ellas.
— No siempre.
— La mayoría de las veces si. El dinero mueve el mundo.
— Patricia por favor.
— Amor. Te pido que no te metas en ésto.
— Está bien. No lo haré. Pero en el futuro, cuándo ella odie a tu hermano, y aleje a Daniel de nosotros. Espero que recuerdes que te lo advertí.
siempre dije q Patricia se traía algo.
creo mentiras para q su hermano dejara a Carolina no le importaron los sentimientos de el. Ella es una manipuladora y todo lo hace a su conveniencia. tal como sus padres