Desde mis 17 años mi vida dio un gran giro, de la noche a la mañana me convertí en papá adolescente, mi mate me había dejado, decía que no estaba conforme con la vida que le estaba dando. No se que esperaba, solo éramos unos adolescente con las hormonas revolucionadas por haber encontrado a nuestras parejas destinadas. me vi solo o casi solo, cuidando de una niña que ya tiene 10 años. Gracias a mis padres pude salir adelante con mi bebita, mi Lucecita, por ellos pude terminar de estudiar, me dieron la fuerza para criar a mi hija sin perderme en el intento, ha sido difícil, pero no imposible.
La amo tanto que por ella daría todo y más.
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Llegaron
Cap.22
Javier
— Buenos días, señorita Andrea, bienvenida ~saludó Maite tratando de aligerar el pesado ambiente que se generó~
— Hola, buenos días ~Andrea saludó con una sonrisa forzada~
— Soy Maite y ella es mi hija Angelica y ella, es mi ayudante de cocina su nombre es Almendra.
— Em, si, ya nos conocemos ~comentó algo molesta~
Ok, queda más que claro que las dos no se llevan bien, lo bueno es que no trabajarán en el mismo lugar.
Veo los ojos de Almendra viajar desde Andrea a mi brazo donde Andrea todavía tenía su mano entrelazada y vi un fuego encenderse en aquellos lindos ojos que tanto me gustan.
— Buenos días, “señorita” Andrea, bienvenida, mucha suerte en su estadía en el campamento ~manifestó Almendra tratando de sonar cordial~
Almendra
No puedo creer que esta mujer esté aquí, estoy segura de que me hará vida imposible estos tres meses.
-Almendra: ¿viste lo agarradita que estaba de Javier?
-Kali: si, la odio, quiero cortarle las manos
-Almendra: ¿Por qué el permitió eso? ¿se conocerán de antes? Uy que rabia
-Kali: calma tus celos, la loca se va a dar cuenta y va a ser peor.— Permiso, tengo que ir a buscar un saco de papas ~me excusé y salí de ahí~
Salí apresurada de ahí, no tengo ganas de ver la cara de la mujer que logró que yo no pudiera encontrar trabajo en todo Valdivia
— ¿con quién rabeas tanto mí gordis?
— ¡Guille!, sabes que la nueva cocinera es la maldita cabeza hueca de Andrea, amigo me va a volver loca ~rezongué haciendo un puchero~
— ¿Quién?... ¡no! Espera, es ¿esa Andrea? ¿La que te dejó sin trabajo?
— ¡Bingo! ¿Qué mierda hace aquí? no lo voy a soportar Guille ¿Qué hago? Seguro le va con el cuento a Javier ~resoplé~
Mi amigo me acompañó al cuarto de almacenamiento y me ayudó a mover el saco con papas, y lo llevó hasta la cocina y se fue a sus actividades.
— ¿Ya se fue esa mujer?
— Mi niña de los días que llevas aquí, nunca te había visto así, ¿de donde conoces a la señorita Andrea?
— ¿señorita? ja, de señorita no tiene nada, es una niña mal criada que seguramente me hará la vida imposible
— No respondiste mi pregunta
No me quedó de otra que contarle lo que pasó en el restaurant donde trabajé antes de que me despidieran.
— Entonces eso no se lo contaste a Javier
— No, según Clara llamaron a mis antiguos trabajos para pedir recomendaciones, pero no me comentó sobre ese asunto
— Lo mas seguro es que la bruja se lo cuente a Javier ~comentó Angelica~
— Si es seguro que se lo cuenta, pero ya no hay nada mas que hacer. Mejor vamos a cocinar.
Seguimos con nuestro itinerario de trabajo, con todo listo, los pequeños comensales empezaban a llenar el espacio, me encantaban, siempre estaban sucios, desarreglados, pero se veían muy felices, los más grandes cuidaban a los más pequeños y eran bastante respetuosos. Algunos ni siquiera parecían adolescente, y eso es algo que según los gemelos les pasa a los cachorros de lobos.
Me encontraba parada detrás de la vitrina sirviendo las bandejas con Maite y Angelica, mirando a cada niña que entraba ya eran más de las 12 y mi Lucecita no aparecía por ni una parte, y sus amigos tampoco hasta que se escuchaba en alboroto en la entrada, estiré mi cuello para ver que pasaba y ahí venia mi lida niña, con todo su grupo
— Hola almendra… ~sonrió~
— Yanara ¿no te lavaste?
— Si, mis manos están más que limpias ~me las mostró~
La pequeña venia vestida con una jardinera de mezclilla, la tela del pantalón que estaba rota, dejaba ver raspones en sus rodillas, su hermoso pelo estaba cubierto de barro, también su cara y sus zapatillas, el resto del grupo venia en las mismas condiciones.
— Cerecita, perdón por no venir a saludarte en la mañana, estaba muy ocupada con los demás ~explicó muy acelerada~
— Preciosa, Cálmate un poco, no necesitas disculparte, supuse que estabas muy ocupada
Le serví su bandeja de comida y se fue feliz a sentar a los niños de barro que la esperaban en la mesa listos para hincarle el diente a la comida.
— esas fachas no traen nada bueno ~comentó Maite~
— jajaja, me imagino que alguna travesura está tramando
— estás en lo correcto, es cosa de mirar sus ojitos ~agregó Angelica~
la hora de almuerzo de los niños terminó, y con mis chicas recogimos los carros con bandejas, los lavaríamos después, ahora era hora de nuestro descanso
— Mmm… esto está muy rico ~Angelica habló con la boca llena~
almorzamos en un ambiente muy agradable, nos dedicamos a apostar de que se trataba la travesura de Yanara, Angelica apostaba a que estaban construyendo alguna trampa para algún desafortunado, Maite apostaba a que la travesura tenía que ver conmigo y Javier… yo en cambio apostaba a que la travesura se trataba de la nueva cocinera
— espero de todo corazón que la desafortunada sea esa Andrea ~comenté con sorna~
— jajaja ¿te imaginas? Espero que se algo épico ~carcajeó Angelica~
Yanara
No puedo creerlo, esa mujer llegó y parece una lapa al lado de mi papá ¿Qué se cree ella para andar así de pegada a mi papito?
— ¿Qué vamos a hacer? ¿Cuál es el plan?
— Felipe tienes que sacarle la información a la tía clara de cuál será el dormitorio de esa mujer
— ¡Hecho! Espérenme, voy a buscar la información y nos encontramos en el linde del bosque
Felipe salió veloz a la oficina de la tía, mientras los demás urdíamos nuestra bienvenida la cara de lapa. Gracias a esta misión no he podido ver a Almendra, debe estar pensando que mi papa me castigo y no me deja ir a verla, prometo que a la hora de almuerzo si o si la voy a ver un ratito.
— Listo, le toca la cabaña 90, y eso no es todo… conseguí… redoble de tambores
Con los demás empezamos a golpear nuestras piernas con las manos como si fueran tambores
— Mi hermosa madrecita me dio… ¡una copia de la llave!
Ovacionamos la astucia de Felipe, la tía clara siempre nos cuenta que ella con los demás tíos, hacían muchas travesuras a nuestra edad, por lo que siempre nos apoyaba y muchas veces nos daba ideas.
Lamentablemente no pude ir donde Almendra, el tío Agustín nos vino a avisar que nos tenia una sorpresa por lo que dejamos nuestras bandejas y salimos todos rumbo a la oficina.
— Pequeña mía, mírate ¡que hermosa estás!
Exclamó mi Abu Aurora cuando me vio entrar, corrí hacia sus brazos y le besé su mejilla
— ¡Llegaron!
Mis primos hicieron lo mismo con la Abu, la dejamos llena de barro y el Abuelo Oliver se mataba de la risa, nunca han sido personas fruncidas por lo que no les molesta las fachas en las que andamos.
— Me rico tenerlos antes aquí, los estaba extrañando mucho ~comenté~
— Un pajarito me contó que me estas reemplazando por alguien más ~puso su dedo índice en su barbilla~
— ¡Oh! Si conocí a una persona que me encanta, es muy linda conmigo y con los demás, ya quiero que la conozcan ~exclamé~
— Mi princesa, no eres la única persona que quiere que conozcamos a tu amiga ~sonrió el Abu~
me salté el resto de la tarde y me quedé con mi Abu, extrañaba mucho su olor
¿Qué se le estará ocurriendo a nuestra Lucecita? pobre de Andrea no sabe lo que se le viene jajaja