Mi Luna Humana

Narra Karey

Me levante por la mañana, me había quedado dormida. Andrey ya no estaba en la cama, fui a la cocina encontrándome a Fabiola.

- Buenos días Fabiola, ¿Donde está Andrey? ¿E Izan? - pregunté curiosa

- El señor Andrey se llevó a Izan al colegio, me dijo que la dejara dormir - decía sonriendo.

- Ah, vale. Muchas gracias.

En ese momento Andrey entraba por la puerta con unas bolsas en la mano.

Se acerco a mi y beso mi frente.

- Buenos días bebé, traigo el desayuno - dijo sacando las cosas de la bolsa.

Nos sentamos a desayunar, había traído cafe, zumo y algo de comida.

- Gracias por llevar a Izan - le agradecí sinceramente

- No tienes que agradecerme nada, esta tarde tengo una sorpresa para ti - me dijo sonriendo.

Me quedé sorprendida, no me lo esperaba.

- ¿Que sorpresa? - pregunté emocionada

- Si te lo digo ya no es una sorpresa - se echo a reír - tendrás que esperar.

Pase la mañana estudiando con Andrey, se le daba bastante bien dar clases. Había ido a recoger algunos deberes y cuadernos y me lo había traído, como había prometido.

Por la tarde Andrey se fue a por Izan, mientras yo me preparaba para lo que fuera la sorpresa, solo me dijo que me pusiera ropa cómoda.

Espere en casa mientras hablaba con mi mamá y Fabiola. Mi mama cada día estaba peor, aunque ella siempre sonreía.

Andrey e Izan llegaron a casa.

-Tataaaaa - mi hermano venía corriendo hacia a mi para abrazarme.

Sentí un dolor al hacerlo, que tuve que aguantar para que no sospechara nada.

- Cariño... ¿Que tal la escuela? - pregunté mientras besaba su cabecita

- Muy bien tata, mis amigos están alucinando con Andrey - dijo sonriendo.

- Bueno Izan, después de merendar, tu hermana y yo nos iremos a dar un paseo - dijo Andrey

- Esta bien, puedo cuidarme solo - dijo mi hombrecito mientras sonreía.

Merendamos mientras nos contaba como le había ido el día en la escuela. Tendríamos una fiesta el siguiente fin de semana en el colegio, una especie de teatro y merienda.

Izan se marcho hacer los deberes, mientras Fabiola recogía la mesa.

- ¿Nos vamos? - me pregunto mientras me cogía de la mano.

Empezamos a cambiar por el vecindario, cerca entre el campo y los árboles había un pequeño riachuelo que pasa por allí.

Cuando llegamos, me quedé asombrada, al ver una especie de picnic en el suelo. Había extendida una manta al lado del pequeño río, con algunos cojines acomodados. Un jarrón con algunas flores muy bonitas en el medio, una botella de vino con un par de copas y algo de picoteo para comer.

Me gire para mirarlo a la cara.

- ¿Esto lo has echo tú? - pregunté sorprendida.

- Asi es, ¿te gusta? - me sonreía.

- ¡¡Me encanta!! - lo bese en la mejilla mientras sonreía.

Me llevo hasta el lugar de la mano, acomodo mis cojines para que me sentará en ellos. Mientras yo olía el perfume de las flores, el abrio la botella de vino y lleno nuestras copas.

Después de todo lo sucedido esto estaba bien, algo de relax, tranquilidad, el aire fresco... Pero supongo que al final, hay que afrontar de cara los problemas.

Narra Andrey

Tenía pensando decirle la verdad, mejor dicho, enseñársela a Karey esta tarde. La deje dormir y me ocupe de Izan, no me importaba. Era un chico muy simpático, quería muchísimo a su hermana y era muy hablador. No podías aburrirte con el.

Ayude a Karey con sus deberes retrasados, en su escuela me dieron lo necesario para hacerlos, les explique más o menos la situación. Karey tenía que descansar. También fui hablar con su jefe, el cual me costo mucho que aceptase los días de descanso, pero era eso o perder todo lo que tenía. Aunque mi idea no era que Karey se quedase a trabajar allí, con ese hombre que no respetaba nada, sabía que si la echaban, se disgustaria. A si que de momento, estará bien que lo mantenga. Aunque tengo planeado otras cosas.

Por la tarde estuvimos un rato con Izan, mientras nos contaba sus aventuras de colegio. Después de eso, me llevé a Karey a una picnic que me había ayudado a preparar Carlos, hay era donde iba a enseñarle a Ankor. Necesitaba hacerlo, que entendiese que todo lo que le había dicho era verdad y sobre todo necesitaba que confiase en mi.

Cuando la lleve pude ver su cara de sorpresa y felicidad al mismo tiempo.

Estaba nervioso, tenía que comenzar de nuevo la conversación, tenía que volver a intentarlo y esta vez tenía que dejar salir a Ankor para que Karey viera la verdad.

Bebimos una copa mientras hablábamos de otras cosas, su hermano, su madre... Le explique lo de su trabajo y la escuela...

Si... Estaba retrasando lo inevitable. Lo sabía.

*Tenemos que hacerlo Andrey

No es fácil Ankor...

Acabará confiando en nosotros, lo sé. No la perderemos.

Yo no estoy tan seguro Ankor... *

Cerré el link con Ankor. No necesitaba más presión de la que ya tenía.

- Karey... - no sabía por dónde empezar - ¿Has pensando en lo que hablamos el otro día?

Ella se me quedo mirando en silencio, como intentando recordar o averiguar a lo que me refería.

- ¿El que Andrey? ¿En qué tenía que pensar? - pregunto curiosa.

- En lo que te conté... De lo sobrenatural... - mi voz era casi un susurro, nerviosa, preocupada, apenas me atrevía...

Yo no era a si, yo no tenía miedo a nada... Pero ahora realmente estaba aterrorizado. Mi corazón palpitaba fuertemente, pero no por algo bueno, si no por el terror que tenía de que Karey no quisiera volver a verme.

Karey me miró con una sonrisa, sabía que era irónica, no era su sonrisa natural de ella.

- Eso... ¿En qué se supone que debo de pensar?

- En lo que te conté bebé... En lo que te dije... Que soy - baje la mirada.

A los pocos segundos la volví a mirar a los ojos y no era capaz de averiguar lo que su mirada me decía.

- Andrey, no comiences con ello por favor... Otra vez no.

- Karey, te lo mostraré, te mostraré que no te miento, que nunca lo haré. Te mostraré que lo que digo es cierto. Ankor existe. - intente parecer calmado, aunque no se si realmente lo consegui.

- ¿Quién es Ankor? - pregunto

- Ankor... Es mi lobo. - dije nervioso

Ella se echo a reír, pero no era feliz, no era esa risa alegre que hacía que mi corazón se acelerase de felicidad, más bien al contrario.

- Ya está bien de esta tontería Andrey. No es gracioso, no es divertido.

- Te lo mostraré bebe, pero promete que no te asustaras - bese su frente, ella no respondió no se movió.

No podía hacer nada más, me puse de pie mientras ella me miraba y dejé salir a Ankor. Ella no apartó la mirada ni un solo segundo, Ankor no se movió. Ambos solo se miraban, sin decir nada.

Podía sentir su miedo, su preocupación. Empezó a dar pasos hacia atrás, Ankor bajo la cabeza en modo sumisión hacia ella, pero no sirvió se nada.

*No te asustes Karey, no vamos hacerte daño.

Intente hablar con ella, se que me escucho, porque paro. Se quedó parada mirando a Ankor, pero no contestó, no dijo nada.

* Karey... Hablame por favor*

Siguió mirándome... Asustada, desde aquí veía como sus ojos se llenaron de lágrimas y algunas empezaron a salir rodando por sus mejillas. Y mi mayor miedo se hizo realidad.

- ¡Déjame en paz! - grito Karey antes de salir corriendo del lugar.