Casada por dos años con un hombre que pensaba que la amaba, pero luego este le fue infiel y decidida se divorció, se fue del país y comenzó otra vida lejos de ese mal recuerdo.
Sin imaginar que se encontraría con un problema...
Viviendo en otro país, lo primero que hizo fue ir a un bar, tomar quién sabe cuantos tragos de tequila y un par de margaritas, termina teniendo una aventura de una noche y luego se fue sin decir una sola palabra.
Después de ello su familia busca casarla, pero antes la hacen firmar a ella y futuro esposo un contrato el cual establece que sí alguno de los dos era infiel, el divorcio sería inmediato y además de tener que pagar una indemnización que era el equivalente al valor de ambas empresas familiares.
Firmaron. Ella trataba de olvidar aquella aventura, mientras que él buscaba con desesperación hacerle saber a ella que él era el hombre al que le había dado el mejor sexo de su vida y que su aventura no es un error, si no un perfecto error.
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Capítulo 20
SOFÍA
—Felicidades, está embarazada—. Me dijo la doctora entregándome el informe, junto con la ecografía que me habían hecho para confirmar el embarazo, pedí otra copia para Dmitri, con el fin de poder darle la noticia.
Efectivamente, estaba embarazada y tenía que decirle a Dmitri sobre el bebé. Salí del consultorio mirando el documento, mientras buscaba las palabras para poder tomar el teléfono y llamar a Dmitri para darle la noticia de que sería Padre dentro de ocho meses.
No me di cuenta por donde caminaba hasta que choqué con alguien.
—Perdón...—Dije apenada, levanté la mirada y era Dmitri.
—Sofía...—Dijo aliviado. Miró el documento que tenía en mis manos y me lo quitó, lo leyó y después me miró con desconcierto.—¿Hace cuánto que lo sabes?
—Hace apenas dos días—Le quité el papel.—, no pensaba ocultártelo, quería estar segura—. Le aclaré. Miré su rostro y me quedé impactada al verlo. Se veía cansado, demacrado, había bajado de peso y su cabello era un desastre así como también el nudo de su corbata. No llevaba saco y las mangas de su camisa gris estaban subidas hasta los codos, su pantalón negro estaba arrugado y no llevaba cinturón puesto. Sus mocasines negros estaban sucios, llevaban un tiempo sin limpiarse.
—Por favor, Sofía. Vuelve a la casa, te lo ruego. Vamos a tener un bebé, él o ella merece tener a ambos Padres, no puedes simplemente...
—Cállate—Lo interrumpí.—, no me hables como sí yo fuera a... quitarte la oportunidad de estar en la vida de mi bebé, —Dije tocando mi abdomen aún plano.— porque yo no soy así y no soy esa clase de mujer... así que deja de hablarme de esa manera. Te permitiré estar durante mi embarazo y en el parto, en la vida del bebé y eso es todo. Porque no voy a volver contigo, no lo pienso hacer—. Fui muy clara y no tuvo más remedio que aceptarlo. No había forma de salvar lo que él mismo había destruido.
—Lo entiendo y gracias—. Asentí. Quise irme, pero él me tomó del brazo y evitó que me fuera.—¿Qué te dijo el doctor?
—Dijo que el bebé está bien, pese a que solo tengo un mes de embarazo. El siguiente mes que viene tengo que venir hacer un control, para ver que todo esté bien—. Le di la copia de la ecografía y sonrió al ver al bebé.
—Es muy pequeño...—Expresó emocionado.—gracias. Lo guardaré como un tesoro.
No dije nada y simplemente asentí. No quería seguir hablando con él, quería irme y estaba por hacerlo; sin embargo, no me lo permitió.
—Por favor, deja que te lleve al departamento de Elsa.
—No hace falta, gracias...—Le dije nuevamente, pero insistió. Después miró de reojo, se acercó a mí hablándome en mi oído, para decirme:
—No mires, hay alguien observando desde la esquina junto al pasillo, en dirección a la salida—. Miré un poco y era cierto.
—¿Qué hacemos?—Pregunté.
—Sígueme la corriente y no hagas nada sospechoso que nos delate a los dos—. Asentí, se separó de mí, tomó mi mano y yo la de él.—No uses tu teléfono, no te preocupes todo saldrá bien.
Caminamos por el pasillo saliendo del departamento de ginecología y obstetricia, tratando de no levantar sospechas, pero mis dudas acerca de cómo supo que estaba en el hospital, eran algo secundario lo importante era salir del lugar sin que esa persona diera con nosotros.
Tenía la sensación de que tenía que con la persona que me había mandado aquellos documentos, fotos, audio y video que nunca me animé a ver por razones que ya ni siquiera me importaban.
Salimos del hospital, miraba las paredes blancas, las luces brillantes del mismo color de las paredes, el olor a desinfectante y alcohol, era muy penetrante, tenía náuseas, respiré profundo y salimos de allí antes de que me diera ganas de vomitar.
Estando afuera finalmente podía respirar y el aire fresco hizo que mis náuseas disminuyeran significativamente.
Me solté de la mano de Dmitri, pero estaba aferrado a tomarla al final no lo permití y él desistió.
—Sé que estás molesta, lo entiendo, pero por favor... vuelve a la casa, estás embarazada y en peligro.
No lo comprendía. ¿En peligro?
—¿Lo dices por el tipo que estaba escondido siguiéndome hace un rato?
—No es solo por eso, Sofía es más que eso—. No estaba dándome la respuesta que necesitaba.
—¿Qué está pasando realmente? Dímelo por favor y no más mentiras, porque te prometo que sí no me dices la verdad... no dejaré que estés cerca de mí y del bebé hasta que me digas la verdad.
Se quedó un momento pensando, se pasó las manos por todo el rostro, suspiró pesadamente mirando el suelo. Entonces me miró y dijo:
—Dos años antes de conocerte, yo... volví a ver a mi Madre biológica, ella me dijo que quería tener una relación conmigo y eso fue una mentira. Ella quería que le diera mi ayuda para recuperar la empresa que su esposo e hijo destruyeron por sus decisiones. Cuando me di cuenta de ello, inmediatamente dejé de hablarle e impuse una demanda en su contra, en ese momento su esposo tuvo un derrame cerebral del cual jamás se recuperó y terminó en una silla de ruedas y sin poder hablar, su hijo… Rhaegar, juró vengarse de mí y durante mucho tiempo estuvo buscando maneras y formas de hacerlo hasta que finalmente yo te conocí y él se dio cuenta de que yo me enamoré de ti y entonces Rhaegar envió la prensa para hacer de tu vida un infierno y hacerme enfurecer a mí, y luego de que tu abuelo destruyó su plan, fue entonces que se fue contra ti y contra mí al mismo tiempo.
Así es... enviándote a tu celular todas esas pruebas que aunque son verdad, hay algo de mentira en ellas. Como por ejemplo, el video. ¿Lo viste?—Negué con la cabeza. Pero pronto recordé que lo había guardado en mi teléfono en caso de necesitarlo.
—Lo guardé porque pensé que en algún momento iba a querer verlo. Pero nunca me animé a verlo porque estaba muy enojada con contigo. Y aquí está...
Le entregué el teléfono y entonces abrió el video, era un video de mí y de Dmitri teniendo sexo en el hotel cuando llegué a Alemania. Me pareció estúpido...
—No puedo creerlo, me envió un video de ti y de mí teniendo sexo, ¿por qué? ¿Para hacerle saber al mundo que nos comprometimos para encubrir nuestra aventura y limpiar el nombre de nuestras familias? No lo entiendo.
—No, no es eso. Lo envió para hacerte saber que nos está vigilando y puede usar esto para inventarse una historia sobre los dos—. Era muy tonto. Ese tal Rhaegar, no sabía a quién carajos se estaba enfrentando.
—¿Qué haremos?
—Darle su merecido—. No lo entendía y entonces vimos a un grupo enorme de reporteros corriendo hacia nosotros, Dmitri me tomó del brazo y plantó un beso en mis labios, quise empujarlo, pero no pude y fue que me di cuenta de cuál era su propósito, mostrarle a Rhaegar que sus planes para separarnos y hacer que nos odiemos no iban a funcionar.