Arianna, una niña que perdió a su madre a la edad de cuatro años, vive con su padre, quien ha formado una nueva familia y tiene dos hijos más. La esposa actual de su padre la maltrata y fomenta la discordia entre ella y sus hermanos. Además, su padre ha cambiado notablemente desde que está con su nueva pareja y se deja influenciar por ella. Sin embargo, el hermano Ángel es el único que la trata con amabilidad y cariño. Ante esta situación insostenible, Arianna decide enfrentarse a su padre y expresarle su intención de abandonar el hogar.
Su padre se ríe en su rostro y le pregunta qué planeaba hacer, adónde iría si no tiene a nadie más en esta vida. Por su parte, su madrastra se aleja y le comenta a su esposo que tiene una idea, y ambos se dirigen al despacho, dejando a Arianna sola en la sala.
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capítulo 21: llegó el abuelo.
Arianna se arregla y desciende, dirigiéndose a la cocina para preparar una deliciosa cena. César se encuentra sentado en la sala, disfrutando del agradable aroma que emana de la cocina. Al escuchar un sonido proveniente de la puerta, se levanta para abrir, recibiendo al abuelo.
Abuelo: ¡He llegado, querido nieto!
César: Hola, abuelo, adelante, por favor.
El abuelo entra y pregunta dónde está su esposa, ya que no lo ha recibido. Arianna, que había estado escuchando, sale de la cocina y dice: Aquí estoy, querido abuelo, estaba preparando una cena deliciosa para ti. Se acerca y lo abraza cálidamente.
El abuelo le dice: ¿Estás preparando la cena? ¿Acaso no tienes empleadas?
Arianna, al ver a César, se queda sin palabras. Finalmente, decide expresar su pensar: Estamos recién casados y no deseábamos que nadie más estuviera en casa, queríamos disfrutar de nuestra intimidad. Sin embargo, ya estamos considerando contratar a alguien que se encargue de esas tareas, abuelo.
Quisieron disfrutar de su soledad, ¡qué bien!, responde el abuelo entre risas.
César se percata de que su abuelo no estaba convencido de sus palabras; quizás sabía que ellos no vivían juntos.
Arianna: ¿Qué te parece si nos trasladamos a la mesa, abuelo?
César: Sí, vamos, abuelo.
Abuelo: Está bien, vamos a comer.
Los tres comparten la comida juntos. Luego, Arianna pregunta:
Arianna: Abuelo, ¿cuántos días piensas quedarte?
Abuelo: Cocinas muy bien, cariño.
Arianna: Gracias.
Abuelo: Me quedaré unos días. Aún no estoy seguro, pero no creo que ustedes se molesten por eso.
César: No, abuelo, está bien. Puedes quedarte todo el tiempo que desees.
Arianna se percató de que César sentía un gran temor hacia su abuelo. Decidió preguntarle: ¿Necesitas algo más, abuelo?
El abuelo respondió: No, ahora solo deseo ir a descansar.
César, entonces, le comentó: Te acompaño a tu habitación, abuelo.
Arianna recogió la mesa y, posteriormente, se sentó nuevamente, ya que no quería subir y estar en la misma habitación que César.
Permaneció un buen rato allí sentada, tras lo cual decidió escribirle a Linda para contarle lo sucedido. Linda le envió muchos ánimos, y finalmente, Arianna subió a intentar dormir.
Arianna se recostó en el amplio sofá que César tenía en su habitación, intentando conciliar el sueño. César, que estaba en su cama, al verla sonrió y comentó: Si piensas dormir allí, amanecerás con dolores. La cama es grande, puedes acostarte a mi lado.
Arianna no respondió, y él agregó: Haz lo que desees, no insistiré.
Ambos se quedaron dormidos. Al día siguiente, Arianna se levantó muy temprano, preparó el desayuno y escribió una nota, ya que ni César ni su abuelo se habían despertado aún.
Buenos días, cariño. He dejado el desayuno preparado; por favor, disculpa mi ausencia con el abuelo, debo asistir a la universidad hoy y no puedo faltar. Regresaré pronto.
Ella no solía llamarle cariño, pero al ver que el abuelo se levantaba, mostró aprecio y decidió marcharse rápidamente. Posteriormente, solicitó un taxi y se fue.
César se levantó a las ocho. Al no ver a Arianna, salió de su habitación y bajó. Su abuelo ya estaba en la sala disfrutando de un café, y le dijo:
Porque tu esposa se levanta para estudiar y tú te quedas durmiendo. ¿Acaso ya terminaste tus estudios?
César observa con sorpresa, ya que no sabía que Arianna había salido a estudiar; pensó que se quedaría en casa para hacer compañía al abuelo. Rápidamente, respondió: tengo clases más tarde, abuelo. Solo me quedan tres semanas de clases.
Abuelo: ¿No crees que deberías acompañar a tu esposa? ¿Por qué la dejas ir sola?
César: Me quedé dormido, abuelo. ¿Te gustaría que pidiera algo para desayunar?
Abuelo: No es necesario,Ella lo ha dejado preparado y también ha dejado una nota sobre la mesa; deberías echarle un vistazo.
César se dirigió al comedor y tomó la nota. Al leerla, pensó que Arianna estaba un poco exagerada al llamarlo 'cariño'. Luego, se dirigió a la cocina a servir su desayuno.