**Alexa** es una joven soñadora, inquieta y de alma libre, siempre anhelando encontrar el verdadero amor. Para ella, ese amor es como una burbuja que flota en los cielos, un refugio que le brinda seguridad y confianza, un lazo tan fuerte que no permite distancias entre almas gemelas. Sin embargo, su mundo idílico se ve sacudido por la llegada de **Sergio Méndez**, un hombre misterioso y arrogante que desconfía del amor y desafía todas sus creencias. A medida que Alexa se adentra en este torbellino emocional, comenzará a cuestionar la existencia del amor verdadero. ¿Logrará Alexa mantener su fe en los sueños del corazón, o se dejará arrastrar por la dura realidad que Sergio representa? La batalla entre el idealismo y el escepticismo está a punto de comenzar.
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Capitulo XXI Primer beso
El silencio de Sergio fue suficiente para hacerle entender a Alexa que él solo agrego esa última sección por lástima, en realidad a él nunca le había gustado lo que ella había hecho. Cabizbaja continuo su trabajo hasta llegada la hora del almuerzo.
Sergio al ver la hora se acercó a Alexa con paso firme. "Acompáñame a almorzar".
"Voy a almorzar en el cafetín de la empresa, no quiero salir", respondió Alexa con una voz dulce.
Sergio se sintió despreciado, ¿cómo podía ella preferir almorzar en una simple cafetería que con él?, sin insistir Sergio decidió salir de la oficina dejando a Alexa hacer lo que ella quisiera. Sin embargo, algo le pedía a gritos que dejara de ser tan testarudo y fuera con ella. Siguiendo sus instintos se presenta al lugar, las miradas de todos sus empleados se posaron en él apenas entro por la gran puerta de vidrio. Busco con la mirada a Alexa, viéndola sola en una mesa, almorzando tranquilamente y olvidando el mundo a su alrededor. Sin pensarlo dos veces camino con firmeza hasta donde ella se encontraba deteniéndose justo al frente de su mesa.
"¿Está ocupado este puesto?"
Alexa levantó la mirada quedando en shock al ver a su jefe frente a ella. "¡Eh!, no".
"¿Puedo sentarme a almorzar contigo?", pregunto Sergio sonriendo.
Alexa miró a su alrededor y pudo observar a sus compañeros viéndola y murmurando de ellos. "Si, claro, es tu empresa y puede sentarse donde quiera".
Sergio ignoró su comentario y se sentó frente a ella, no podía dejar de mirarla. "¿Qué estás comiendo?".
Alexa detuvo lo que estaba haciendo y giro su mirada a su acompañante. "¿Acaso no es obvio?, es solo pollo con vegetales". Indico Alexa con sarcasmo.
"Lo sé, solo quería buscar algo de conversación", comento Sergio en un susurro.
"¿Qué pretendes?, digo tú nunca has ni siquiera volteado a ver para acá". Reclamó, Alexa confundida.
Sergio se quedó pensando un momento antes de responderle a Alexa. "No puedo estar lejos de ti, te has convertido en mi obsesión y además quiero besarte". Contesto Sergio con ironía.
"No sabes lo emocionada que estoy de escuchar tus palabras, es mi sueño hecho realidad". Dijo Alexa sarcástica.
Sergio sonrió ante el tono de Alexa, estaba por contestarle cuando la mesera los interrumpió. "Buenas tardes, señor. ¿Qué le podemos ofrecer?", pregunto la mesera algo nerviosa.
"Tráeme lo mismo que está comiendo ella, por favor". La mesera se quedó inmóvil por unos segundos antes de reaccionar e ir por el pedido de su jefe.
Mientras tanto Alexa rodaba los ojos por la actitud de la chica. "Eres muy extraño, no termino de entender que es lo que esperas de mí". Manifestó Alexa fastidiada.
"Es obvio, tú me gustas y me gustas mucho, pero no quiero ir de frente contigo y que las cosas no funcionen y terminemos enemistados nuevamente", respondió Sergio con firmeza.
Alexa quedó sorprendida ante la respuesta de Sergio, no sabía que contestar, así que empezó a mirar a su alrededor para ver si alguien lo había escuchado. El colmo sería que la tildaran de oportunista y que por andar enamorado al jefe se ganó una cuenta importante.
"No tienes que decir nada, piensa que sientes por mí y cuando estés lista para hablar entonces me buscas". Sergio se levantó sin esperar su almuerzo y regreso a la oficina.
La joven mesera llevaba el almuerzo cuando vio a su jefe retirarse del lugar, decepcionada llevaba de vuelta el almuerzo cuando escucho que Alexa la llamaba. "Empácalo que yo le llevo el almuerzo al señor Sergio, por favor".
La mesera hizo lo que Alexa le había pedido, regreso unos minutos después con el almuerzo de Sergio listo. "Aquí tienes Alexa, espero que al jefe le guste", dijo la mesera para luego retirarse.
Alexa llevó la comida de Sergio hasta la oficina de presidencia, pensaba que él solo estaba bromeando y que lo que dijo lo hizo solo para molestar. "Aquí tienes tu almuerzo, espero que te guste".
"La única manera que me guste, es si tú me das de comer", respondió Sergio con voz seductora.
"Ya no sigas bromeando, no es divertido tu juego", pidió Alexa fastidiada.
"¿Quién te dijo que estaba bromeando?, me gustas y quiero intentar una relación contigo". Volvió a decir Sergio, caminando hasta donde estaba Alexa.
"No te creo, tú siempre me has odiado y yo no estoy para ser el juguete de nadie", contesto Alexa con firmeza.
"Nunca te he odiado, pero eres insoportable y siempre me sacas de mis casillas". Dijo Sergio mirando a los ojos de Alexa.
Ella desvío la mirada de los ojos de Sergio, él la ponía muy nerviosa y lo menos que quería era ponerse en evidencia. Sergio la tomo de la barbilla y la obligó a mirarlo, con sus ojos fijos el uno en el otro, y por el ambiente romántico del momento terminaron besándose apasionadamente. Ese primer beso tan esperado por los dos desde hace mucho tiempo al fin había llegado y su conexión era innegable. Alexa se perdió entre los fuertes brazos de Sergio, mientras que para él estaba alcanzando el cielo, sus cuerpos pedían esa cercanía y ahora disfrutaban el estar tan cerca el uno del otro.