Cristopher Bustamante, el futuro ceo de todas las empresas se tiene que casar para heredar todo, no importa a quien le haga daño en el proceso solo sabe que es el y solo el futuro ceo
EL DIA DE lA BODA
yo Christopher Bustamante te acepto a ti Samantha marie Morgan como mi esposa par amarte y respetarte hasta que la muerte no SEPARE
yo Samantha Marie Morgan te acepto a ti Christopher Bustamante para amarte y respetarte en la salud la enfermedad en lo arberso y en lo inverso hasta que la muerte no SEPARE.
Samantha piensa “mejor dicho hasta que esté maldito contrato se acabe”.
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LOS CELO Y MALO ENTENDIDO 1
Samantha llegó a casa con el corazón pesado, la mente llena de imágenes que la atormentaban. Desde el momento en que había visto a Christopher con aquella mujer en su oficina, una mezcla de enojo y decepción se había instalado en su pecho, impidiéndole pensar con claridad. No quería enfrentarlo, no quería escuchar excusas ni justificaciones. Solo necesitaba alejarse.
subió a su habitación pues Christopher no estaba en casa y necesita estar sola.
Samantha
De seguro está con esa perra, dique tiene que resolver unos papeles en la oficina, que se lo diga a otra.
Al fin y al cabo es su vida sus decisiones son de él.
Al DÍA SIGUIENTE
Samantha se dirige a la casa de Zoe, para hablar sobre el restaurante tiene unos días que no va, y Zoe está a cargo, hablan sobre agregarle unos platillos a menú, El pago de los empleados, y como está la administración.
Pues, están emocionadas el restaurante va de mejor a excelente es posible que se ganen las 5 estrella y eso sería una gloria para ella.
terminan su conversación y Samantha decide por volver a casa a cambiarse para después ir a visitar a su mamá
Apenas cruzó la puerta, Cristopher apareció frente a ella. Su expresión reflejaba una mezcla de cansancio y tensión, pero en sus ojos había un brillo de determinación. Iba a hablar con ella, lo tenía claro.
—Cristhopher: Samantha, ¿podemos hablar? preguntó con voz firme, pero sin dejar de observarla con intensidad.
Samantha sintió un nudo en la garganta. Su primera reacción fue salir corriendo, pero en cambio, endureció su expresión y respondió con frialdad:
—Samantha: Tengo que ir a ver a mi mamá.
Cristopher frunció el ceño. Algo en su tono lo alarmó. Esa no era la forma en que Samantha solía hablarle. Había una distancia en su voz, una barrera que antes no estaba allí.
—Cristopher:Voy contigo
—dijo sin dudarlo.
El rechazo de Samantha fue inmediato.
—Samantha: No es necesario. Necesito tomar aire fresco
—respondió con una calma forzada, sin mirarlo a los ojos.
Cristopher sintió un escalofrío recorrer su espalda. Esa frase… “Tomar aire fresco”. No necesitaba ser un genio para entender que aquello significaba una sola cosa: no quería estar cerca de él. Algo había cambiado en su actitud, algo que lo inquietaba profundamente.
—Cristopher:Samantha…
—Intentó acercarse a ella, pero ella dio un paso atrás.
—Samantha: Estoy cansada, Cristopher. Solo… déjame en paz.
Las palabras de Samantha fueron como dagas clavándose en su pecho. La impotencia se instaló en él como una sombra oscura. La vio subir las escaleras sin voltear, sin darle ni una sola mirada. Su corazón latía con furia en su pecho. No podía quedarse de brazos cruzados.
Sacó su teléfono y marcó un número.
—Síguela. Quiero un informe detallado de dónde estuvo hoy y con quién —ordenó con voz seca y controlada.
Horas más tarde, su teléfono vibró con el informe. Lo leyó con el ceño fruncido, pero en cuanto vio el nombre de Andrew, su sangre hirvió. Samantha había estado con él, en la playa.
Golpeó el escritorio con tanta fuerza que varios papeles cayeron al suelo.
"Maldito Andrew", pensó con rabia. "¿Hasta dónde piensa llegar?"
Su respiración se agitó, sus puños temblaban de pura frustración. Sintió la ira apoderarse de él, cegándolo por completo. No podía permitir que Samantha se alejara de él. No ahora.
Se levantó bruscamente de su silla y lanzó el vaso de whisky contra la pared a un lado de su oficina, observando cómo los fragmentos de cristal caían al suelo. Sus pensamientos eran un caos. Andrew se estaba metiendo donde no debía, y Samantha… Samantha le estaba cerrando la puerta en la cara.
—Esto no se va a quedar así —murmuró entre dientes, con los ojos oscuros de furia
Lo que más le dolía no era solo el hecho de que Samantha había estado con Andrew, sino que lo había hecho a sus espaldas. Sin decirle nada. Como si él no importara.
Y eso… eso no lo iba a permitir.
Horas después, cuando Samantha regresó a casa, sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar el sonido de botellas rompiéndose en la oficina de Cristopher. Su corazón comenzó a latir con fuerza, anunciándole que algo no estaba bien. Respiró hondo, intentando calmarse, pero la sensación de tensión en el aire era innegable.
Con pasos cautelosos, se dirigió a la oficina y, al abrir la puerta, se encontró con un verdadero desastre. Papeles volaban por todas partes, los muebles estaban desordenados. Cristopher estaba de pie en medio de aquel caos, con el pecho agitado y los ojos inyectados de furia.
Cuando la vio, sus ojos destellaron con rabia contenida.
—Cristopher:¿Dónde estuviste ayer?
—preguntó con voz dura, sin apartar la mirada de ella.
@Genesis Yepes